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alH vimos. Córtase dicha vista á dos legiias de Saix por la interposición de un monte
tendido como por media legua de sudneste á nordeste, en cuyas raices occidentales
está la ciudad de Villena ; pero luego vuelve á descubrirse el expresado valle
por espacio casi de una legua, que es la distancia entre la ciudad y la extremidad
occidental de la sierra de Agul l ént , llamada también Safra, nombre <jue tuvo un
pueblo antiguo.
17 J Indicados los confines de los reynos de Murcia y Valencia, volvamos á
Petrel para seguir la descripción de los demás pueblos principiando por Elda , que
le cae al sudueste. Con distar solo media legna estos pueblos, si se examinan y
comparan sus moradores, parecerán nacidos en climas muy diversos, según las di -
ferenei,is en el idioma , trages é inclinaciones. Lejos de estimarse como buenos vecinos
, casi se aborrecen y detestan : los de Petrel oriundos de la antigua hoya , de
donde vinieron á reemplazar los Moriscos expulsos, creen que los de Elda tienen
otra alcurnia , y conforme á esta preocupación infund.tda prorrumpen en expresiones
agenas de la buena amistad : los de Elda corresponden con otras, satisfaciendo
en cierto modo á su resentimiento , bien que con mas moderación ; hablan en castellano
sin elección de voces , sin pureza : los de Petrel en valenciano tan cerrado
como en los pueblos descritos en este último hbro. A los olivares de Petrel siguen
las huertas de Elda , que componen s o S tahullas de riego, ricas generalmente por
su valor intrínseco , y mucho mas por el esmero con que se cultivan. Hace muy
vistoso aquel recinto el contraste de los cerros áridos de la comarca con la multitud
y variedad de árboles, sembrados y hortalizas. Las aguas son tan abundantes,
que algunos lográndolas de sobra aun en el estío , suelen vender las suficientes para
regar un jornal de tierra por diez d doce reales ; precio vil respecto del que tienen
en la huerta de Alicante. Nacen en las fuentes del Chopo junto al convento de
las Virtudes en término de Vi l lena, y se conducen por la acequia del Conde hasta
la rambla de Saix ó rio de Vinalapd. Los de Saix toman las necesarias para regar
sus huertas , y las restantes siguen por dicha rambla hasta el pantano de Elda , del
que hacen parte : de donde salen en gran copia por un estrecho canal , y después
repartidas en otros mas estrechos cruzan y fertihzan aquel jardín fresco y ameno,
que sin riego sería un terreno poco feraz , y acaso abandonado i porque en varias
partes se descubre el mismo orden y sucesión de capas gredosas, areniscas y de
cantos que hemos observado en otros términos. Vense allí hermosas víiías y algarrobos
cultivados con inteligencia , cuyos frutos se aseguran con riegos, podas y labores
: las moreras, frutales y hortalizas vegetan con lozanía , y corresponden á los
afanes de aquellos hombres infatigables. Su principal esmero es en las tierras que
alcanzan agua i mas no descuidan las restantes del término , que tiene apéuas una
hora de diámetro , corto á la verdad para Jos vecinos de la villa : por tanto se
ocupan muchos en las fábricas de aguardiente, xabon, lienzo, papel y teja, y
mayor número sin comparación en las de esparto. Con la permisión concedida en
aiíos pasados i ciertos individuos para extraer del reyno el esparto en rama , recibid
Elda uii terrible golpe : ganaban sus vecinos cada semana 500 pesos, y desde
entonces apenas les dexa 60 el esparto manufacturado. Sin duda ocultaron al
Gobierno las grandes utilidades que el esparto dexa, y que i él solo deben su
prosperidad muchos pueblos del reyno. Los de Elda lo reducían á felpudos, y así
manufacturado se extraía. Era preciso majarle de antemano , y como esta operación
ocupaba muchos brazos robustos que podían servir para la agricultura , Josef
Juan y Anaya imagino liacerla por medio de un martinete, sirviéndose del agua
para el movimiento , y de un niño para poner y revolver sobre una plancha de
hierro los manojos de esparto , que recibían los repetidos golpes de un fuerte mazo
: con tal industria un solo muchacho hacia al día
tanto como cinco hombres.
Quedan aun en Elda dos de estas máquinas , en que se majan lo© arrobas de esparto
: hay ademas un molino de papel blanco, donde se hacen i resmas, dos
de estraza ; siete fábricas de aguardiente, que algunos aiíos han producido 4© arrobas
5 una de xabon, otra de teja, y varios telares de lienzo. A estas ganancias
y utilidades se aííaden las de la agricultura, reguladas en 302) arrobas de aceyte,
3© de higos , de frutas, 6© de hortalizas, 50® cántaros de vino , sin contar la
pasa, que suele valer pesos, y otro tanto la uva fresca, 500 libras de seda,
1400 cahíces de trigo, 1200 de maíz , 650 de cebada , 70 de almendra, 80 entre
avena y habas, i S arrobas de barrilla, 80 de anís, y unas 400 de lana.
176 Hállase Elda en una altura respecto de sus huertas 5 sus calles anuguas
son estrechas, las modernas bastante anchas y alineadas : sus aguas y alimentos excelentes
, y el ayre que se respira muy saludable. Caminando desde la villa hácia
el norueste ó sudueste se halla un suelo mas alto y ondeado. Hacia Alonovar ó sudueste
se encuentran cerritos y profundas arroyadas de y e s o , cuyos colores son
roxo, amarillo ó blanquecino, sobre los quales brillan infinitos fragmentos del mismo
yeso cristalizado en hojuelas. Por allí crecen con abundancia la xara escamosa
, el anabasis con hojas de taray , la salsola articulada, la hemiaria fruticosa , el
tomillo cabezudo, las e^tiúces fmfurácea , cordata y Umomtm, el esparto y otras
muchísimas plantas. En la parte del norueste es menos freqüente el yeso y sus
cristales, y mas activa la agricultura : en la misma parte, no lejos de la vi l la, está
la copiosa fuente llamada de Alfaguár y Encantada , cuyas aguas brotan en un
pequeño recinto cercado de paredes mal construidas y medio desmoronadas, desde
donde siguen hácia el sur por una mina muy capaz hasta el molino papelero.
Mas allá de l.i fuente hácia el norte empiezan cerros sucesivamente mas altos hasta
el monte de la Torreta, y el pantano que dista una hora de Elda. En la garganta
estrecha y cauco de U rambla, que yace entre dos ceños , levantaron un murallon
de 56 palmos de altura , y 40 de grueso en la parte superior , donde queda una
larga terrasa , igual á la distancia entre los cerros que le sirven de apoyo. Es obra
solida, toda de sillares de á medía vara , bien unidos , y capaz de contener las
aguas. Como las mas que allí acuden son de manantiales perennes , casi suficientes
para fertilizar las huertas, no fué necesario dar mucha extensión á la balsa para