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 los  obstáculos  que  ponían  los  cuerpos  caídos  y  dcsleidos  en  ellas,  y  con  el  transcurso  
 del  t i empo  fueron  á  fecundar  las  huertas  de  Valenc ia.  El  caudal  del  rio  Ar c o s  
 viene  á  ser  c omo  el  del  rio  Cl i e l v a  ;  y  quitada  ima  pa r t e ,  consuniida  en  regar  las  
 huertas  que  van  quedando  en  sus  riberas,  entra  todo  en  el  Tur í a .  A l  baxar  hacía  el  
 rio  Ar c o s  se  descubren  en  el  fondo  las  huertas  de  Or c h o v a ,  situadas  en  la  ribera  
 de  la  de r e cha ,  donde  se  v en  maíces  ,  moreras  y  frondosos  árbol e s ,  cuya  verdura  
 contrapuesta  á  las  peñas  peladas  y  pinos  de  aquel  r e c into ,  hace  uii  gracioso  c ontraste. 
   Ll é g a s e  úldmamente  al  rio  ,  que  se  vadea  por  llevar  pocas  aguas  ,  y  dexand 
 o  á  la  derecha  Or c h o v a ,  se  pisa  lui  suelo  inculto  y  montuoso  ,  que  cont inúa  
 hasta  el  puente  de  Santa  Cr u z  sobre  el  Tur i a .  La  ribera  izquierda  de  este  rio  está  
 allí  sin  cul t ivo  ;  pero  en  la  derecha  se  hal lan  las  dilatadas  huertas  de  Santa  Cr u z ,  
 que  ocupan  una  legua  ,  y  c omponen  31  o  fanegas  '  de  sementera  ,  unas  en  las  r i - 
 beras  del  r i o ,  y  otras  en  sitios  mas  altos.  El  Tur ia  lejos  de  contribuir  á  la  fel ici - 
 dad  de  los  vecinos  de  Santa  C r u z  ,  que  son  1 5 0  ,  ocasiona  daííos  notables  ,  inundando  
 parte  de  las  huer tas ,  y  llevándose  la  tierra  de  algunos  campos.  Y  no  es  es - 
 te  el  ma y o r  ma l  que  sufren  estos  labradores  ,  sino  la  triste  suerte  de  ser  meros  
 arrendatarios.  N o  teniendo  seguridad  de  conservar  por  muchos  años  los  campos  
 que  cul t ivan  ,  carecen  de  esdmulo  para  mejorarlos  de  un  mo d o  sol ido  y  pe rma - 
 nente.  De  ahí  es  que  aunque  logran  terrenos  fértiles  ,  aguas  abundantes  ,  y  di v e r - 
 sas  posiciones  aptas  para  variar  los  f rutos ,  todos  son  po b r e s ,  y  muchos  miserables. 
   C o g e n  en  su  término  2 4 0 0  fanegas  ^ de  mai z  ,  4 5 0 0  de  trigo  ,  1 2 0  de  p a - 
 nizo  n e g r o ,  1 800  cántaros  de  v ino  ,  3 0 0  libras  de  seda  ,  mucha  fruta  y  hortal i - 
 zas.  El l o s  lo  sudan  y  t o g en  ,  mas  otros  lo  disfrutan.  Sic  vos  non  -oobis  Ma s  felices  
 son  los  próximos  vecinos  de  A r a s  con  no  tener  mas  de  granos  y  vino.  
 9 9  Do s  son  las  principales  fuentes  que  fertilizan  el  término  de  Santa  Cr u z ,  de  
 las  quales  la  l lamada  de l  Mo l i n o  cae  al  sur  de  la  poblacion  ,  y  á  corta  distancia:  
 brota  con  fuerza  por  la  raíz  de  un  cerro  ,  y  es  tan  copiosa  ,  que  ella  sola  forma  un  
 riachuelo  de  dos  muelas  de  agua.  E l  gusto  salobre  de  esta  d e p e n d e ,  al  parecer,  de  
 los  yesares  que  atraviesa  ,  sobre  los  quales  está  el  castiEo  ;  y  en  la  cuesta  las  pobres  
 é  infelices  casas  de l  pueblo.  La  otra  es  también  abundante  y  de  excelente  agua,  
 la  qual  nace  en  las  inmediaciones  del  caserío  ó  aldea  l lamada  As tur ias }  riega  por  
 alH  varias  huer tas ,  y  va  siguiendo  el  curso  del  barranco  ;  recibe  luego  las  aguas  
 de  otra  fuente  que  brota  en  una  c u e v a ,  y  con  este  aumento  cont inúa  fert i l izando  
 el  largo  trecho  que  hay  hasta  Santa  Cruz .  
 100  Salí  de  este  pueblo  por  el  barranco  y  camino  de  Asturias  que  guia  para  
 las  tierras  de  A d e m ú z ,  y  por  tres  quartos  de  hora  subí  la  cuesta  hasta  llegar  á  las  
 I  Cada  fanega  y  media  de  sementera  se  reputa  i  Cada  fanega  de  Santa  Cruz  se  compone  de  
 un  jornal  de  rierra:  habrá  por  consiguiente  en  San-  dos  armudes  ,  y  equivale  á  tres  barchillas  y  un  ocra  
 Cruz  algo  mas  de  aoo  cahizadas  de  huerta  ,  me-  tavo  ,  medida  de  Valencia  , donde  el  cahíz  de  trigo  
 dlda  de  Valencia.  consta  de  doce  barchillas.  
