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sales del estiercol, y abonos que deposita el labrador para reparar las pérdidas del
campo. Con todo, s! este produee cosechas abundantes y ciertas es á beneficio de
las aguas , y por esto tienen los de Ibi sumo cuidado en recoger y aprovechar la
de os manantiales y fuente, , dirigiéndolas por canales bien cimentados, de los
guales hay algunos subterráneos, que han hecho taladrando duras peías. Ha n intentado
también aumentar el caudal de la fuente de Santa Maria, y eonseguidolo
por medio de excavaciones y barrenos. Esta operacion harto peligrosa, porque
muchas veces facilita á las aguas nuevos caminos por donde se extravian'surtio
buen efecto en Ibi. Hicieron mas hondo el canal hasta llegar al nacimiento pero
en mi juicio no perfeccion.íron la obra ; porque hallaron aUi un deposito de a.ua
cuyo fondo no se ha calculado con exáctitud , y la vieron brotar con tanta violencia
, que arrojaba muehas veces chinas hasta el peso de media onza , las que eran
de marmol negro , y otras especies de piedra, todas redondeadas y como pulimenadas
: lo qual prueba ser copioso el manantial, y hallarse á grande profundidad.
Convendría pues haeer nueva excavación , empezándola en el sitio mas hondo del
barranco , y dirigirla de modo que al llegar al deposito se hallase 40 pies mas baxa
que la que hoy existe. Para no interrumpir el riego durante la obra, se podria
empezar la mina á doce d mas pies de distancia del canal actual, haciendo al mismo
tiempo las bóvedas correspondientes hasta llegar al manantial. Hallase dicha
fiiente en el rebaxo que dexan los elevados montes de Biscdy y Foyaderes • entra
despues en el barranco de los Molinos, llamado asi por los cinco á que üa movimiento
i se precipita entre los montes conocidos allí con los nombres de Costera
de la basa y Pía de les coves , y entra últimamente en un estanque , de donde
se distribuye para el riego de 60 jornales de tierra. Dicho barratico de los Molinos
es sumamente quebrado y fragoso , compuesto de peiías muy duras de un blanco
que pardea: en sus sitios sombríos vi con abundancia la doradilla, el polipodio
común y culantrillo ; en otros la ononide fruticosa, las campanillas en cabezuela
y con hojas de altea, la zarzaparrilla común , la yedra , el arrayan, las euforbias
llamadas por Linneo caraca,, am,l,daloidcs y spinosa : esta tiene los pétalos amarillos
y enteros ; mas noté que la flor central tenia cinco, y las demás quatro
soUmente.
8 3 Otra tercera fuente tienen los de I b i , que nace en la rambla de la Gabarrera
á un quarto de legua de la canal de Al coy, y con ella riegan 30 jornales de
huerta distribuida en ambas riberas del barranco d rambla 1 sus desperdicios unidos
i vanas fuentecillas que van naciendo en la misma rambla sirven para regar otros
3 6 jornales de huerta destinados á maíces, judías, zanahorias y otras producciones.
Como el terreno es ondeado y freqüentes las cuestas, fué preciso reducirlo todo
á graderías , y asegurar los campos con paredes secas hechas de cantos y pei\as
sobrepuestas. Son estas calizas, algunas de mármol de color de carne con manchitas
mas encendidas, y otras de mármol ceniciento compuesto enteramente de piedras
numularias, cuyo diámetro es desde media línea á medía pulgada. Quise ver sí las
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hallaría sueltas en el monte contiguo, que es el carrascal de Rico, y logré verlas con
abundancia. Son blanquecinas tirando al pardo , casi redondas y planas, delgadas
hacia el borde , y con una pequeiía eminencia en el centro. Sus superficies son lisas
, y en ellas se descubre una línea espiral que empieza en el centro, hace seis
ü ocho revoluciones, y se pierde en la periferia : también se ven multitud de rayos
interrumpidos , que saliendo del centro cruzan las curvas y se terminan en la
exterior. Dcscúbrense con mas claridad la espiral, los rayos y las freqüentes interrupciones
de estos, quando se separan las dos válvulas paralelas de que consta
la piedra numularia j lo qual se consigue fácilmente poniéndola al fuego por algunos
minutos, y echándola de repeníe en agua fria. Hice varias veces la experiencia
, y siempre vi mudado el color blanquecino en gris obscuro. Presentóse
entonces la espiral resaltada , y entre sus curvas un canal excavado que principia
en el centro , y sigue hasta la periferia : dicho canal se halla como separado en un
sin número de celdillas por otras tantas líneas transversales, cuya multitud é inmediación
hace mirarlas como rayos, quando no se examinan con cuidado las
dbcontinuaciones al atravesar las curvas. Por esta descripción parece que las numularias
del reyno de Valencia son de la misma especie que las que Mr. de Saussure
halló en el paragc llamado la Pérdida del Ró d a n o , y describió completamente
en la página 336 del primer tomo de sus Viages á los Alpes : las nuestras
presentan indicios de organización en las superficies exteriores, los que no halló
Saussure en las suyas : jamas las he visto mayores de ocho líneas de diámetro , ni
con mas vueltas espirales que ocho, quando el citado autor llegó á contar 38 en
una que no tenia una pulgada de diámetro. Véase la figura 2 de la última estampa
de este tomo , donde se ve la superficie externa de una numularia en la letra a,
y la interna en la
8 4 Muy cerca de dos horas se emplean desde Ibi á Tibi por las cuestas y
barrancos del camino. La tierra es algo arenisca y menos fértil ; pero por mas de
media legua desde los edificios de Ibi sostiene multitud de almendros, olivos , viñas
y seiaibrados , hasta que aumentándose el número de cerros y barrancos disminuye
el cultivo, y ccsa de todo punto á la mitad del camino. No es tan ingrato el
suelo que no pueda beneficiarse, y aunque privado de riego, daria utilidad si se
plantase do árboles que no lo necesitan. Todo está cubierto de vegetales nativos,
distinguiéndose entre ellos el belcho ó uva de ma r , y el astràgalo parecido al pipirigallo
, cuyas flores son azules, y su estandarte largo , parecido en la forma al
astràgalo do Mompcllcr. En los barrancos van quedando recodos que facilitan
guarida á los foragidos ; se aumenta la altura de los cerros , y en las cercanías de
Tibi aparece otra vez el cultivo, que continúa con mejoras en las inmediaciones
del rio. A la izquierda de este yace Tibi con 340 vecinos, tan aplicados al trabajo
y tan instruidos en agricultura como los otros de la hoya. Cuidan perfectamente
sus huertas y secano, y si hubiera mas brazos en el pueblo habria ménos
eriales y mas frutos. Los actuales se reducen á 1240 cahíces de trigo , 6 1 6 de ceiM
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