
 
		u  
 I V  ni  .  
 I'  !•  
 i l i , : : ^ . .  
 u  a  
 il'  
 pueblo  :  se  rompieron  eriales  ,  se  pl ant i ron  viñas  ,  algarrobos  y  olivos  en  tanto  n ú - 
 mero  ,  que  han  venido  á  formar  bosques  dilatados  •• aumentábase  nuestra  especie  á  
 medida  de  los  frutos :  fué  preciso  construir  habitaciones,  y  se  edilrcó  un  pueblo  
 nuevo,  no  quedando  del  antiguo  sino  el  nombre.  No  es  la  agricultura  la  única  
 causa  de  esta  transformación  ) la  principal  ha  sido  la  fábrica  de  esparto  ,  industria  
 que  da  ocupacion  á  niños  y  mugeres  ,  á  los  ancianos  que  consumiJron  su  vida  cultivando  
 los  c amp o s ,  y  aun  á  los  brazos  robustos  quando  la  tierra  no  los  necesita,  
 o  el  t i empo  pone  obstáculos  á  sus  tareas  agrarias.  Ca d a  dos  personas  hacen  al  dia  
 una  pieza  de  p l e y t i ,  que  tiene  de  36  á  4 0  varas  ,  y  ganan  doce  reales  de  vellón.  
 Este  solo  r amo  de  industria  produce  al  año  mas  de  3 0 0®  reales  i  debiéndose  n o - 
 tar  que  no  se  cria  esparto  en  todo  el  t é rmino,  y  que  es  preciso  comprarlo  y  traerlo  
 de  otras  partes  ;  los  empleados  en  este  t r i l i co,  y  los  que  cosen  la  pleyta  para  
 hacer  serones  ,  espuertas  y  otros  utensilios  ,  suelen  ganar  al  año  1 5 0 ^  reales  :  de  
 modo  que  la  fábrica  del  esparto  y  el  comercio  que  se  hace  de  sus  artefactos  rinden  
 muy  cerca  de  medio  millón  de  reales.  Es t e  numerario  ,  que  entra  sin  cont ingencias  
 en  Ar t ana  ,  repartido  entre  sus  vecinos  ,  facilita  los  atmientos  de  la  agricultura. 
   Ve i an  sus  dos  horas  de  término  entre  Nul e s  y  Eslida  de  oriente  a'  poniente,  
 y  entre  On d a  y  el  valle  de  Ux ó  de  norte  i  sur  sembrado  de  montes  areniscos  ;  y  
 que  la  tierra  que  de  ellos  provino  era  áspera  y  poco  pastosa  : descubrían  por  t o - 
 das  partes  obstáculos  y  maleza  i  y  á  pesar  de  ellos  empezaron  y  continu.iron  con  
 tesón  el  cultivo  ,  plantaron  viñedos  hasta  la  misma  cumbr e  de  los  montes  ,  y  solo  
 queda  erial  h o y  dia  la  quarta  parte  del  término  por  ser  absolutamente  inútil.  No  
 pudiendo  satisfacer  aquí  los  deseos  de  t r aba j a r ,  han  compr ado  y  cultivan  en  los  
 términos  circunvecinos  haciendas  considerables,  que  les  producen  casi  tanto  como  
 los  campos  del  suyo  propio  , especialmente  en  quanto  á  algarrobas.  Lo s  frutos  del  
 de  Ar t a n a  s£  rcdiiccn  s  8©  arrobas  de  àceytc  ^  i6@  tic  algsrrobss j  de  liítros  
 8 3  cántaros  de  v i n o ,  8 0 0  cahices  de  trigo  ,  3 0 0  de  maiz  ,  y  4®  libras  de  seda.  
 Prueban  alli  tan  bien  los  gusanos,  que  cada  onza  de  simiente  da  diez  y  hasta  doce  
 libras  de  seda  ,  y  por  esto  compr an  mucha  hoja  en  Nu l e s  y  otros  pueblos  p a - 
 ra  aumentar  las  ganancias.  Lo  mas  precioso  del  término  son  las  huertas,  que  c omponen  
 unos  : 5 o  jornales  ,  por  no  alcanzar  el  agua  para  mas.  N o  hay  mas  aguas  
 perennes  en  Ar t ana  que  las  de  la  fuente  de  Santa  Cristina,  situada  á  la  izquierda  de  
 la  rambla  á  media  hora  del  pueblo  hacia  poniente  :  es  cristalina  , excelente  y  tan  
 copiosa  ,  que  sobre  abastecer  la  poblacion  ,  sirve  para  el  riego  ;  brota  por  debaxo  
 las  peñas  que  sirven  de  cimiento  á  la  capilla  de  la  Santa.  C omo  aquel  sitio  es  bastante  
 hond o  y  contiguo  á  la  r amb l a ,  se  ha  levantado  un  muro  circular  para  d e - 
 fender  la  fuente  de  las  avenidas  ;  salen  de  alli  las  aguas  y  entran  en  el  canal  que  
 sigue  hasta  la  villa  i  pierdense  algunas  por  el  cauce  pedregoso  de  dicha  rambla,  pero  
 las  recogen  luego  por  medio  de  una  presa,  y  las  aprovechan  en  regar  las  huertas  que  
 se hallan  mas  profundas. E n  el canal  se  cria  con  abundancia  el  pot amdge ro  gramiueo,  
 y  varias  confervas:  también  vi  entre  cantos  húmedos  la  tremclla.  noUoc  de  Linneo.  
 | •