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 elevadas  llanuras.  De s d e  el  camino  se  descubren  por  la  izquierda  espesos  pinares,  
 precedidos  de  hermosos  campos  cul t ivados  :  á  la  derecha  y  en  la  senda  que  sirve  de  
 camino  ha y  coscoxas  y  otros  arbustos  casi  hasta  llegar  al  caserío  de  Asturias,  en  cuyas  
 inmediaciones  se  ve  una  hoy ada  hermosa  que  á  la  sazón  estaba  en  barbecho.  
 Llegad o  á  la  altura  de l  mont e  pisé  un  suelo  es tér i l ,  y e rmo  y  pedregoso  ,  y  poc o  
 despues  un  di latado  carrascal ,  que  está  en  término  de  Mo y a .  Po r  lo  c omún  que - 
 da  inculta  aquella  llanura  quanto  alcanza  la  vista  ,  y  solo  se  descubre  algún  
 campo  cul t ivado  ,  cercado  de  eriales.  Qu a n d o  se  pasa  la  raya  que  divide  los  r e y - 
 nos  ,  y  separa  los  términos  de  Mo y a  y  de  Va l l anc a  ,  que  es  una  de  las  villas  de l  
 R i n c ó n  ,  empiezan  pinares  ,  barbechos  y  cuestas  para  baxar  á  la  poblac ion  ;  pe r o  
 antes  de  describirla  conv endrá  dar  una  breve  idea  del  Ri n c ó n  entero.  
 j o i  Su  figura  es  casi  ehptica  ,  y  tiene  cinco  leguas  y  media  de  oriente  á  p o - 
 niente  con  quatro  de  norte  á  sur  ;  por  todas  partes  le  cercarr  altos  y  destemplados  
 montes  ,  que  se  internan  hácia  el  c ent r o ,  donde  alternan  con  cerros  de  ye so  ,  principalmente  
 en  el  curso  de l  Tur i a.  H a y  otros  de  tierra  r o x a ,  c u y o  nume ro  fué  
 ciertamente  ma y o r  en  onro  t i empo  ,  visto  que  los  actuales  se  d e s c omp o n e n ,  y  que  
 de  sus  pérdidas  resultan  llanuras  y  lomas  fértiles.  Crúz a l e  el  T u r i a  de  norte  á  sur  
 fertilizando  sus  r iberas ,  ya  con  sus  propias  a gua s ,  ya  con  las  que  recibe  de  los  
 rios  Eb r o n  y  Bo i l g u e s ,  y  de  la  rambla  de  la  Puebla  ;  esta  le  entra  por  la  i z - 
 quierda  ,  y  aquellos  p o r l a  derecha.  Habi t an  en  el  Ri n c ó n  1 4 0 0  fami l ias ,  repartidas  
 en  quad-o  villas  ,  dos  lugares  ,  y  ocho  aldeas  principales.  A d emt í z  es  
 la  vi l la  pr inc ipa l ,  situada  casi  en  el  centro  del  Ri n c ó n  á  la  derecha  del  T u - 
 ria  ,  y  de  ella  dependen  las  aldeas  l lamadas  Casas  altas  y  Casas  baxas  ,  que  y a - 
 cen  al  sur  en  la  ribera  derecha  del  Tu r i a  ;  O lmo  ,  Sesga  y  el  V a l  situadas  á  la  i z - 
 quierda.  Gastel fabíb  es  la  segunda  vi l la  ,  colocada  al  norueste  de  A d emú z  en  los  
 confines  de  A r a g ó n  ,  de  la  qual  dependen  las  aldeas  nombradas  los  S a n t o s ,  R a t o  
 y  R o y o .  Va l l anc a  es  la  tercera,  que  cae  al  poniente,  y  tiene  al  Ne g r d n  por  anexo.  
 L a  quarta  se  l lama  Puebla  de  San  Mi g u e l ,  puesta  al  nordeste  do  A d emú z  i  y  los  
 dos  lugares  son  To r r e  alta  y  To r r e  b a x a ,  que  y a c en  al  nordeste  ,  este  á  la  de r e cha  
 del  Tur i a  ,  y  T o r r e  alta  á  la  izquierda.  Go z a n  las  tierras  de  A d emú z  aguas  a bundantes  
 y  puras,  y  un  cielo  despejado  :  el  cl ima  no  es  de  los  mas  b eni gno s ,  pues t o  
 que  no  pueden  vivi r  allí  olivos  ni  algarrobos  ;  á  excepc ión  de  los  quales  todo  pros - 
 pera  en  aquel  suelo  ,  que  produce  ma i z ,  y  toda  especie  de  granos,  vino,  y  una  c antidad  
 considerable  de  irueces  ;  vense  con  fi-eqUencia  nogales  monst ruosos ,  y  no  p o - 
 cas  veces  c omo  bosques  de  ellos.  Qu e d a  mu c h o  incul t o ,  ya  por  falta  de  brazos,  
 aunque  aumentados  en  este  s iglo,  y a  por  ser  el  suelo  peñascoso  :  alH  pacen  los  g a - 
 nados  ,  y  las  plantas  nativas  suministran  al imento  á  millares  de  c o lmena s ,  que  rinden  
 quantiosas  sumas.  He c h a  ya  la  descripción  general  del  R i n c ó n ,  volvamos  á  
 las  cuestas  de  Va l l anc a .  La  ma y o r  es  la  mas  inmediata  á  la  v i l l a ,  con  muchas  
 arroyadas,  plairtada  de  robustos  pinos.  Hál lase  Va l l anc a  en  una  cuesta  rápida  i  sus  
 calles  y  edificios  sin  gusto  ,  ni  mas  comodidade s  que  las  precisas  para  el  abr igo  de  
 if  iiir