•.1. í ' t <
ií^ -VI ; ;
• - i f e j
. í r i
i I '
. i l i '
í ' f
. ' i
[ 2 7 0 ]
pos, mas no se desalientan , porque conocen k bondad del suelo que cultivan , y
saben que acudiendo las aguas les faltarán graneros para guardar el fruto. Convencidos
de esta verdad , y de que el agua sola les puede hacer felices, la buscan sin
cesar , aumentan el acopio del pantano con obras, y la distribuyen con una economía
y orden admirable. Si llega á perfeccionarse la obra de Don Francisco Sirera
para utilizar las aguas de Salinas, mudará de aspecto buena porcion del término
de Elche , como mudo la que hoy vemos convertida en huertas. Debió de ser
de la misma naturaleza que el secano quando las aguas corrían por el barranco ¿in
freno que las contuviese y conservase para las urgencias : ¡ pero quan diversa es
hoy dia desde que la industria y arte se unieron para mejorarla! Guiáronse las
aguas hacia la porcion privilegiada que circuye la villa , y muy en breve se vieron
en aquel suelo , ántes árido , bosques de olivps, vergeles deliciosos, jardines amenos
y agradables, no solo por la frescura , verdor y lozanía de los vegetales, sino por la
novedad de frutos poco conocidos en el resto del reyno. Crecen y prosperan en varios
parages del reyno las plantas de algodon, y las palmas que por capricho ú adorno
se conservan en algún huerto j pero hacer cosechas importantes y cultivar estos
vegetales con conocimiento y esmero , solamente lo han conseguido los de E l -
che. Destina'ron a' palmas i© tahullas contiguas á los edificios de la villa, que reducidas
á huertos cercados de paredes forman un bosque circular de 70© palmas. Si -
gúese á esta faxa circular de huertos otra mas ancha , donde se cultivan trigos, barrillas
, alfalfas, y otras plantas útiles ; y últimamente vienen los olivos, que ocupan
30© tahullas, y sirven de corona d cerco al resto de las huertas.
191 Mirado este recinto desde la torre ó campanario de la Iglesia de Santa
Maria ofrece una vista agradable. Vese i los pies aquel caserío y multitud de calles
donde moran 2od almas, y luego sucesivamente las faxas circulares de la huerta,
seguidas de sembrados sin riego quanto alcanza la vista. Los árboles del secano
reducidos á higueras, algarrobos , y á tal qual almendro -, la blancura y aridez aparente
de los campos hacen un contraste admirable con el bosque de olivos, y este
con el de las palmas, por mediar entre ellos multitud de huertas con variedad de
producciones. Si baxando luego se examinan por partes los campos y el cultivo,
se notan variedades en el valor de las huertas , y aplicación suma é inteligencia en
los labradores j si bien noté descuido en los olivares que por Julio estaban cubiertos
de cardohuso ( es el carthamus lanatus de Linneo ) , los árboles mal podados,
y con los ramos principales poco abiertos. De este descuido procede tal vez lo
poco que rinden las tahullas de olivares, valiendo cada una de arriendo solos quatto
pesos, quando las de viñas valen ocho , trece las de alfalfa , catorce las de palmas
, y hasta veinte las de algodon , no viniendo heladas que destruyen las plantas,
y minoran el valor de los campos. Suelen plantarse de algodon espaciosas áreas
horizontales , que se dexan entre filas de palmas. Digamos ahora de la naturaleza,
cultivo y utilidad de este vegetable.
ic)2 El célebre Linneo nombro Phcenix i la palma, y formo un género di -
[=>7«]
verso del chamarops ó palmito : yo he juntado ambos géneros en uno solo , porque
no he hallado diferencia notable en su fructificación Las palmas son ó machos
ó hembras, y nunca hermafroditas} florecen por Mayo , y aunque el macho
diste muchas toesas de la hembra , la fecunda transmitiéndole el polvo fecundante
por medio del ayre. N o creyendo esta verdad algunos antiguos dividléron las
palmas en estériles y fructíferas, según que las velan producir o no producir fruto.
Mas instruidos los de Elche en los secretos de la naturaleza, y ciertos de que las
hembras necesitan la presencia del macho para fructificar , procuran tener uno para
cada dos hembras, y á corta distancia de ellas para asegurar la fecundación.
Nacen las palmas del hueso de sus frutos , y crecen lentamente : á los tres ó cinco
años se pueden trasplantar en el sitio donde han de permanecer. Arrancadas entonces
con sus cepas y raices, que son muy cortas, se ponen en hoyas de tres pies
de profundidad , llenando los vacíos de tierra menuda y seca, que debe regarse
inmediatamente, repitiendo despues el riego cada semana. Si las palmas trasplantadas
se mantienen verdes y arrojan nuevas hojas, es señal de que viven y
han arraigado. Van creciendo , y se levanta el astil derecho y sin ramas hasta la altura
de 60 pies, bien que por lo común es mucho mas baxo : siempre está coronado
de unas 40 hojas, ó bien sean frondes, derechas y mas cortas las del centro;
las exteriores horizontales, y á veces colgantes ; divergentes las intermedias. Suele
tener cada una diez pies de largo ; son mas gruesas junto al astil, donde están armadas
de espinas muy agudas, despues de las quales empiezan las hojuelas que
en dos órdenes opuestos ocupan toda la longitud : son enxutas , ensiformes, dobladas
y sesiles, ó sentadas. A medida que el astil crece , el labrador va cortando las
frondes inferiores, ó las destruye el tiempo ; permaiieciendo únicamente cicatrices
casi al trasbolillo en la superficie del astil. Quando este adquirió dos varas de al -
tura ya tiene su mayor diámetro , que es algo mas de un pie. Florecen ordinariamente
las palmas á los diez años, y entonces arrojan espatas axilares, solitarias,
durísimas, largas dos pies y comprimidas , las quales se abren para que salgan las
támaras (spadix de Linneo) que suelen tener tres pies de largo, y muchísimos ramos
flexüosos : estos aparecen juntos á manera de escoba , mas luego se desparraman
para que las flores puedan fecundarse sin obstáculos. Hállanse sentadas en los
ramos, y constan de un cáliz persistente amarillento blanquecino coriáceo partido
en tres lacinias, y de una corola del mismo color , naturaleza y divisiones , también
persistente. Las masculinas tienen seis estambres cortos, y seis anteras algo
prolongadas, sin rudimento de germen ; las femeninas tres gérmenes unidos por la
base, terminados cada uno por su estigma : dos de ellos siempre abortan , conservándose
sus rudimentos á manera de puntos negros en el fondo de la corola ; el
tercero pasa á fruto , que es una drupa prolongada rolliza, obtusa por ambas extremidades
, U qual contiene un hueso de la misma figura con un surco longitudl-
I véanse las páginas la y 13 de mi segundo tomo de Icones.
m