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 Aunque  situadas  en  terreno  de s igua l ,  sembrado  de  cerros  y  de  l oma s ,  todas  al - 
 canzan  riego  por  nacer  las  aguas  en  sicios  e l evados ,  y  ser  conducidas  y  derramadas  
 desde  lo  mas  alto  de  las  colinas  hasta  las  raices  ,  dispuestos  los  campos  en  anfiteatro. 
   Que dan  baldíos  los  márgenes  y  r iba zos ,  donde  conviniera  plantar  parras  
 c omo  en  Xi x o n a  y  Chelva  ,  ó  á  lo  menos  almeces  ,  según  la  útil  práctica  que  ya  
 observé  en  el  valle  de  Cofrentes.  L a  multitud  de  ribazos  y  a g u a s ,  y  el  ser  allí  
 como  nativos  los  almeces  y  pa r ra s ,  confirman  esta  ide a ,  y  hacen  esperar  que  prosperaría  
 este  nuevo  ramo  de  industria.  Debieran  también  hacer  experiencias  sobre  
 el  cultivo  del  almendro  ,  nuevamente  innroducido  en  los  cerros  ásperos  de  Segor - 
 b c ,  y  sobre  todo  aumentar  el  número  de  cerezos  ,  manzanos  y  demá s  frutales  ,  reprimiendo  
 la  osadía  de  los  boyeros.  Creo  que  el  medio  mas  oportuno  para  que  los  
 ganaderos  respetasen  la  propiedad  de  los  vecinos ,  sería  imponer  y  exigirles  mu l - 
 tas  correspondientes  al  daiío  quantas  veces  entrasen  sus  ganados  en  campos  cultivados. 
   Tamp o c o  debiera  tener  bueyes  quien  fuese  hallado  en  hur tos ,  y  no  tuviese  
 con  que  mantenerlos.  Entonces  recibiría  el  término  entero  mejoras  considerables,  
 se  plantarían  ol iva res ,  se  aumentaría  el  número  de  higueras ,  y  parecería  el  término  
 una  copia  fiel  del  delicioso  de  Ch e l v a ,  no  cediéndole  en  la  cantidad  de  
 aguas  ;  se  aumentarían  también  las  familias  hasta  cerca  de  i S  ,  que  podrían  subsistir  
 aumentándose  los  frutos.  L o s  actuales  ademas  del  vino  se  reducen  á  12)  cahíces  
 de  trigo  ,  2 d  de  maíz  ,  2 2 2  de  c e bada ,  poca  seda  ,  aceyte  y  hortalizas.  
 1 2 5  Ha y  en  el  término  de  Vibér  mas  de  5 0  fuentes ,  de  las  quales  algunas  
 tan  copiosas  ,  que  una  sola  bastaría  para  regar  las  huertas  actuales  :  casi  todas  nacen  
 en  sitios  e l evados ,  precipitándose  no  pocas  veces  en  vistosas  cascadas ,  y  ame - 
 nizando  el  recinto  con  canales  y  frescura.  To da s  son  cristalinas  y  s ana s ,  no  obs - 
 tante  estar  cargadas  de  xugos  lapidíficos,  como  lo  atestiguan  los  montes  de  tosca  
 que  han  formado  y  continúan  formando  ,  especialmente  en  el  dísnríto  llamado  la  
 Floresta.  Ad ema s  de  la  Fuensanta  ,  que  como  queda  dicho  nace  en  lo  mas  septentrional  
 del  t é rmino,  hay  en  las  cercanías  meridionales  otra  fuente  llamada  del  
 Pont ón,  cuyas  aguas  únicamente  sirven  para  el  riego  ,  por  ser  blandas  y  de  un  sabor  
 poco  grato.  Son  deliciosas  las  de  la  fuente  llamada  del  Pueblo,  del  qual  dista  
 c omo  un  quarto  de  legua  hácia  el  nor t e ,  y  de  ellas  beben  los  vecinos.  Tambi én  
 son  excelentes  las  que  nacen  junto  á  la  ermita  de  San  Miguel  en  tal  copi a ,  que  el  
 conjunto  de  manantiales  que  hay  en  el  espacio  de  3 0  p a s o s ,  forma  un  riachuelo  
 que  fertiliza  hanegadas  de  tierra  :  salen  de  los  manantiales  unidas  en  un  solo  
 canal  j  luego  se  dividen  en  qua t ro,  de  los  quales  uno  sígue  hácia  las  huertas  de  
 Xé r i c a  ,  y  otro  va  al  molino  de  la  Ag u a  bl anc a ,  donde  precipiti adose  las  aguas  
 de  5 0  pies  de  altura  ,  forman  una  hermosa  cascada.  Ma s  abundante  es  aun  la  fuente  
 de  los  Oj o s ,  llamada  así  por  los  quatro  agujeros  de  14  á  2 0  pies  de  profundidad, 
   que  se hallan  en  un  dilatado  prado  casí  seco  en  su  superficie,  que  dista  menos  
 de  una  hora  hácia  el  norte  de  la  poblacíon.  Mi rando  por  dichos  Ojos  se  ve  correr  
 con  violencia  un  riachuelo,  cuyo  canal  d  mina  subterránea  labro  naturaleza  sin  
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 ayuda  de  los  hombres.  Auméntase  el  caudal  del  riachuelo  con  las  aguas  que  des - 
 pués  1»  añade  la  fuente  R e d o n d a ,  y  últimamente  con  las  de  la  copiosa  fuente  
 llamada  de  Lochino.  Con  esta  multitud  de  a g u a s ,  y  con  las  que  los  de  Vibér  toman  
 del  Palancia  fertilizan  sus  campos  ,  y  envian  hácia  Xé r i c a  la  que  basta  para  
 regar  sus  dilatadas  huertas.  
