
n as, en numero 3e c ïn co Tiasta ocTio pares, ya aova.
das al^ r ev e s, ya elipticas, con un e s lile te en el extre-
mo. F lo r e s terminales en co rimbo. Pedunculos pro-
pios larguisimos. Cal. dividido casi hasla la base en
c in co partes concavas; las cuatro ä un lad e , y al lado
opuesto II otra. Cor. de cinco petalos con unuelas; e l
uno mui pequeno d e r ecbo , y los otros cuatro, mui
grandes con las orillas mui ondeadas. E s tam . d ie z
lanosos, y afrimados entre si por la parle inferior»
F i lam . erguidos larguisimos. A n t . hechadas. P i s t . del
largo de los estambres. E s t i gm a algo concavo. L e -
gumbre comprimida con siete 6 mas semillas fijas en
la sutura superior, y separadas entre si por ismos car-
nosos. ~ Estos arbolilos comunes en todas partes, se
elevan ä Ia altura de tres ó cuatro varas. Tienen un
aspecto hermoso por la m u ltitu d , grandeza y bellèza
de sus flo r e s, que son entre amarillas y encarnadas.
Eos muchachos comen las semillas crudas. No he v is .
to hacer otro uso de este arbol. Cocido el fruto ma-
duro en agna, y hechando alli un poco de alcaparrosa,
se obtiene una tin ta mediana; pero mui inferior a la
de la Mimosa farnesiana. Su corteza y raïz dan un
co lo r morado d eb il. Las legumbrës téndran coma»
tr e s pulgadas de largo. E l Autor de la Flora de las
A n tilia s atribuye ä este arbolito virtudes mui aprecla-
b le s . Las flo r e s en cantidad de un punadito, hechadas
en cuatro libras de agua hirviendo, y dejandolas en
in fu sio n media hora, son un fèb r ifu g o seguro y mas
e x c e len te que la quina, por tener buen sabor, dando
al enfermo algunas tazas de rato en rato, dos horas
antes del a c c e so . Se le ha de hechar azucar al agua,
y ha de estar bien ca lien te , p 3 ra que sude el enfer"
mo. Estas flores en fuerte do sis, causan e l aborto. '
F lo r . en casi todos los meses. * T , F lo r e s , R o sas
Caballe ro.
CÆSALPINIA. De sc r . d e l gen. Ca l . en cinco partes,
de las cuales la de abajo es mayor que las otras. P e talos
cinco.- e l de abajo mas b e llo que los otros. L e -
gumbre de figura romboidal. S em i l la s de la m isna
a figura.
Ccesalpinia S a p p a n . Cesalpinia Sa p an g . Tronco salpi-
cado de puas. H o ja s dos v e c e s aladas sin impar. H o -
ju e la s se acercan â lu figura linear, con los lados
desiguaîes, y una escotadura en el apice. F lo r e s en
racimos. Ca l. de figura de barquilla. y con cinco la.
cinias revueltas acia abajo. Cor. f i ja en el ca liz , de
c in co petalos: lös cuatro casi iguales, e l de arriba
mas ancho, corto, y con unas manchitas encarnadas.
E s tam . mui desiguaîes en altura, fijo s en el ca liz , y
mui juntos por abajo. F i lam . lanosos por la base.
E s t i l o tan largo como los estambres. E s t igm a grue-
s o y comprimido, como hendido en dos laminas. L e gumbre
lenosa ä modo de sable, truncada en e l apice, y
que se estrecha acia la b a se , c o n tr e s 6 cuatro s em illas,
y un tabique esponjoso entre cada una. S em i l la s
oblongas, con la cubierta co riacea, y ligeramente
jaspeada. ~ Arbol comunisimo en F ilip in a s que se
e lev a â la altura de doce ó quince pies. Todos le co-
nocen, pues se hace un gran comercio con el en Manila,
a. donde es conducido de las P ro v in c ia s, y los Espa-
noles le llaman S a p an g 0 Sibucao, como los in dios.
Los de Bisayas en algunas parles, se sirven de la madera
en lugar de hierro , para hacer clavos, con que
clavan sus embarcaciones, porque dicen que son in