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la confluencia y la escalera para baxar á la mina son enteramente de ye so negro
sumamente duro , cn partes cristalizado : las restantes hasta la boca se excavaron
en un terreno compues to de cantitos rodados engastados en marga con tal qual
peña. H a y en este trecho 1 4 respiraderos ó p o z o s , y 15 en cl resto de la mina.
B a x é á esta por la escalera dispuesta en c a r a col , y ayudado de luz artilkial registré
aquel sitio tenebroso : admi raba la per fección y solidez de la obra , caminando por
un canal donde había pie y medio de agua : seguí andando cont ra su corriente como
2 0 0 pasos , y exper imenté un calor bastante fuerte producido por el agua:
allí empe c é á ver mur c i égalos , cuyo número aumento sobremanera en la confluencia
de los canales ; tomé el de la derecha por donde venia el agua cal iente, y c ontinué
hasta el manant ial que está en la hendedura de las peñ.is : su gusto es grato,
y el calor moderado -, pero concent rado en aquella caverna excita sudores copiosos.
A esta incomodidad se aiiade la de tantos mur c i égalos , que poco acostumbrados
á semejantes visitas t ropiezan con el curioso , y caen por todas partes : ellos y su
exc r emento producen un olor fétido y desagradable. Renrocedí hasta la confluencia
para subir por el canal de la izqui e rda, y llegado á su término vi una balsa de
agua fresca y cristalina de unos 2 0 palmos de dia'met ro, cuyo fondo cn las orillas
es de 9 , y de 1 4 en el cent ro. T o d o el techo estaba cubier to de mur c i égalos , a l -
gunos enr a c imados , otros que se iban desprendiendo y volando á bandadas al r e -
dedor de los que allí es tábamos . Un a hora empleé en esta excursión subter ránea, y
en admi rar los esfuerzos de aquellos vecinos.
1 9 8 N o contentos con haber asegurado los manant iales , intentan sacar me -
jor partido del deposi to principal del agua. L e s parece poco disfrutar la superfìcie de
e l l a , y quieren aprovechar la toda. C o n este objeto han dado principio á otra mi -
na muchos pies mas profunda que la precedente con dirección al manant i a l , de la
qual tienen concluido un largo t r e cho, y vencidas muchas dificultades del terreno,
tan duro en pa r t e s , que la excavac ión de cada pa lmo cucsta diez pesos ; gasto
crecido y empresa memo r a b l e para un pueblo reducido á sus propias fuerzas. S e -
gún me aseguráron llevan ya gastados d o d pesos en excavaciones y obras sin ha -
ber moles tado al Go b i e rno , al Seiíor ter r i tor ial , ni al común de los vecinos. Le j o s
de haber sufrido estos el menor perjuicio , han logrado algunas mejoras. L a s mi s -
mas aguas han suministrado fondos para todas las obras por cl convenio libre que
hiciéron sus dueños. R i e g a n por t u r n o , y cada uno las disfruta los minutos ú horas
á que tiene der echo , pudiéndolas vender á quien se le antoje : cl precio c o r -
r iente en verano es de 6 0 reales por h o r a , lo que produce al día 9 6 pesos. C o n -
vinieron los regantes en vender las aguas todos los Doming o s á beneí icio de la mi -
na , y en que los que tuviesen derecho á ellas en tal dia lo suspendiesen hasta el
L u n e s pr ox ímo : convenio feliz que aseguró fondos para la empr e s a , y facilitó rieg
o á campos que n o lo tenian , sin perjudicar á los que debían regarse cn los D o -
mingos -, porque diferir el riego un dia solamente no atrasa la vegetación , y aprovechar
aquellas aguas en campos de secano aumenta la cant idad de frutos.
