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presente siglo. E n tan cor to t i emp o han t r ipl icado el c u l t i v o , y plantado tantas
higueras, q u e les pr oduc en 89 arrobas de higos ; han aument ado cons iderable -
mente las v i ñ a s , y ma s aún los a l g a r r o b o s , que vi provistos de inxer to ma c h o y
sin leíía inútil. C o m o la huerta es mu y reducida di r igen sus cuidados al secano,
muy apto para árboles. T o d a v í a t ienen mu c h o incul to en su t é rmino , e x t endido
una gran l egua de norte á sur , con medi a de oriente á poni ent e -, pero la naturaleza
les da esparto c on abundanc ia , y en él ocupac ion y riquezas. A d ema s de l
producto que les dexa ya manu f a c t u r a d o , ya v e n d i d o en ma n o j o s , c o g en los de
Naquera 1 0 0 l ibras de s e d a , 14S) cántaros de v i n o , 18 arrobas de a c e y t e , 20©
d e a l g a r roba s , y c omo 1 0 0 cahíces de t odo grano. Es regular que c on el t i emp o
se aument en los frutos y el cul t ivo , vista la apl icación de aquel los h omb r e s , que
han de c larado la guerra al oc io. L a tierra de sus c amp o s , c omo que resultó de
amoladeras de los mont e s v e c i n o s , es seca y áspera y p o c o útil para granos?
pero excelente para v i ñ a s , higueras y algarrobos : t ambi én crecen allí c on lozaní a
los o l i v o s , en los que noté sobrada leña y p o c o cuidado.
6 5 Re c o r r amo s ahora las canteras de má rmo l que h a y en las cercarúas de N a -
quera pr inc ipi ando por la par te oriental cont igua al t é rmino de S e g á r t , y por eso
llamadas promi s cuament e de Segár t 6 de Na q u e r a . L a mas preciosa, y sin disput a
la me jo r de l r e y n o despues de la brecha de T a b a r c a , es la del má rmo l figurado,
conocido vul g a rment e c on los nombr e s de piedra de flores d de Segárt . Su f ondo
es r o x o acane lado c on ^-enitas y dibuxos , unas veces amar i l los , y otras encarnados,
presentando despues de l pul iment o vi i tosos juegos de la naturaleza. Há l l a s e esta
piedra en bancos de cor ta dimens i ón ; po rque mucha s veces la mater ia pur ament e
caliza de que òe c omp o n e , está cont igua á otra casi arenisca mu y dura , incapaz
de pul iment o . V e n s e trozos de má rmo l figurado , cuyas ext remidades son de pi e -
dra a r eni s c a , la qual se desprecia , aprove chándose la ma rmór e a en embut idos y
otras o b r a s , c omo se ve en la Ca t edr a l y varías Iglesias de Va l enc i a , y tambi é n
en los Monas t e r ios de S a n Mi g u e l de los R e y e s y Por tacel i . L a f racción recient e
del má rmo l suele presentar hermosas herbor izaciones superficiales , y cristalitos de
un v e rde negruz co. L a segunda suerte de mármol e s son los conoc idos con el n ombre
vul g a r de pi edr a de aguas , que resultó de l depós i to que dexáron las aguas car -
gadas de materias caÜzas y de ocres. L a var iedad de colores que estos tenian , y
las undulac ione s que las capas finas sobrepuestas formá ron al cr istal izarse, di e ron
á las piedras aque l la var iedad de figuras, color idos y brillo que admi ran. Há l l a s e
ordinariamente esta especie de má rmol en z anj a s , excavadas naturalmente en las
peñas duras de l mo n t e j t eni endo alguna v e z seis pies de a n c h o , y ma y o r p r o -
fundidad. Es lástima que no f o rmen s i empre un cue rpo s ó l i d o , y que se de spe -
dacen al s ac ar los , resul tando trozos útiles de tres pies con corta di ferencia. Es t a s
canteras son mu y f reqüentes en el t é rmino de S e g á r t , y en ellas he visto h e rmo -
sos alabastros de color de c e r a , ó con zonas opacas. T amb i é n se hal lan de q u and o
en quando cantos de mu c h o p e s o , c u y o mér i to y bel leza no cede á los anteceden-
