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creyendo ser esta la mina de riquezas, descuidan la verdadera que hallarían cultivando
el término. Ha y en la huerta un número considerable de cerezos , ciruelos
y nogales , y la suma de frutos son 1300 cahíces de trigo , 250 de avena,
320 de cebada , 180 de canaria , 400 arrobas de aceyte , z d cántaros de vino , y
100 libras de seda.
8 7 De sde Dome í ío se empezó á descubrir la torre y varios edificios de Cl i e l -
v a , que se presentaron de nuevo con mas claridad al salir de Cal les : quedaba una
hora de c amino , y se veía de quando en quando algún terreno inculco, que después
casi llegué á creer lo dexaban de intento para que resaltase .el cultivo de los
campos contiguos : iba aumentando por grados el cuidado del labrador , la hermosura
y frondosidad de los campos hasta las inmediaciones de la villa. Por todas
partes se oía el murmullo de las a gua s , y se veían con freqüencia cascadas que
deleytaban el ánimo. T o d o estaba v e rde , todo Heno de vigor y lozanía j los c ampos
que habían ya dado trigo sostenían maíces, d panizos espigados : los márgenes
y ribazos se veían adornados de pailas dispuestas en toldos , ó entretexidas entre
los almeces. Estos se avanzaban en situación casi horizontal , y extendían sus frondosos
ramos hasta tocar las moreras , los nogales, y otros frutales del ribazo opues -
to } de modo que los caminos y senderos quedaban defendidos del sol por la
fresca sombra que producían los árboles. C omo el terreno es sumamente desigual
y ondeado , los cerritos cortaban la vista , y solo permitían registrar por partes
aquel pasmo de industria , para que el ánimo con estas pausas pudiese apreciar el
mérito del cultivador. E l qual descubría mas observando la pobreza del suelo, muchas
veces de piedra tosca (tophits) rozada á pico para anivelar el ter reno, en que
despues se sobrepuso un pie de tierra traída de otras partes. En los campos de
esta naturaleza había pocos árboles , pero se veían en i d e Setiembre robustos
maíces y legumbres. T a l es el aspecto que ofrecen las inmediaciones de Che l va ,
colocada entre 4 6 0 0 tahullas de huerta , con calles espaciosas y hermosos edificios,
liabitada por 1600 vecinos , de un trato amable sin afectación ní etiqueta. E l g e -
nio industrioso é infatigable del Che l v ano tiene allí dos poderosos medios para fecundar
la tierra , que son mucho estíercol y copiosas aguas. Estas nacen poco mas
allá de Tuexar , en la heredad de Do n Mar iano Segundo Ba r e a , por muchas bocas
, manantiales y fuentes , y unidas todas en un riachuelo empiezan á correr por
el barranco que desde la Ye s a baxa por Alpuent e. Sirven primeramente para regar
la gran huerta de Tuexar , que pasa de 3© tahullas j y quando llegaron al sitio
llamado los Chor ros de Tuexar , las conducen los de Che l v a por canales , unos de
madera , y otros excavados en los cerros. Hállanse las aguas á mucha altura al salir
de Tuexar , y por eso pueden los Chelvanos guiarlas por las cumbres de sus
cerros, y distribuirlas desde allí por los campos dispuestos en gradería. Ad ema s
de estas aguas tienen los de Cl ielva un caudal considerable en las copiosas é innumerables
fuentes que nacen dentro de su huer ta, cuyo solo caudal forma un riachuelo
que al nordueste de la villa , y casi lamiendo los edilicios entra en el que
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viene formado desde T u e x a r , conocido luego con el nombre de rio de Che l v a .
Tal vez á esta abundancia de aguas se debe atribuir el descuido que se nota en los
conductos y canales. En los muchísimos de madera contiguos á los Chorros de
Tuexar se echa de ver la imperfección ya en la mucha agua que fluye por las junturas
y se pierde , ya en los freqüentes y costosos reparos que necesitan las obras
de esta naturaleza. Sería glorioso y útil á los de Che l v a hacer canales sólidos de
mampostería , donde lo exigiese la condicíon del terreno ; y debieran dirigirse no
por la ladera del cerro terreo sin solidez alguna, en que actualmente se ve un bosque
de palos y tablones , sino por mas ar r iba, donde se hallase un suelo capaz de
conservar la caiíería , y evitar las pérdidas de agua que al presente se observan.
88 La piedra tosca que se ve en algunos campos de la huerta es abundante
en las cercanías de Chelva , y forma algunas veces cerritos considerables ; el ma -
yor se halla en el Convento de Franc i s cos , y cueva llamada de los Mártires. T o -
da ella es efecto de las aguas , que venían cargadas de jugos lapídíficos. Quando
se derramaban mansamente sobre cuerpos duros formaban la piedra de aguas que
vemos en A l b a y d a , Náque r a , y otras partes del reyno ; pero quando se esparcían
sobre un suelo terreo y esponjoso , se sumían en é l , cristalizándose en tubos de
diferentes diámetros y direcciones , que iban ocupando el espacio donde estaba la
tierra, que desleída se precipitaba con el agua. Continuábase esta o b r a , y las aguas
llevaban al fin toda la tierra , quedando en lugar de esta una masa de piedra mas
o' menos mezclada con tierra , muy porosa, y por esto mas ligera que igual mol e
de otra piedra. En muchas partes se prefiere la tosca para fabricar paredes , por la
union intima que forma con el mortero. Hallándose pues en las cercanías de Ch e l -
v a cerros y lomas de piedra tos ca, se infiere que las aguas corrieron en otro tiempo
mucho mas alcas, y que las gargantas que separan los cerros actuales debieron su
existencia á las mismas aguas. En Vibe r veremos trabajar las aguas á descubierto,
formar tubos , aplicarlos á las raíces de los árboles , desalojar la tierra del sitio que
había ocupado de tiempo inmemor i a l , y aumentarse tierra adentro la mol e tosca
que ya existe.
89 Por fortuna la mayor parte de la huerta de Che l v a es un terreno de mucho
fondo , y sumamente fértil : allí multiplican los Chelvanos sus producciones.
N i un pie de tierra queda sin cultivo : vense en cuestas rápidas bancal i tos, que
apénas tienen tres varas de superficie. Es incalculable el número de nogales , y c o -
pioso su fruto. C omo se ha multiplicado muclio en este siglo el vecindario de
Chelva , se ha aumentado también el cultivo rompiendo eriales , y aprovechando
los barrancos y laderas que antes se despreciaban. Da gusto el ver la multitud de
vinas y barbechos del término , principalmente los que están en el recinto conocido
con el nombre de C amp o de Chelva. Es allí contrarío el clima á los algarrobos
y olivos , pero muy favorable á los sembrados. Cógens e en el término 4 5 0 0
cahíces de trigo , 900 de cebada , 400 de avena , 2® de maíz , 80S) cántaros de
vino, 300 libras de seda, buena porcion de a c e y t e , algarrobas, y mayor de higos
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