
que repartie» semillas die este arbol â mnchaS perso,
nas. Se éleva el Cacao en Batangas â la altura de nue.
v e ó doce pie s , y hai mucha abundancia, asi como
en Cebu y en otras partes.
Para el plantio del Cacao acostumbran los indios sem.
brar una porc ion de semillas en un pequeno espacio
de tierra, 6 tamblen en hojas de arboles, dobladas
eada una en forma de embudo y con un poquito de
tierra denlro; colocan en cada hoja una sem ilia, y re-
gandolas decuando en cuando,en pocos dias nacen aun
dentro de casa. Despues las trasladan al sitio que
quieren, abriendo para cada planta un lioyo de un pal.
mo de hondo, cuidando de plantar antes platanos 6
arboles de achote, para que hagan sombra â los arbo.
litos , y libertarlos en parte de la accion del Sol y
del viento. De cuando en cuando riegan las nuevas
plantas, y al ano tercero empiezan â dar fruto. La
distancia entra arbol y arbol es de seis pies, lo que
impide que nazea la yerba, y con esto se libran los
indios de escardar el terreno conlinuamente.
En la Provincia de Batangas, tanto en el Pueblo de S.
Jese, como en el de Bauang en donde exis ten los ma-
yores p lantios de Cacao, paàados unos diez 6 doee anos,
perece y se seca la mayor parte de los arboles: y dan
los indios por razon, de que el a gu a esta mui pro-
fund a ó que hai piedra debajo, y que no es gruesa la
capa de tierra. Para evitar en lo posible este dano,
en îugar de haeçr el hoyo que acostumbran de un pal-
mo , debian de hacerlo de una vara de hondo y an.
cho â propore ion. Caîocado ail i el nuevo pie, se le
podran hechar tres ó cuatro dedos de tierra, y conforme
vaya ereciendo el arbol, se debe cubrir mas; per®
nttnea se acabara de ïîenar el hoyo que se h iz o , si-
no dejarîe siempre un pie de hondo. De este modo,
las raices del arbol, aun que se extiendan, como e fe c -
tivamente sucede, horizontalmente, se veran en mi
coucepto precisadas â hacerlo no en la superficie d e là
tierra sino â una profundidad conveniente, de modo
que el Sol no podra hacerlas tanto dano. El trabajo
de hacer los hoyos no es grande, y aunqne fuera un
pocopesado, tambien quedan resarcidos sufieientemen-
te les Duenos de los Cacaos con no tener qne plantar
continuamente.
Los vientos mui fuertes y los temblores hacen mu-
cho dano en estos arboles. Eu algunos distritos de
Batangas las hormigas, y en especial el anai son en
extremo per judiciaires. Esta ultima en llegando â for-
mar su nido en medio de alguna pîantacion de Cacaos
, todo lo corre y contamina con una prontitud admirable,
y asi no debe perderse tiempo ni omitirse
cuidado alguno, basta destruir la casa subterranea 6
nido que format) estas hormigas tan dinosas, sin con.
tentarse con destruir solamente los c aminos cubierlos
que fabrican para pasar de un Iugar â otro, pues esto
no basta. Debo advertir aqui de paso, que Koempfer
y otros que han bablado con admiracion de estas hor-
migas, han escrito que los caminos cubiertosque for-
man, son para libertarse de las impresiones del ayre,
porque tienen, dicen, la piel mui deîicada; pero en rea-
lidad el motivo porque gustan de caminar siempre
debajo de boveda, es por libertarse de otras hormigas
grandes que son sus enemigos. Quando el anai esta for-
mando al g un c amino nuevo, en la extremidad de e l,
se suelen ver algunas hormigas grandes, que estan es-
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