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tes. Fo rman estos una brecha compue s ta de f ragmentos de color de chocolat e ,
mas ó menos o b s c u r o , de di ferentes figuras y t ama ñ o s , engastados en una pasta
blanca de espato c a l i z o , que admi te un per fecto pul imento. N o lo recibe igual
el má rmol blanco obscuro , bastante c omún en aquel los mo n t e s , po r hallarse en él
algunos agujeritos y cavernas que inter rumpen la cont inuac ión. T a l v e z se hallará
perfecto en excavaciones profundas . L a úl t ima suerte de má rmo l está al poni ent e
de Na q u e r a en el cerro l lamado de les Solsides : sus colores son ó pa rdo obs cur o
con manchas r o x i z a s , ó negro a lmendr ado c on vetas espáticas casi blancas . F o rma
bancos horizontales de dos y mas pies de g r u e s o , de los quales los super iores están
cubiertos de varias hojas de l g ada s , c u y o conjunto suele c ompone r tres pies de es -
pesor. E n el siglo pasado pade c ió este cer ro tal c o nmo c i o n , que se abr ió de sde
los cimientos hasta la cumbr e ; se rajaron entónces y se desquiciáron los bancos ,
cayendo al barranco cont iguo porciones cons ide r abl e s , y q u e d ando otras á p u n -
to de caer.
6 6 El camino que sigue desde Ná q u e r a á Ser ra es bastante espac ioso aunque
quebrado ; va casi s iempre por el bar ranco y las raices de los cerros y mont e s q u e
se levantan por uno y ot ro lado , y l imi tan el hor i zonte. P o r lo c omú n se pisa un
suelo de amoladeras floxas, que se v a n r educ i endo á tierra arcillosa granugi enta,
y despues de varias curvas se l lega al pueblo ; el qual se halla en la cor ta h o n d o -
nada que de x an los mont e s á un quar to de l egua hácia el sudueste de la ant igua
poblacion l lamada R i a . L a s calles son en Serra mas Uanas y espaciosas que en N á -
quera : las casas se reducen á lo puro necesario , d ond e v i v e n 1 6 0 v e c inos , n úme -
ro insuficiente para cul t ivar el l a r go término de dos leguas de diámet ro. T é rmi n o
á la v e rdad mo n t u o s o , y no pocas v e c e s incapaz de cul t i vo ; p e r o en que h a y
barrancos y laderas fértiles mu y aptas para ol ivos , viñas y algar robos . N a c e n en
é l muchas fuentes , todas p o b r e s , con cuy a s aguas los de Serra r iegan 50 jornales
de huerta. C o m o toda está en las faldas que caen á los barrancos ha s ido preci s o
disponerla en grader ías , y asegurar los r ibazos con a lme c e s , s e gún se pract ica en
el val le de Cof rentes . V e s e por todas partes cercada de altos mont e s que la de f i enden
de los v i e n t o s , y conver t ida en una esmfa na tur a l , d ond e los vec inos cul t i -
van me l o c o t o n e s , p e r a s , ciruelas y cerezas. N o dest inan las varas de los alme c e s
para horcas y garrotes ; y por eso les cor tan las r ami t a s , d e x a n d o sola la pr inc ipal ,
que se levanta hasta adquíru- el grueso y largo cor respondiente á las p e r c h a s , que
partidas por medi o longi tudina lment e si rven para formar anchos aros de cubas.
H a y algunos árboles en el secano , pe ro fal tan infinitas hi gue r a s , y cuidado en los
olivos y a l g a r r obo s , que están cargados de leña inútil. L o s frutos actuales son 2 5 0
cahíces de todos g r a n o s , 7 0 0 libras de s e d a , l o d arrobas de excelentes frutas,
6© de h i g o s , 1 2 3 de algarrobas , i2) de ac e y t e y 8© cántaros de v ino. A esto se
añade lo que r inde la industria de carbonear el mont e y manufacturar el espar to,
muy abundante en todo el término. D e la pl e y t a y cordeles que fabrican sacan io2)
pesos, y suelen hacer al año 4© arrobas de carbón. C o n esta industria s& ma n t i e -