
ja, en Ia que encuentran por Iamanana Basta Ia canti.
dad de tres cuatro ó mas botellas de agua mui clara
y de buen sabor, aunque lien e un si es no es de pi.
cante; y esla es la que bsben tanlo e llo s como los
an im a les. Las ramas nuevas de esta biguera, y de
ca si todas las que se dan en F ilip in a s tienen la cor.
teza tan fu e r te , y tan ten a z , que se pueden hacer
cuerdas de e lla , como practican en la India con las
de a’guna otra e sp e c ie .
Haï ot ras mucbas variedades de F icu s aspera mui comu.
nes en F ilip in a s , y cuya d ife r en c ia es ser las ho.
jas mas ó menos acorazonadas, y mas 6 menos aser.
radas. La le cb e de las higueras tiene viriud de cuajar
la le cb e : no se con cual de las e sp e c ie s del pais se
lograra e l e fe c to mas sa tisfa cto rio : podran averiguarlo
los curiosos. Para esto se torna una ramita ó mas se*
gun la cantidad de la le cb e que se ha de cuajar, y
h a c ien d o le varias cortaduras para que salga la lecbe
del arbol, se heeha dentro de Ia oira le cb e . Avicena
citado por nüestro immortal Herrera en su obra de
a g r icultura d ic e , que si se cuece carne con lena de
higuera, se deshacé: bien fa c il es e l experimentarlo
en F ilip in a s, en donde basta las paredes estan llenas
de estos arboles. Tambièn se asegura que se pueden
ablandar 1 as carnes fr e sca s, en v o lv ien d o la s antes por
mas ó menos tiem p o en bojas de biguera, pues tienen
la propiedad de acelerar la corrupcion. Los indios
siem p r e constantcs en fundar sus practicas medicas
sobre la conformidad de las enfermedades con las senales
ó apariencias, que se observan en las plantas, han crei-
do ser mui u til para ablandar los pee hos de la muger
endurecidos con la le cb e , cuando se le ha muerto el
Bijo que c r ïa , e ï que lie v e una sartea de b ig o s al cue-
Ho: y asegura e l P . Sta. Maria que hace? buen e fe c to
hasta en los animales. * T , T ib ig . Y , Tecbec.
Ficus R o s t ra ta . Higu e ra con pico. Ho ja s eüpticas, con
un lado mas largo en e l apice que el otro, formando
una e sp e c ie de p ico , enterisimas, lampinas, de cinco
pulgadas de largo. Peciolos p ro p io s cortos. F ru to se
acerca ä Ia figura de eono in v e r so , lampino, sin co s-
iilla s , ni escamas notables en e l ombligo. Los pedun-
culos son Iarguisimos. El c a l i z distante del fruto en
su madurez. _ _ Este arbol se h.tce de segundo orden.
Es grande la abundancia del jugo leeboso que d e sp i.
de, hiriendo la corteza; y es fa c il dar con e l por la
configuracion rara de las hojas; si bien no es tan co*
mun como otro del mismo nombre de que trataré
en adelante. E ste zum o , que pasado algun tiem p o se
vuelvo de color algo encarnado, y es mui pegajoso,
le emplean los naturales para las quebraduras de hue-
sos, mojando algodones ó un trapa en e l, y aplican-
do al hueso quebrado. E ste modo no merece mucho
uprecio, pues be v is to que se curan mas pronto los
buesos quebrados por el metodo de los medicos Eu-
ropeos. V . Ficu s l&vigata. La corleza interior del ar-
Bol he notado que se puede separar facilmente con
nn cucbi11o dé la gruesa. Es mui unida, y fu e r tis i.
ma y sin mas d ilig en c ia que lavarla y golpearla, se
podrian hacer de ella vest idos mejores que los del ba-
lete, antique to scos. Tambien pienso que seria facil
hilarla y bacer cuerdas mui fuertes de e lla . El co c i-
miento de su 'corleza con legia, da un encarnado de.
Bil, aunque no despreciable. De be experimeniarse el
Jl1go lechoso de e ste arbol, y e l de otrns biguera9 , asi