
lo s arboles por Ia m.inana, sé lïena de granos dolorosos
Ia parte afecta. La cura es d ific il; pero creo que se
disipa e l mal por si solo antes de tin ano. Algunos
tienen la Simpleza 'de desnudarse, y baüar al rededor
del arbol, diciendo al mismo tiem po ciertas palabras
no mui honestas, con Jo que esperan quedar curàdosj
pero los maS c iv ilizad o s no practican esta supersticion.
He oido k uno, que la medicina mas pronta y segura,
es" frotar Ia erupcion con un pedazo del TriehosmtheS
lo cual me aseguró la quitaba. Tambien se quita fro-
tandola con s d , ó la^andola con agua saladi, En la
traduccion Espanola de Linneo se d ic e , que eon e l zu-
mo del fruto del Semeearpus se puede pintar de negro
sobre las telas de algodoo, sin tem o r de que se
bo rre la pinlura, y he v isto que es c ie r to . Este arbol
es el conocido en Ilocos een el nombre de Camir ing.
E s en ex tr em e venenoso, y despiJe una leche que se
ennegreee con el tiem p o , y tal v e z sera el U ru s i de los
Japones, cuyo zumo se emplea en el burniz. No he
notado que todos den esta leche; pero he visto en Pun<
ta S a n tia g o arboles grandes que la arrojaban con
abundancia,
Oigase lo que dice Koempfer en sus Amenîdades exo-
tica s, y que hallo inserto en el tom . 18 de la Histor.
g en . de los Viages del Abate Prévost, impresion de
Madrid pag. 161.,, El U ru s î ( dice ) ó e l arbol del
barniz no es menos admirable por su utiîidad. Da un
Zumo blanquizco que emplean los Japones para barni-
zar todqs sus muebles fuentes y platos. Ann en la mesa
del Emperador, la bagilla y utensiîîos burnizados,
son preferidos â los mas preciosos m e ta le s. Otra es.
peciè se conoce de arbol de barniz que tien e las hojas
mas angostas y que se nombra F a a s i . Criase en
las colinas y montafias; pero su zumo no es tan bueno
como el otro, ni en tanta cantidad. El verdadero U ru si
es una e sp e c ie particular del Japon. El de Tamatto
es el mas estimado, aunque se cria tambien en la Pro-
v in c ia de F ig o , y de Tsi k ok u .,, Koempfer observa
que e l arbol del barniz que se halla en las indias, es en-
teramente d ife r en te del Uru s i de los Japones, que se-
gun el mismo es el Amc a rd o . En v ista de esto podrau
Jos aficionados a curiosidades hacer sus experien-
cia s. En la pag. 108. del tamo. 10 de la citada
Historia se habia tambien del arbol del ba rniz de
China llamado tsi - chu y que- pienso ser el m ismo
de que trato en esle articulo, conocido en ta-
galos con e l nombre de //g a s , y en Iiocos con el
de Camirin. Los chinos hacen incisiones en el arbol
de siete en siete pulgadas, en las cuales se colocan en
tiempo de verano conchas en donde cae el licor
por lano che: en tiempo de lluvias no seria puro e l zumo.
Estas conchas las recogen con un instrumento de
hierro, unos hombres con guantes y bolines de pie l y
delanlal de lo mismo colgado al cuello, sin mas agu-
geros que para los ojos, untandose antes las manos y
el rostro con a ceite, en donde se ha cceido una onza
-de fibras carnosas que se hallan entre la manteca del
puerco para una libra de a c e ite . El licor de los arboles.
se filtra sin tocarlo con la mano, por una tela que
se luerce para que no se pierda mucho. De m il arbo-
le s , es bueno cuando se recogen en una noche v e in le
libras de barniz: esto e s , de uno no se obliene ni aua
media onza. Se aplica el barniz sobre las obras 6
piezHs abaciiendole e l color que se quiere^yjaara que
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