 1 2 6  Aunque  en  varias  partes  del  reyno  de  Valencia  hay  moles  considerables  
 de  piedra  tosca,  en  ninguna  se  ven  tantas  como  en  las  cercanías  de  Vi b é r ,  señaladamente  
 en  el  distrito  llamado  la  Floresta  ,  donde  se  halla  un  cerro  de  2 0 0  
 palmos  de  altura  ,  compuesto  en  otro  tiempo  de  tierra  ,  y  hoy  de  tosca  ,  desde  la  
 cumbre  hasta  ma s  de  1 4 0  palmos  de  profundidad.  Si  se  baxa  á  la  profunda  hoya,  
 que  es  propiamente  la  Flor e s t a ,  y  se  examina  la  cuesta  y  los  recortes  del  cerro,  
 se  verá  el  trabajo  de  la  naturaleza  ,  ocupada  actualmente  en  aumentar  la  mole  tosca  
 sin  hacer  misterio  de  sus  obras  ,  ántes  mostrando  el  método  de  fabricarla.  V e - 
 ráse  allí  gotear  el  agua  por  lo  interior  de  los  tubos ,  puestos  en  direcciones  diversas  
 }  aumentarse  las  dimensiones  de  e s tos ,  que  sucesivamente  van  cubriendo  las  
 raíces  de  los  vegetales ,  como  también  los  cuerpos  duros  que  encuentran  ;  y  caer  la  
 tierra  desleída  para  dexar  sitio  á  nuevas  petrificaciones.  Hácese  todo  esto  muchas  
 veces  con  tanta  presteza,  que  hasta  las  hojas  de  vegetales ,  que  se  reducirían  á  pol - 
 vo  , quedan  encerradas  en  la  tosca.  He  visto  en  la  Floresta  sarmientos  en  parte  cubiertos  
 ya  de  incrustaciones,  y  en  parte  asidos  aun  al  suelo  que  los  vivifica.  E n  
 Vallanca  y  Chelva  vimos  obras  antiguas  de  este  género;  en %^ibér  está  como  abierto  
 el  taller  y  la  fóbrica  de  otras  semejantes.  T o d a s ,  como  he  notado  en  este  libro,  
 son  efecto  de  las  a gua s ,  que  tenían  en  disolucíon  partes  calizas  síu  alterar  su  
 transpariencia  ,  y  que  derramadas  continuamente  y  con  abundancia  sobre  la  tierra  
 se  sumían  en  ella  :  evaporábase  el  agua  ,  ó  seguía  tierra  adent ro,  y  ento'nces  las  
 partes  similares  calizas  se  iban  uniendo  ,  continuando  así  y  aumentando  sucesivamente  
 los  depósitos  de  piedra  tosca  en  el  espacio  ocupado  ántes  por  la  tierra.  
 127  A l  nordeste  de  Vibér  se hallan  tres  lugares, Benafér  á  tres quartos  de  hora,  
 Caiidiél  á  u n a ,  y  algo  mas  apartado  Novalíches.  Es t e  es  el  mas  oriental,  y  consta  
 de  l i o  vecinos  labradores,  que  cultivan  algunas  huertas  y  el  secano.  Sacan  de  su  
 termino  3 0 0  cahíces  de  trigo  ,  1 2 0  do  maíz  ,  3 0 0  aiTobas  de  higos  ,  2 0 0  libras  de  
 • cda  ,  lü)  cántaros  de  vino  ,  poco  aceyte  ,  y  algiuias  hortalizas  y  legumbres.  Caudíél  
 es  el  mas  septentrional,  y  el  mas  considerable  por  el  número  de  vecinos  ,  que  
 llegan  3 3 1 1 .  Hállase  situado  en  una  llanura  cercado  de  9 0 0  hanegadas  de  huerta  
 ,  donde  se  da  maíz  ó  t r igo,  pero  jauias  las  dos  cosechas  eii  el  mi smo  año  ;  riéganse  
 las  huertas  parte  con  las  aguas  de  la  Fuensanta  ya  c i t ada ,  y  parte  con  las  
 llamadas  de  Santa  Ursola.  A  excepción  de  los  campos  de  riego  casi  todo  el  término  
 es  parecido  al  de  \  íbér  ,  sembrado  de  cerritos  ,  lomas  y  c añada s ,  donde  hay  
 dilatados  viñedos ,  y  muy  pocos  olivos.  L o s  frutos  se  reducen  á  1 4 0 0  cahíces  de  
 t r igo,  1 3 0 0  de  maíz  ,  150  entre  cebada  y  a v ena ,  6 o 0  cántaros  de  v i n o ,  1 0 0  
 libras  de  seda  ,  bastantes  hortalizas,  y  corta  cantidad  de  cáiiamo  y  aceyte.  E n  B e - 
 ;  i  t.5;;ViS-4:i:.SvS.S-í.3  íí-í  S,  <  i  íá;.  ':-  ••