[ i 6 ]
carrascal sale á la hoy a de su nombre , y se une con los montes Ma i gmd y C i d ,
y con los de Mono v e r , Crevi l lente y Orihuela. Por las raices meridionales de Ma -
riola pasa el riachuelo de P o l d p , única interrupción entre este monte y los l lamados
S omo y Carrascal de A l c o y : algo mas sensible es la interrupción que se
observa en el sitio l lamado Canài de A l c o y , que media entre dicho Carrascal y
la Carrasquera de Xi x o n a : esta se une por la parte oriental con los montes de
Penáguila , Re l l éu y Mar ina , y por la occidental con la peña de Xi x o n a , Pantano
de T i b i , ó bien sea de Al i c ant e , Ma i gmd y otros montes que acabamos de
nombrar.
2 1 Observada ya en general la posicion de los montes del reyno , y expl i -
cada la naturaleza y producciones de C a r o c h e , continuaré la descripción del valle
hacia el norte. Do s horas hay desde Teresa á Xa l anc e , y casi en medio de estos
pueblos queda el de Xa r a f u é l , que consta de 500 vecinos , todos labradores , sobrios
y mu y aplicados al trabajo. Hállase sobre una altura f é r t i l , rodeado de huertas
i sus calles son estrechas, y las casas de poco desahogo. El terreno cul t ivado
se halla por lo común en cuesta , y por eso los campos forman graderías : riéganse
los mas de ellos con las fuentes de la Boca de la caSada , que nacen al norueste
de la poblacion en un sitio tan elevado que facüita riego á las alturas , y sucesivamente
á las demás haertas inferiores hasta lo mas hondo del valle ; la tierra es
aquí y e s o s a , y de un roxo tan encendido como sangre. Quisieran extender el riego
á la caSada , que se prolonga una hora hacia poniente hasta confinar con el reyno
de Mur c ia ; pero aunque entre ella y las Sientes no media mas de un c e r ro, han
sido siempre imítiles los esfuerzos y tentativas. En vano han excavado pozos para
ver si refluirían allí las aguas de las fuentes que nacen en mayor altura : ni hume -
dad han podido hallar. La naturaleza del terreno impide mejorar el cultivo hacia
el poniente de las fuentes : también por las partes del norte y oriente parecían poner
invencibles obstáculos las continuas cuestas, muchas veces rápidas ; pero estos
se vencíéron todos , y se ven allí las mismas producciones é industria que en T e -
resa y Zar ra. Er a preciso asegurar los ribazos para contener la tierra de los c ampos
, y se consiguíd por medio de los muchos almeces y olmos que los guarnecen.
De este modo benefician los del valle los renuevos que sucesivamente salen
de la raiz d de los troncos radicales : dexan crecer los renuevos c omo cinco pies,
y para que formen un palo derecho y sin nudos hasta dicha altura van arrancando
las varitas transversales : llegados los renuevos á tal es tado, conservan en ellos
dos , cinco d mas ramas para hacer después otras tantas púas y formar las horcas,
tan útiles c omo las bieldas para menear la parva , recoger y cargar la paja , y otros
usos del c ampo , con la ventaja de ser de una sola pieza. No suelen ser de igual
diámetro las ramas destinadas á púas , y para que todas sean del mi smo grueso,
quando tienen el conveniente cortan las puntas de cada una de el las , dexando enteras
las mas débiles , que con el t iempo adquieren el debido diámetro. Entonc e s
cortan el palo por junto a la r a i z , y mu y presto lo reemplazan tres d mas renuei
. ' .
• •4
C - 7 ]
VOS, que gobiernan y benefician del mi smo modo . C a d a cepa o' tronco radical
arroja gran número de v a r a s , cuy o conjunto forma una especie de cerca , la qual
destruyen los cortes y repueblan los retoííos. Suelen hacerse cada ario tres cortes,
escogiendo siempre los palos que se hallan con el gmeso y las ramas correspondientes
: quando por los vientos ú otra causa se maltratan é inutilizan las ramas
destinadas á p ú a s , hacen de los palos garrotes d cayados. Ca d a docena de horcas
verdes y acabadas de cortar se venden por quince reales, y en el término de X a -
rafuél se cortan al año id docenas. Fue ra de las frutas , alfalfa y hortalizas se c o -
gen en este pueblo 5® libras de seda , 600 cahíces de maí z , 1 400 de trigo , i d
entre cebada y avena , y 14© cántaros de vino : los olivos son aun mu y jóvenes,
y ahora empiezan á multiplicarlos c omo en A y o r a . Estos son los frutos de 2 2 6 7
tahullas de huer ta, y de 4 3 8 cahizadas de secano 5 debiéndose notar que en el
valle tienen otro valor las cahizadas del conocido en la huerta de Valenc ia. En
esta la cahizada se compone de seis hanegadas de 200 brazas quadradas cada una,
siendo la braza medida de nueve palmos : en Cof rentes y en el valle la cahizada
consta de doce barchillas , y cada barchilla tiene 38 varas quadradas. La taliulla
del valle se diferencia poco de la hanegada de Va l enc i a , y consta de 1 0 2 4 varas
quadradas, esto es 3 2 varas valencianas por cada lado.
2 2 Ad ema s de las citadas fuentes tienen los de Xa r a fué l otras ; la una l lama -
da de las Angui las está al baxar del pueblo hácia Te r e s a , y sirve para mover un
molino y regar muchos campos } la otra que allí nombran del R a l está en la parte
septentrional y en un sitio elevado , cuyas aguas baxan á regar las últimas huertas
hácia Xa l anc e . L u e g o empieza el secano plantado de viñas , se levanta el terreno
en lomas y cerros de yeso , por donde pasa un espacioso camino hasta llegar
á Xalanc e . Crecen con abundancia por aquellas lomas incultas la xara con escamas
y el albardin , plantas peculiares de Es p a ñ a , la hemiaria f rut icosa, la gamarza,
la ononide de hojas gruesas con tres dientes , la sosa nodosa y otros vegetales.
Hállase Xa l anc e en lo mas alto de un empinado cerro de yeso , coronado por un
castillo. L o s edificios expuestos todos al mediodía parecen mas bien chozas mi s e -
rables que casas , y los 200 vecinos que hay allí son sin duda los mas infelices del
valle. Quedan en el término muchos eriales, el secano presenta algún cultivo , en
los sitios hondos hay porcion de huertas, algunas de las quales se ven desde el
camino hácia el or iente, y otras mas apartadas den-as de un cerro cont iguo al riachuelo
de A y o r a ; el qual nace en el barranco que desde mas allá de A y o r a baxa
hácia el norte , y viene con las pocas aguas que le suministran algunas fuenteci -
llas del término de A y o r a ; recibe luego las de Zar ra , despues los sobrantes de
Teresa , y aumentado así pasa por el término de Xa r a fué l recibiendo también las
aguas de las fuent e s , riega las huertas de Xa l anc e , y desagua en el Xu c a r . Es te,
que como hemos dicho entra en el reyno por la parte occidental, atraviesa una legua
de mont e s , lamiendo el yeso de su derecha , y fertilizando cortas riberas. A p i ñ a s
llega á la raiz septentrional del cerro de X a l a n c e , tuerce al norte en busca del rio