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 la  derecha  del  rio  hacia  Bexis.  Junto  á  esca  villa  se  halla  un  aqiicdiicro  de  siete  arcos  
 ,  por  el  qua!  viene  el  agua  para  surtir  al  pueblo.  Bexi s ,  aunque  capital  de  aquellos  
 pueblos ,  apenas  tiene  i 8 o  vecinos  unidos,  si  bien  cuenta  600  ,  inclusos  los  
 de  T o r a s ,  Te r e s a ,  los  55  de  Cana l e s ,  y  las  casas  de  campo.  Las  calles  de  Bexís  
 están  en  cuesta,  y  sus  malos  edÜicios  descansan  sobre  un  alto  cerro  de  amoladeras  
 :  vista  de  lejos  la  poblacion  se  parece  á  un  navio  con  la  proa  al  oriente  ,  en  cuy 
 a  popa  se  levanta  el  castillo  sobre  algunos  escalones  :  siguense  despues  elevados  
 montes  que  cortan  la  vista,  y  continúan  hasta  el  reyno  de  Aragón.  Los  frutos  del  
 término  general ,  con  los  pocos  que  cogen  en  el  suyo  los  40  vecinos  de  Sacanét,  
 son  3200  cahices  de  trigo  ,  1200  de  cebada  y  avena  ,  de  maiz  ,  50  entre  garbanzos  
 y  judias,  300  arrobas  de  higos,  algo  mas  de  miel ,  2500  de  cerezas  ( s o - 
 lamente  en  Teresa)  ,  100  de  aceyte  ,  700  de  hortalizas  , mas  de  2©  cántaros  de  
 v i n o ,  50  libras  de  seda,  1 50  arrobas  de  cáñamo,  y  60  de  cera.  
 130  Para  llegar  al  nacimiento  del  Palancia  todo  son  derrumbaderos  y  cuestas  
 ;  la  mas  larga  y  menos  expuesta  se  halla  baxando  desde  Toras.  Por  mas  de  
 media  hora  se  pisan  peiías  calizas  y  cantos  sueltos  hasta  el  fondo  del  MoHnár  ,  ó  
 sea  molino.  Los  montes  cortados  como  á  pico  por  centenares  de  varas  dexan  una  
 garganta  que  luego  se  ensancha  por  espacio  de  unas  mil  varas  ;  estréchase  nuevamente  
 ,  y  á  media  legua  del  molino  en  un  sitio  fragoso  está  la  rambla  Seca  y  el  
 nacimiento  del  rio,  brotando  el  agua  por  las  grietas  de  las  peñas.  Era  á  la  sazón  (  el  
 dia  13  de  Setiembre  de  1 7 9 2 )  tan  poca  la  que  salia,  que  con  dificultad  creía  ser  
 aquel  el  verdadero  origen  de  un  rio  que  fecunda  tantos  lugares,  como  hemos  visto  
 en  su  largo  curso  hasta  Murviedro  , y  que  no  pocas  veces  consterna  los  vecinos  en  
 sus  avenidas. T o d o  aquel  desierto  ofrece  pruebas  ciertas  del  trastorno  y  pérdidas  que  
 han  padecido  los  montes  nombrados  Peñaescabia.  Pudieron  muy  bien  formar  en  
 otro  tiempo  una  mole  unida  ,  que  hoy  separa  el  profundo  barranco.  Los  de  la  d e - 
 recha  del  rio  presentan  cortes  perpendiculares  y  dientes  que  se  suceden  por  centenares  
 de  varas  sin  tierra  ,  y  casi  sin  vegetales.  Quedáron  en  este  murallon  peñas  á  
 punto  de  caer  , y  otras  rodaron  al  fondo  de  la  rambla.  Quando  los  cortes  no  son  
 tan  perpendiculares,  se  ven  cuestas  rápidas  sembradas  de  enormes  cantos.  La  anchurosa  
 hoya  que  yace  entre  el Molinár  y  la  rambla  Seca  parece  haber  sido  el  cráter  
 de  un  volcan  apagado.  En  efecto  la  reja  del  arado  descubre  cada  dia  en  los  
 campos  hondos  fragmentos  considerables  de  una  especie  de  l a v a ,  tendida  y  surcada  
 en  varias  direcciones,  vidrios  negros  de  diferentes  tamafios  y  figuras  siempre  
 irregulares,  piedras  vitrificadas,  y  escorias  ferrugineas  con  cortes  vivos  y  planos;  
 todo  lo  qual  Índica  la  preexistencia  de  un  fuego  intenso  ,  cuyo  foco  debió  estar  ií  
 mayor  profundidad  que  la  superficie  que  hoy  se  cultiva  y  baiia  el  río.  Ta l  vez  se  
 hallarían  indicios  ciertos  haciendo  una  excavación  profunda.  En  los  alrededores  á  
 bastante  distancia  no  hay  minas  de  hierro  j  y  las  vitrificaciones  y  escorias  se  encuentran  
 todas  en  la  hoya.  
 1 3 1  Aunque  en  este  artículo  y  en  el  de  Murviedro  se  ha  tratado  por  menor  
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