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1 9 9 E s muy laudable el zelo é industria de los que buscan fondos para emprender
y perfeccionar obras tan útiles i pero mas laudables son aquellos que sin
fondos las conc iben y executan á expensas pr opi a s , c omo han hecho los de Cr e v i -
llént. Migue l Fr anc i a de Gui l l ém noto juncares y humedad en los barrancos di s -
tantes una legua al sudueste de la villa i vio vestigios de los encariados y excavaciones
de los Moros en la fuente Ma r c h a n t e , y creyó posible descubrir aguas pa -
ra regar algunas cañadas : comenzó sus trabajos , y consiguió hallar una cor ta por -
clon , que conduxo desde cl inanant ial á una balsa de 1 4 palmos de profundidad
por un canal sólido de 2 4 0 varas , donde las a c o p i ó , para guiarlas despues por
otro canal de 1 5 0 varas á los campos de riego. Animados con el exemplo de Gu i -
l l ém otros ve c ino s , atmque con ménos caudales , intentáron registrar las entrañas
del monte , donde al parecer se ocultaban las aguas que burlaron los trabajos p o r -
fiados de los Mo r o s , y úl t imamente los de Gu i l l ém; hiciéron excavaciones p r o -
fundas y una mina hasta dar c on un manant ial tan copioso , que excedia á la fuente
principal. F u é indecible el gozo que produxo este hal lazgo, pero duró solamente
3 7 dias, quedando al lin de ellos tan pocas aguas , que se necesitaban siete dias para
llenar la balsa de Gu i l l ém, que este jamas habia podido llenar en ménos de un mes .
Par ece que la suerte que cupo ant iguamente á los Mor iscos, y en nuestros dias á Gu i -
l l ém y á sus sucesores, debía entibiar el ardor y deseos de hacer nuevas tentativas
y descubrimientos i pero vemos lo contrario en Cr e v i l l é n t , cuyos vecinos porfian
siempre y siguen sus ideas. E n efecto , han empr endido otra mina , de la que t i e -
nen 1 1 9 1 p a lmo s , con nueve pozos ó respiraderos de 7 6 á n o palmos de pr o -
fundidad , y solamente les faltan 3 0 0 para llegar al manant ial ó rio que ellos di -
c e n ! donde á la profundidad de l a o palmos apenas agujerearon la peña saltaron
las aouas con tal fuerza , que subiéron y permanecen á 1 4 palmos de altura. E s p e -
ran ver muy presto coronadas sus fat igas , y bien recompensados sus sacrificios,
promet iéndose aguas copiosas y permanentes para aumentar el r iego y los frutos.
s o o Adema s de las citadas minas hay otras tres empezadas en diferentes s i -
tios ; todos los vecinos se itrteresan : todos piensan en minas : hablar de ellas es
la conversación mas grata : proyectar nuevas excavaciones es aliit,>r creyentes y
tr.tbajadores ; y el dia en que brota la nueva fuente ó se descubre el manant ial ,
es el mas festivo y regocijado para todo c l pueblo. E n t r e tanto se dedican á las
tareas del c ampo con indecible esmero , distinguiéndose en el cul t ivo del ol ivo,
que prospera cn aquel suelo y r inde mucho fruto , l legando alguno á dar 2 7 ar robas
de aceyte. L a cosecha total se regula en 4 3 2 0 0 ar robas ; la de la barrilla en
2 6 3 , cn 4 0© las algarrobas , y en 1 6 3 los higos : cógense 1 6 9 cántaros de vino,
5 8 0 0 cahíces de cebada , poco trigo , que apenas llega 3 3 5 0 cahíces ; y otros a r -
tículos c omo legumbres y hort.tlízas. A pesar de la simplicidad suma con que vi s -
ten los ve c ino s , y de no haber rastros de luxo en sus habi tac iones , 5 0 0 de las
quales son espaciosas cuevas c.xcavadas en los ribazos de aquellos bar rancos , no po -
drían subsistir sin los recursos poderosos de las fábricas y arriería. Es t a sola les pro-
TOMO J I . AAAA
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