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 dexa  oir  un  zumbido  particular,  lo  que  atribuyen  á  virtud  milagrosa  do  c lU:  creen  - 
 que  ahuyenta  las  tempestades  ,  y  que  no  puede  caer  rayo  alguno  en  aquel  sitio,  
 como  efectivamente  no  hay  memoria  de  haber  c a ído:  y  para  confirmar  sus  opi - 
 niones  traen  la  de  un  Señor  Obispo  que  manifestó  por  escrito  ser  del  mismo  di ctamen. 
   Una  ligera  tintura  de  fisica  , 'y  tal  qual  instrucción  en  el  ariículo  de  electricidad  
 aclararla  he chos ,  y  dislparia  preocupaciones,  hijas  de  la  ignorancia.  Que  
 la  cruz  en  tiempo  tempestuoso  se  electrice  ,  despida  luz  ,  y  silve  como  ellos  dicen,  
 nada  tiene  de  milagroso  ,  es  cosa  natural,  y  que  sucede  cada  dia  en  el  conductor  
 de  la  máquina  eléctrica,  y  en  qualquiera  punta  metálica  que  se  le  adapte.  Porque  
 el  fluido  eléctrico  para  ponerse  en  equilibrio  pasa  de  un  cuerpo  á  otro  quando  se  
 halla  con  mas  abundancia  en  alguno  de  ellos:  y  tal  puede  ser  la  copia  de  dicho  
 fluido  ,  que  en  algunas  tempestades  se  acumule  en  la  cruz  ,  que  en  la  obscuridad  se  
 vea  formar  penachos,  y  produzca  el  zumbido  d  sllvido  que  ellos  dicen.  E n  quanto  
 á  lo  de  ahuyentar  las  tempestades  debe  preceder  mayor  e x amen,  y  observarse  
 la  circunspección  debida  ántes  de  seiíalar  la  causa  de  los  fenómenos  ,  que  pueden  
 ser  puramente  naturales.  L a  posicion  de  los  cerros,  que  se  prolongan  según  el  curso  
 del  r i o ,  y  el  saber  que  las  nubes  siguen  la  dirección  de  es te,  presentan  una  
 causa  poderosa  sin  recurrir  á  mi lagros,  que  sabemos  no  se  multiplican  sin  necesidad. 
   Convendría  también  tener  á  la  mano  la  historia  crítica  de  lo  sucedido  allí  
 durante  la  dominicion  árabe  , y  saber  por  este  medio  si  caían  entonces  rayos  ,  ó  si  
 jamas  experimentaron  los  Moros  la  menor  desgracia.  Estos  hechos  averiguados  con  
 juiciosa  crítica  prestarían  luz  para  la  decision  de  que  ahora  me  abstengo.  
 108  Atravesando  el  Tur la  en  frente  de  Ad emú z  se  encuentran  cerros  y  montes  
 hicia  el  este  y  sueste  interrumpidos  por  barrancos;  el  principal  la  rambla  de  
 la  puebla  ,  donde  entra  la  que  baxa  de  la  aldea  llamada  Mas  del  olmo.  Quedan  
 entre  los  montes  algunos  valles  cultivados  ,  como  también  porcíon  de  lomas  5  pero  
 faltan  brazos  para  cultivar  el  término.  En  partes  dificulta  el  cultivo  la  aspereza  y  
 lo  destemplado  de  las  alturas  ,  ya  por  su  posicion  propia,  ya  por  distar  poco  de  las  
 montañas  de  Camarena  y  Javalambre.  Por  esta  causa  hay  menos  habitantes  y  menos  
 frutos  en  la  posicion  situada  á  la  izquierda  del  T u r i a ,  que  en  la  que  hemos  descrito  
 recorriendo  la  derecha.  Casi  en  el  centro  de  aquellos  montes  se  halla  la  Puebla  
 de  San  Mi g u e l ,  villa  de  120  vecinos  que  cogen  6600  fanegas  de  t r igo,  800  
 de  cebada  y  600  de  avena.  N o  tienen  el  recur^iO  de  las  huertas  ,  ni  las  viñas  y  
 nogales,  que  mas  ó  menos  logran  los  demás  pueblos:  Indústrianse  con  ganados  y  
 colmenas,  que  les  producen  mas  de  dos  mil  pesos  duros.  Adema s  hay  en  los  confines  
 de  Castilla  otra  aldea  dependiente  de  Ad emú z  ,  llamada  Sesga,  la  qual  ocupa  
 en  los  mapas  una  situación  sobrado  oriental,  y  por  esto  en  el  mío  se  halla  
 retirada  hacia  poniente  ,  como  igualmente  los  límites  entre  Castilla  y  el  Rinco'n.  
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 ALfUENTE,  LA  VESA,  ANDILLA  , ALCUBLAS r  CÜEVASANTA.  
