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contiguo al pantano , dcxando al rio poco ménos que seco ; pero á unos mil pasos
de aquel sitio se halla en el mismo cauce un ojo llamado Pouclar, esto e s , Pozo
claro , por donde brota tal cantidad de agua , que despues de suministrar la
suficiente á un ancho canal de riego , da nuevo ser al rio. Son tan cristalinas las
aguas del Pozo , que acercándose á SU boc^ se ven nadar grandes peces á una profundidad
considerable ; y salen aquellas con tal fuerza, que ni los cantos ni los
escombros que baxan en las avenidas ó riadas han podido jamas obstruir la boca
del Pozo. Este dio el nombre de Ciarlano al rio, conocido despues con los de
Ontiniént y Ay e l o . El canal de riego que empieza muy cerca del Po z o , solo está
descubierto algunas varas hasta llegar á un cerro , que taladraron como im quarto
de legua para dar aguas á la vi l la, y riego á los campos de la parte opuesta. Se
observa que estos campos necesitan para fructificar mas freqüentes abonos que los
otros de la huerta i sin duda porque las aguas que los fertilizan carecen de aquel
légamo que viene desleído con las que corren á descubierto desde el puerto de
A g r e s , Al fafara y collado de San Antonio hasta el pantano, las que siguen despues
del misino modo por la acequia ó catial de riecro.
7 Desde el Pozo claro sigue el rio hácia el norte hasta mas allá de Ontiniént,
donde tuerce hácia levante en busca de A y e l o de Malferit y del rio Alba yda . Sus
aguas, que aquí corren sobre un fondo de marga az^I casi tan dura como la misma
piedra, hiciéron con el transcurso de los tiempos la profunda excavación que
hoy vemos al poniente de Ont iniént , y nos dexáron monumentos para discurrir
sobre la formacion y antigua forma del valle. Vese alli el ribazo izquierdo cortado
casi perpendicularmentc , y en él se descubren bancos horizontales sobrepuestos
hasta formar la altura de 8o y mas palmos. Todos son de marga endurecida , los
inferiores cenicientos , y los demás sucesivamente ménos obscuros y de menor dureza
: tiene cada uno como ocho pies de grueso, y se separa de los inmediatos
por una faxa estrecha y obscura que sigue perfectamente el paralelismo de los bancos.
El hallarse todos paralelos al horizonte, y el componerse enteramente de légamo
endurecido , parece probar que se form.íron en el fondo de las aguas , donde
reynaba una tranquilidad suma , quando el mar cubria la superficie que habitamos.
Pudiéron tener movimiento las aguas superiores , que bañaban y cubrian los
picos elevados del valle , y aun las inferiores inmediatas, bien que mas débil á
medida de su mayor profundidad. Pero las que tocaban la cumbre del Col i de
Llautd , probablemente mas alta en aquella época, y las que se seguian hasta cl
fondo , debiéron hallarse sin movimiento alguno. A beneficio de esta tranquilidad
empezaron á precipitarse las materias desleídas en las aguas , formando capas horizontales
, de las que resultaban bancos. Cubiertos los inferiores por otros sobrepuestos
, se cndureciéron los antiguos, y sobreviniendo otras precipitaciones mas
ó ménos copiosas, se aumento la mole margácea hasta llegar á la altura que hoy
manifiestan los bancos del ribazo izquierdo del Clariano. Concluida la obra , mudó
cl mar de sitio , y apareció una dilatada llanura desde el Col i de Llautd hasta las
cercanías de Vlllena. La s lluvias empezaron á surcar aquel suelo aun tierno, y i
robarle la tierra , trazando las primeras lineas , que con el tiempo vendrían á ser
cauces de los rios : formáronse estos con las lluvias y fuentes , lleváronse las tierras
que baiíaban , y sucesivamente las contiguas, hasta que al fin excaváron el valle
que hoy vemos entre montes , quedando intacta la parte occidental por ser muy
pocas las aguas que hay en el la, y por haberse inclinado el curso del Clariano y
el de otros riachuelos hácia el centro del valle. Tales fueron al parecer las variaciones
que en este se verificaron desde su forma primítíva hasta la que tiene hoy
dia. Formáronse los muros ó cordilleras abiertas por la parte occidental , y hallándose
en la oriental una barrera de montes ó de cerros , resultó un estanque donde
dormían las aguas de algún mo d o , y de alú las mudanzas y formas descritas. L o
mismo sucedió á muchos valles y recintos de la parte meridional del reyno que
hoy vemos cercados de montes con una sola abertura occidental , y compuestos
de marga blanquecina, muchas veces en bancos ú hojas horizontales. El valle de
Bíár continuado hasta el puerto de Agr e s : la hoya de Castalia hasta el sitio llamado
canal de Al c o y : el valle de Ceta hasta el de Tr a v adé l l , y el de Perpunchént hasta
Concentayna, para omitir otros, excavados entre montes en cierta época , se
terraplenáron en otra posterior , quando los cubria el mar , y retirado este experí -
mentáron nuevas excavaciones hasta quedar en el estado y forma actual.
8 Notemos aquí la diferencia que se observa entre los valles y llanos del reyno
de Valencia que conrinúan hasta las orillas del mar Mediterráneo , y aquellos
que quedan tierra adentro separados de él por cerros ó montes intermedios, que
obsd-uyen de algún modo ó impiden de todo punto la comunicación. Hállanse los
primeros abiertos hácia levante, y los segundos hácia poniente. En los primeros
cl suelo es por lo común de poco fondo , y se compone de marga roxíza mas ó
ménos mezclada con cantos rodados , y en partes con porcion de arena ; y en los
tjltimos al contrario el suelo
es por lo común de mucho fondo , compuesto enteramente
de marga blanquecina de diferente dureza sin mezcla de cantos ni de
arenas , mayormente en los bancos inferiores y horizontales. Estas diversas formas
prueban con evidencia que los valles y llanuras se formaron de diferente modo,
y en épocas muy distantes etiffe sí. Lo s de marga roxíza con mezcla de cantos
y de otros cuerpos confusamente mezclados deben su existencia á las repetidas pérdidas
que los montes han padecido despues de retirado el mar ; pero los blanquecinos
se formáron en el fondo de las aguas. Si en estos se observa un cortezon
ó capa de vario grueso , semejante á los terrenos de nueva formacion , también
este cortezon debe su ser á la dcscomposicion de los montes , y al acarreo de materias
que vinieron con las aguas. Las llanuras de los Al foríns ofrecen un suelo de
marga roxíza, que á difcreme profundidad descansa sobre la marga blanquecina,
y en las faldas de los montes del valle á 6o y mas pies de las raices se ve mar -
ga roxíza, que parece notar la línea hasta donde llegó cl terraplén del valle. Si las
lluvias excaváron solamente cl cortezon ó materia de acarreo , los ribazos de las
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