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antes los ribazos del barranco que deben servir para el estanque , y ver si se hallan
en estado de contener las aguas. Sabemos que estas filtran y se introducen hasta
los cimientos de muchos mont e s , especialmente los inmediatos al ma r , y la e x -
periencia prueba que buena porcion de ellas acude por filtros subterráneos i for -
mar en las raices del monte C a b a l , muy cerca de T o rmo s , la fuente Boiata de
que procede un rio respetable quando precedieron inviernos l luviosos, bien que
desaparece en el verano. Por de pronto tenemos i favor del pantano proyectado
las aguas que sin interrupción baxan por el citado Isber , las quales , aunque escasas
, prueban ser solido el cauce por donde vienen.
1 1 1 Aprovéchanlas hoy dia los r o o vecinos de Orba , mas no como pudieran
, porque la presa y cauce que hicieron para conducirlas i los campos están en
mal e s tado, y no pueden contenerlas. Mas utilidad sacan de la fuetrte del pueblo,
con cuyos desperdicios riegan ocho jornales de tíerra, los que se aumentarían sobremanera
si se hiciera el pantano , porque hay llanuras considerables en el término
: este tiene hora y media de oriente á poniente , y media de norte á sur conf i -
nando con los del R a f o l , Sagra , T o rmo s , Lahuá r , Muría , Parsént y Alcalal í .
Entre estos tres últimos pueblos y el de Orba media el puerto de su nombre,
por el qual
se pasa al largo valle meridional de Castells y Xa l o : no es muy alto
y apenas dista un quarto de legua de Orba , cuyo trecho se aprovecha en sembrados
, ol ivos , higueras y algarrobos. Iguales producciones se ven en el resto del término
, alternando á veces con viñas , garbanzales, y tal qual almendro. L o s f rutos
son en corta cantidad , no llegando á 200 cahíces los granos incluso el maiz:
cógense como 800 arrobas de a c e y t e , 1 5 8 de algarrobas, 960 de pasa , 500 de
higos, 6 7 0 cántaros de v i n o , 700 libras de seda , porcion de garbanzos, habas y
almendra. En lo inculto se cria con abundancia la cebolla albarrana, el cantueso
y espliego con hoja recortada , el romero , el alaterno , y sin número de pal -
mitos , cuyas hojas se aprovechan para hacer serones, espuertas y otros utensilios.
Disminuirían mu y presto los eriales y las plantas nat ivas, si los vecinos lograsen
el pantano que desean ; pero como sus fuerzas son insuficientes, solo podrá
efectuarse quando la bondad de nuestro Soberano tome la obra baxo su protección.
MAR2UESAD0 DE DÉNIA , Y PUEBLOS INMEDIATOS AL RIO XALÓ.
l i s El término de Orba linda por el norte y levante con el Marquesado de
Dénia: este forma una herradura abierta hácia el mar Mediterráneo , y cerrada al
norte por Segarria, al poniente por Lahuá r , y al sur por los montes que desde aqu!
siguen en busca del Mong o , cuyo cabezo prolongado mar adentro forma el cabo
de S. Ant oni o , y limites meridionales del seno Sucronense. Quedan entre los montes
llanuras, y tal qual loma de poca altura ; la tierra es roxiza , gredosa, mezclada
en parres con cascajo y chinas , y en otras con arena i hayla también de mucha
substancia y fondo ; toda por lo general se cultiva ó es capaz de cultivo en las
dos leguas y medía que siguen hasta el ma r , y en la legua que hay de norte i
sur entre los términos de Pe g o y de Parsént. C omo una décima parte del Ma r -
quesado son mont e s , de los quales se beneficia hasta una novena. Fuera de algunas
fuentes no hay mas riego que el que proviene del Albe r ca , rio de corto caudal
, y el que á veces da el rio Seco ó Boi a t a , por cuyo cauce van al mar las
aguas que baxan por l i b e r , d brotan por la fuente Boiata : ambos corren de p o -
niente á oriente , el Seco por las raices de Segarria, el Alber ca por las cercanías
de Ondara. Ha y muclios algarrobos que por lo común reciben dos rejas en otoño,
ó al entrar en el invierno, y algunos que se hallan en las cercanías de los arroyos
prosperan y fructifican ventajosamente. La s viñas ocupan mucha tierra , y no siempre
la mejor ; y por eso quando la desubstanciáron y empiezan á floxear se arrancan
, quedando yermo el suelo por algunos años. Tambi én hay gran número de
almendros , de higueras y de olivos en el secano 5 en las huertas maices , moreras
y hortalizas. T o d o el término en general está bien aprovechado, con especialidad
hácia levante en los peculiares de Dénia y Ond a r a , bien provistos de agua y estiércol.
Adema s de los abonos conocidos en otros distritos se aprovecha allí con
grande utilidad la alga que arroja el ma r , la qual mezclada con tierra en podri -
deros , ó esparcida sobre los campos en capas de un pahno de grueso , fertiliza
el suelo.
1 1 3 Adema s de la ciudad de Dénia y de la villa de Ondara hay en este recinto
14 pueblos , casi todos situados en las inmediaciones del rio Seco , y raices
meridionales del Segarria y montes contiguos : solo Pedreguér y Benidoleíg se hallan
en la parte opuesta. Este último cae al oriente de Orba , y está edificado sobre
una loma del monte Sigi l i , donde viven 60 familias , ocupadas en cultivar sus
huertecitas y secano : cogen anualmente i© arrobas de aceyte, 10© de algarrobas,
200 de pasa , 4 0 0 de higos , 100 cahíces de todo gr ano, 30 de almendra, y
300 libras de seda. Habia oido hablar varias veces de la cueva de Benidoleíg , y
quise averiguar su situación, y la pomposa descripción que me habían hecho de
sus aguas. Hállase i un quarto de legua al este del lugar en la raiz de un mont e
calizo , compuesto de bancos horizontales : su boca mira al norte , y tiene 60 pies
de altura y 40 de ancho, dimensiones que conserva por espacio de unos 40 pasos
: allí tuerce hácia poniente , se estrecha en partes y disminuye de altura , presentando
siempre en sus muros y techo desigualdades y dientes que queda'ron al
desgajarse las peñas , que caidas embarazan el suelo : auméntase el número de estas,
y la dificultad de seguir por aquel como barranco subterráneo por las excavaciones
hechas en este siglo con el fin de descubrir y aprovechar las agtias ; de manera que
solamente pude continuar otros 6o pasos, hallando obstáculos en lo angosto de
aquel camino obscuro , en las puntas que sallan de las peñas laterales , y en el agua
que cubria el mal sendero donde debía poner los pies. Por fortuna me acompañaba
uno de los que entráron en el año de 1 7 6 8 á registrar las entrañas del monte,
y á verificar si corría d no por ellas el soñado y caudaloso rio que los lleno de an-