 109  Regresé  lucia  el  sueste  atravesando  segunda  vez  el  rio  Ar cos  y  el  término  
 de  Ar a s  para  recorrer  el  de  Alpuent e ,  que  tiene  tres  leguas  y  media  entre  los  
 de  Cl ielva  y  Ar c o s ,  y  una  entre  los  de  la  Yesa  y  Ar a s  ,  ó  Titaguas.  Ha y  en  él  
 ademas  de  la  villa  de  Alpuente  varios  caseríos  ,  ó  sean  aldeas  llamadas  Valdobál ,  
 Almimia,  C h o p o ,  y  otras.  La  altura  en  que  se  halla  y  sus  muchos  montes  no  
 permiten  variar  las  producciones  que  se  logran  en  otros  distritos  menos  destemplados. 
   Sus  montes  son  por  lo  común  calizos  ,  bien  que  hay  algunos  de  amoladeras  
 de  grano  gordo  y  blanco,  que  se  descomponen  fácilmente.  De  esta  naturaleza  
 es  el  contiguo  al  barranco  del  Re g a j o  ó  fuente  del  O r o ,  cubierto  enteramente  de  
 pinos  y  maleza.  Mu y  cerca  de  una  hora  caminé  por  él  atravesando  profundas  arroyadas  
 sin  descubrir  cultivo  hasta  las  cercanías  de  Va ldobá l ,  aldea  de  24  vecinos,  
 cuyo  suelo  ondeado  tiene  mucho  fondo  y  fertilidad,  que  aumentan  con  abonos  
 para  mejorar  los  sembrados.  Sigue  adelante  el  suelo  en  lomas  y  cortas  llanuras  
 por  espacio  de  unos  tres  quartos  de  legua  hasta  llegar  á  Alpuente  ,  situado  sobre  
 peñas  en  las  faldas  del  monte  del  Castillo.  L a  Parroquia  entera  consta  de  400  vecinos, 
   de  los  quales  apenas  100  viven  en  la  villa  ,  los  demás  esparcidos  por  el  
 término  en  las  cercanías  de  sus  haciendas.  Cor to  es  á  la  verdad  el  número  de  v e - 
 cinos  respecto  i  la  extensión  del  término,  y  de  ello  se  infiere  que  no  es  este  el  
 mas  favorecido  de  la  naturaleza.  Aunque  tiene  aguas  excelentes  para  el  pasto  de  
 los  habitantes,  apénas  bastan  para  regar  30  jornales  de  tierra  :  lo  frío  y  destemplado  
 de  la  atmósfera  no  admite  olivos  ni  algarrobos  ;  vense  algunas  viñas  por  
 aquellos  cerros  ,  pero  en  corto  níimero  ;  todo  lo  demás  son  eriales  ó  sembrados,  
 cuyos  campos  descansan  un  año  entero  desde  que  dieron  la  cosecha,  para  reparar  
 las  pérdidas  ,  y  fructificar  despues  de  este  descanso  :  práctica  recibida  generalmente  
 en  esta  parte  del  reyno.  Quando  el  granizo  d  alguna  otra  desgracia  malogra  la  
 cosecha  de  granos  ,  quedan  miserables  aquellos  vecinos,  dignos  de  mejor  suerte  
 por  su  bondad  natural  ,  y  por  su  aplicación.  Serian  allí  muy  útiles  las  manufacturas  
 de  esparto  y  lienzo  para  ocupar  los  brazos  ,  quando  las  tierras  no  los  necesitan;  
 mas  no  hay  ninguna,  ni  es  considerable  la  industria  de  las  colmenas  ,  en  aquel  
 término.  Los  frutos  se  reducen  á  4®  cahíces  de  trigo  ,  120  de  cebada,  y  63  cántaros  
 de  vino  :  en  las  huertas  se  cogen  hortalizas  ,  alguna  fruta  ,  y  poco  maíz.  Do s  
 tercios  de  la  liucrta  caen  al  mediodía  de  Alpuente  confinando  con  el  término  de  
 Tucxar,  y  se  riegan  con  las  aguas  que  por  allí  nacen  :  el  restante  tercio  muy  cerca  
 de  la  vi l la,  dispuesto  en  anfiteatro,  sumamente  vistoso  ,  que  contrasta  con  las  peñas  
 peladas  de  su  ímnedíacion,  y  se  riega  con  las  aguas  de  los  Ar c o s ,  llamadas  asi  porque  
 atraviesan  un  barranco  sobre  un  largo  puente  de  muchos  arcos.  Creen  algunos  
 que  este  puente  dio  nombre  á  la  villa  ,  porque  según  cuenta  Es colano,  en  algunas  
 escrituras  antiguas  hallamos  que  la  llamaron  Al t um  Pontem  ,  voces  que  corresponden  
 á  la  valenciana  Al t p d n t ,  que  hoy  dia  conserva,  aunque  los  vecinos  pronuncien