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Los opéranos abren la reja de la galería y entran hasta la puerta do madera, que
arrancan , quedando las aguas contenidas por el duro y grueso cortezon de arcilla
y légamo ; excavan en él algunos pies en lo interior del estanqiie , y suben á la
terrasa ó esplanada , desde la quai introducen una larga barrena con que taladran
el cortezon , estableciendo asi una comunicación entre el agua y la cueva que excavaron
en el légamo. Apénas se verifica el paso de la mas mínima porcion de
agua, es temeridad mantenerse en la galería ó cauce del barranco i porque las aguas
con su grande peso y empuje contra el agujero lo ensanchan en nn momento,
extendiéndole casi al diametro de la galería, y salen con furioso ímpetu, llevándose
consigo las inmundicias y quanto encuentran al paso. En una de estas ocasiones
se llevaron al Escribano y Comisionado de Alicante, que imprudentemente se detuvieron
en el barranco mas tiempo del que debían ; y arrebatados por la corriente
fueron despues hallados sus cadáveres á larga distancia desnudos, mutilados
y negros.
87 Pasados los montes del pantano y baxando á sus raices meridionales se
observa una gran mudanza en el clima y vegetación. Por últimos de Abril el frío
que aun reyna en la hoya , allí cesa como de repente ; vense los almendros cardados
de fruto, y las plantas floridas y con fruto. Así estaban el pipirigallo común y
cresta de gallo, las xaras cenicienta y escamosa , el alhelí triste , y el hermoso y
suave tomillo cabezudo. N o muda de estado el suelo torciendo hácia el norte en
busca de Xixona , distante de allí casi dos leguas mediando montañas y cerros,
los mas térreos de arcilla, de yeso ó de marga colorada. Muchos quedan incultos,
sin aprovecharse mas que las lomas y cañadas. Es corta la primera cañada que se
presenta al salir del pantano no léjos de Escobella, d bien Puntarronesa, pero bien
plantada de almendros y olivos ; sigúese otra mayor llamada Silím, donde hay una
fuente que sirve para regar algunos campos i luego vietren cerros sucesivamente
mas altos. Va quedando al sur y sueste el mar Mediterráneo como á tres leguas de
distancia , y al norte y nordeste muchos montes , los mas del término de Xixona.
Muy presto se descubre una anchurosa hoya , no llana como la de Castalia que
acabamos de ver , sino sembrada de cerros , diferentes en altura y tamaño , entre
los quales median barrancos y gargantas. Vistos desde allí parecen estériles , y el
recinto entero de poca utilidad ; pero muy diferentes quando se examinan de cerca
por la variedad y multitud de frutos, novedad del cultivo y lozanía de producciones.
Sobre uno de ellos muy cerca del monte llamado Peña de Xixona se conservan
ruinas de la antigua fortaleza que dominaba y defendía la ciudad. Hállase
esta en la cuesta rápida del cerro con calles en anfiteatro y tan incomodas, que
para comunicarse fué preciso construir anchas escaleras : hay no obstante dos muy
largas, espaciosas y llanas, con edificios muy decentes, y todas miran hácia las
huertas ó deliciosos jardines , contiguos á la poblacion. Moran en ella 1176 vecinos
, la mayor parte labradores , que con otros 240 de la nueva villa ' de la Torre
I En I7P4 se separó de Xixona erigiéndose en villa.
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de les Mdiisanes , cultivan como siete leguas quaJradas de término , el qual linda
con los de Ti b í , Ibi , Aleo y , Pcnáguila , Benifallím , Rclléu , Busdc y Alicante.
Hay en él muchos montes casi incapaces de cultivo, algunos de grande altura,
y todos encadenados , formando un muro circular en los confines de los pueblos
vecinos. Al este y sur cae el llamado Cabeso, que separa dicho término de los de
Relléu y Busot j al poniente la peña de Xixona , que lo separa de la hoya de
Castalia ; y al norte la misma Peña , que mudando de nombres y dirección tuerce
hácia los montes de Peniguila y sierra de la Grana : llámase Llibrería en el camino
que conduce á Ibi , Carrasqueta en el de Alcoy , y Rontonál en las cercanías
de la Torre de les Mansanes. Dentro de esta cordillera circular de montes queda
la multitud de cerros y el recinto que la Providencia quiso distinguir con varias
gracias ; donde el labrador instruido y laborioso logra abundante recompensa de
sus trabajos, y sitios preparados para coger frutos con anticipación. ¡Qué contraste
hacen los alrededores de I b i , Tibi y de Xi x o n a , separados apénas por legua y
media de terreno ! E n estos pueblos es indispensable la chimenea á principios de
Mayo , soplan los vientos con violencia , y la vegetación se halla retardada ; quando
en Xixona se advierte templada la atmosfera de tal modo que se suda con facilidad
j las plantas con sus varias flores , y no pocas con fruto. Allí los vientos son
suaves, y apénas sensibles en las partes baxas, abrigadas por la altura de los mo n -
tes , y convertidas en estufas naturales por las freqüentes arroyadas y varias posiciones
de los cerros. Ha y aguas abundantes y seguras ; sucesión lenta y continuada
de calores ; ningún rezelo de escarchas, yelos ni uracanes 5 y contundo el labrador
en condiciones tan ventajosas dispone sus siembras y plantíos : no se detie-r
ne en gastos, ni en los obstáculos que puedan presentarle lo rápido de las cuestasj
cotiiplácese en vencerlos y reducir á cultivo sitios al parecer estériles. N o pocas veces
roza peñas, y trae de otras partes la tierra para formar campos , que regados
dan fresas, pimientos y legumbres. Otras convierte en graderías las cuestas rápidas,
anivela los campos que resaltan, y los fortilica con solidas murallas que contengan
la tierra : allí planta frutales de toda especie , y siembra trigos, maíces y hortalizas
que se suceden sin interrupción. Construye hs murallas de modo , que á quatto
pies de altura dexen una grada de un pie de ancho, y sucesivamente otras,
donde planta las parras que dispone en toldos sostenidos con palos y cañas entretexidas,
cuyo conjunto forma vergeles deliciosos, y sumamente titiles en todas estaciones.
Porque como el terreno va baxando desde mas allá de la Torre de les
Mansanes lubta el término de Alicante, presenta posiciones de diferente temperatura
, calientes lucia el sur, templadas en las cercanías de la ciudad, y algo
ménos hácia el norte. Aprovechándose el labrador de estas circunstancias , coge
frutas tempranas y muy sazonadas en los canipos meridionales , y tardías en los
septentrionales. Allí crecen amistosamente el almendro y la morera , el naranjo
y el olivo , el algarrobo, la palma y todo género de frutales, siendo tan grande
la caucídad desús frutas, que se regulan en 100 cargas de á ocho arrobas
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