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se substituyen otros de mampostería á los tórreos que hoy embeben gran parte
de las aguas. El gasto será de alguna consideración , pero mayor la utilidad , y los
de Chcs tc tienen fuerzas para semejantes obras. Quedan aun algunos eriales en el
término , y mucho inculto en los pueblos de la coniarca. La s aguas que fertilizan
los campos de Cheste nacen por varias fuentes en la rambla de Chi v a , á excepción
de una corta cantidad que les llega de la fuente llamada de la Safa : con estas
han convertido en jardines úules su huerta , la qual aumentai'ian mucho si
tuviesen aguas para el riego. Ha y en esta porcion privilegiada gran multitud de
moreras, maíces , trigos y hortalizas : sigúese á las huertas en mérito el hermoso
valle que separa los términos de Cheste , VilUmarchante y Ribaroja , destinado á
villas, que se extienden quanto alcanza la vista. Y a se ven en el secano - muchos
algarrobos nuevamente plantados, y algunos olivos ; y esto prueba que los de
Cheste conocen el descuido de sus predecesores, y lo reparan aprpvechando enteramente
el suelo, y multiplicando los frutos. Co g en al presente dentro de su
término 2200 cahíces de trigo , 400 de maíz , 4© libras de seda , 2o2> arrobas de
pasa, de aceyte cada año , 29© cantaros de v i n o , algo de algarrobas, l e gumbres
y hortalizas. L o s frutos que sacan de los términos vecinos son de mucha
monta, pues solo en el 4e Villamarchante poseen tierras mas de 400 vecinos de
Cheste. Añádese á estas riquezas lo que rinde la manufactura del esparto , y las
utilidades que dexa la arriería. He notado aumentos en la agricuhura y el vec indario
de los pueblos que trafican ; porque las requas no solamente traen nume -
rario , y aquellos artículos que faltan ó escasean en el pueblo , mas suelen también
servir para el cultivo de los c ampos , al qual se destinan en tiempos oportunos,
ó quando no urgen las comisiones. El dignísimo Cura Párroco de este pueblo
contribuye á la felicidad pública socorriendo á todos los necesitados, y promoviendo
la agricultura é industria. Sin esto se han gastado 5© pesos en adornar la
Iglesia nueva con mármoles , combinando con gusto los preciosos del reyno , como
los del Buixcar ró, de Na q u e r a , de Vi l lamar chante, de Callosa de Ensarria
y de Cervera.
6 2 Respec to de Cheste queda Pedralba á dos leguas y un quarto hacia el
norte con alguna declinación á poniente j Villamarchante á dos hácia el nordeste;
San Miguel de Liria á tres por la izquierda de la visual de Vi l lamarchante, y i
dos de Ribaroja casi al oriente. T o d o este recinto hasta llegar al Tur ia es desigual,
formado de colinas y cerros casi siempre calizos. Un o de el los, que está á la de -
recha del camino de Ribaroja y en el partido de la Horque r a, se compone de
bancos marmóreos de diferente grueso , inclinados al horizonte : el mármol es de
un pardo obscuro con manchas claras , recibe pulimento , y se emplea actualmente
en solar la Iglesia de Cheste. Otros cerros hay á la izquierda del citado camino
compuestos enteramente de amoladeras gredoso-areniscas, cuya lenta destrucción
suministra tierras á los campos. A ú n se ven muchos eriales hasta las cercanías de
Villamarchante, donde crecen pinos , romeros, xaras y maleza i vienen luego los
campos cultivados de esta villa , y siguen las huertas hasta el rio , como vimos en
su lug^r- Y MONTES DE PORTACELI.
63 Atravesado el Tur ia y los montes contiguos á su ribera izquierda se entra
en el término de Li r i a , cuya descripción daré despucs de recorrer los montes
de Portacel i , que le caen al nordeste , para seguir sin interrupción la de los
lugares que se hallan subiendo hácia el origen del rio. Dichos montes ocupan cinco
leguas de oriente á poniente , y dos de norte á sur ; lUmanse de Segár t , Serra
, Naquera , Olocau y Cucald , y de todos trataré baxo el solo nombre de montes
de Portaceli. Hállase este grupo unido por la parte septentrional con los de
Segorbe , y hácia el norueste con los de la Cuevasanta y otros que forman la
cordillera , que principia en el valle de Jesus , descrita en el segundo libro. L o s
montes se componen alli de amoladeras , que siguen liácia el norueste hasta mas
allá de Olocau : varian en color y naturaleza , siendo las mas veces de arcilla roxa
mezclada con arenas , y en bancos sobrepuestos hasta la cumbre ; otras de piedra
caliza , muy dura , parda , con espato calizo y arenas ; y algunas en menor número
de preciosos mármoles. Lo s arcillosos se han ido descomponiendo lentamente
, formando con sus pérdidas los campos que hoy dia se cultivan : las por -
ciones que pudiéron resistir al tiempo , principalmente las contiguas á profundos
barrancos presentan grupos pintorescos , como veremos en las cercanías de Ol o -
cau. Lo s calizos duros han tenido menores pérdidas, y encierran en sus entrañas
mucho plomo. Lo s marmóreos se hallan ó en bancos homogénos de un mismo
color , ó sin orden ni paralelismo , como resultantes del depòsito que dexáron las
aguas. La s alturas y la mayor parte de aquel recinto queda inculta , por c ompo -
nerse de peñas descarnadas , de donde las aguas robáron la tierra para baxarla á
las hoyas y barrancos. N o obstante crecen en aquellos montes pinos , alcornoques,
encinas, enebros y un número prodigioso de arbustos y yerbas que tapizan el
suelo hasta impedir el paso. Lo s freqüentes barrancos separan el grupo montuoso
en varias porciones que estuvieron unidas en otro tiempo ; forman hondonadas , y
en los terrenos fértiles que allí quedan se estableciéron algunas familias , que sucesivamente
se han ido uniendo en varios pueblos y aldeas de corto vecindario:
estas se hallan en la parte occidental , y se llaman Cucaló , Ol l a , Marines y Ol o -
cau ; y los pueblos en la oriental llamados Ser ra, Naquera y Segá r t , quedando
como en el centro y en lo mas fragoso de los montes la Cartuxa de Por tacel i , fundada
en 1 2 7 2 por Fr . Do n Andr é s Al b a l á t , tercer Obi spo de Valencia.
64 Náquera yace á tres leguas y media al norte de Va l enc i a , y Serra á quatto
, qucdatido Segárt al oriente de ambos. Desde Moneada hácia Naquera se levanta
el suelo en cuesta muy suave hasta entrar en el término de este último pueblo
: aUÍ empiezan las lomas incultas y los cerros que sucesivamente aumentan de
volúmen , y se unen con los montes. Atravesados los primeros y en un barranco
se halla la poblacion de 11 o vecinos , que apénas llegaban á 40 á la mitad del