
ces era el Systema vegetabilium de Luimeo. Ad-
quiri pas ados algunos anos otras obras del
misme» Autor, y macho tiempo despues eî li«
bro immorial de Genera plantarum de Jussieu
con olros libros.
Ha habido en todos tiempos en estas islas
sugetos mui aficionados a este genero de es-
tudio, y sin;> se bau lieclio mas progresos no
se debe atribuir cierlamente â desidia, sino a
la suma escasez de libros tocanles ä es1a ma-
teria, à lo grosero y caro del papel é impre.n1 as,
y a la incorregible torpeza de los indios amanuenses.
En olras circunsiancias mas favorables
no huhieramos ienido que envidiar â
otras naciones sus famosos naturalist as.
Increible es lo que se h a escrilo en estas Is-
las sobre todos asuntos, tanto en Espaïiol, co-
mo en todos los idiomas del P a is que son mu-
chos, y de mut dilicil y extrada sint axis para los
Europeos, y casi todo permanece inedilo. De
solo el idiomatagalog se hall an escriioshasta el
presenle cuarenta Arles diterentes, muchos
Vocabularios abundantes, y una gran mulii-
1i1ud de libros piadosos. En las olras lenguas
se ha trabajado tambien mucho: y dudohaya
una que no 1enga su Arte y Vocabulario y
algunos libros devotos.
Pero ciuendome al asunto de las ciencias
naturales, siempre seran acreedores a una
gralitud eterna los P P . Clain, Delgado., Mercado.,
y Sta. Maria: los dos primeros de la
Gompahia de Jésus: el tercero Agustino, y el
cuarto Daminico. De todos elles me he valido
en esie tratado. El P . Glain despues de haber
escrito excelenles libros piadosos en lengua
ta 0'al a, dio â luz un ar1e de medicina practi-
ca, que con algunas modificaciones, y substi-
tuyendo sucedaneos con nombres Espaholes â
los del Pais que el usa, con respecto a los v é gétales,
quedaria una obra mui ut il aun para
nuestra Espafia.
E l P . J u an Del g ado andaluz, hombre de
talentos singulares, escrivio una obra imrnen-
sa que no se h a dado a luz, del govierno y
riquezas liai ur aies de las ïslas.
El P . Ignacio de Mercado habia expheado
con grande aplauso las virludes de muchas
plantas de las islas, acompaïiandolo todo con
hennosos diseuos hechos de mano. E sta obra
utilisima que formaba un tomo en cuarto, y
se hallaba en la Enfermeria del Convento de
S. A gust in de Manda, h a desaparecido segun
y a lo havia pronosticado el P . Agustin Ma*
ri a, otro célébré escritor del mismo Convento.
Se conserv ait no obstante algunos fracmentos
sueltos de la obra del P . Mercado, que hacen
sentir la perdida del resto.
El P . F r. Fernando de St a. Maria, inc an-
sable en averiguar los secretos de los végétales
de la tie rra , dio â luz una obrita curiosa
con este obgeto, que es estimada general ment e.
Si estos hombres estudiosos que he citado,
y otros que omito, hubieran vivido en tiempos
mas felices, y se les hubieran puesto en