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cu o , y cae el fruto. Esta oruga s= ceba en las aceytunas mas abultadas . y casi
n . c a ataca las del acebucbc. Etttre otros insectos perjudiciales describe Jl citado
™ o r u„ a .nosea p a rda . que deposita sus huevos en las aceytunas por el nres de
Agosto : los gttsanos que provienen de dichos huevos van comiendo el fruto , mi -
a ñ ó l e entre el pel leguo y hue so, y destruyen d daSan buena parte de la cos c i
C n ^ d o s estos conoc.m.entos de historia natural tro se al ean. ; modo de impedir
el laño que causan los tnsectos . los que burlan é inutilizan el cuidado del cultivad
. y cmuestran nuestra grande ignorancia. Si no precede un invierno riguroso
que destr j a o dtsnrtnuya los tnsectos , nada harán los olores fuertes que a L o s
han quendo vender como retnedio. La s hormigas y arahas sttelen d e L a t C
nos que les strven de alimento. °
HOTA DE CAS TALLA, PANTANO DE TIBI, XIXONA.
7 0 Etrtre los cabezos Re c onc o y Cantàl de Arna'u queda el puerto de Bi.<r,
y el ancho cannno que cotrduee á la hoya de Castalia, Subense por mas de media
hora cuestas suaves , demando á la izquierda graderías de almendros en anfiteatro
, y a la derecha montes incultos vestidos de vegetales : se estrecha algo el puer -
to en su mayor altura , donde solo hay pinos y maleza ; pero mu y pronto vuelve
a ensancharse, y empiezan las cuestas para baxar á la h o y a , viéndose por todas
par«s bosques de almendros y sembrados ; se aumenta el cultivo , se enLr cha el
h o p t e , y se entra en las anchurosas llanuras de la hoya cercadas de montes.
A l h repartto el Cnado r con abundancia quanto puede desear un labrador instruid
o y laborioso : lanuras con suficiente r i e g o , cuestas de diferentes tierras y posición
para var.ar as producciottes , montes donde hay yeso , c a l , alabastro, s ü L s
marmoles y made r a , fuentes copiosas y cristalinas que amenizan y fertilizan el
suelo. Conoc ieron los naturales el privilegio de su pais , y agradecidos á la Prov i -
dencta se esforzaron en cultivarlo : plantaron multitud de almendros en las cuestas
de y e s o , tnfimtos olivos y vifias en las arcillosas, trigos y tnaices en las llanuras
. pingues. Exca va ron peiías para aumetttar las aguas , guia'ndolas por canales unos
subterráneos, y otros sobre arcos : perfeccionáron la agricultura , multiplicaron los
trutos, y a proporcion el número de familias. N o pasaban de , 100 hace dos si
glos y actualmente forman el ntimero de 2 4 90 repartidas en quatro pueblos, 7 , 0
en Castal a , 600 en O n i l , 800 en I b i , y 3 4 0 en Tibi . Es te cae al mediodía L
Ja hoya Ibi al oriente , Oni l al norte , y Castalia casi en el centro. Es irregular la
forma de este recinto , el qual tiene mu y cerca de quatro horas de oriente a' p o -
niente , contadas desde la canal de A l c o y hasta lo alto de la Algue f ia i y algo masde
norte a sur desde la montaha de Bi scdy hasta la venta de Gi ra'u, confinando
con los términos de A l c o y , Baiíeres , Biár , Pe t r e l , A g ó s t , Al i cante y Xi x ona
E s mu y estrecho en la parte occidental , reducido allí al vallecito de la A lme S a
apenas ancho la quarta parte de una legua ; pero luego se ensancha háeia levante y
mediodía. Ti ene al norte la sierra de O n i l , y los montes que se siguen ha'cia el
oriente, que son el cabezo de Fabanel la, nombre que tuvo una corta aldea que no
existe, Montbari y Biscoy : opuesto á este y en la paree meridional tiene el carrascal
de Ri c o y Cabés de C o r v ó , quedando entre estos y Biscóy la abertura oriental
llamada canal de A l c o y : queda como cortado el carrascal de Ri c o hacia poniente,
y tuerce en arco hacia el pantano de T i b i , formando aquí el muro izquierdo del
r i o , y se une con los montes puestos i la derecha. Estos van siguiendo ha'cia el
norte con los nombres de Maigmc i , SerrateUa y carrascal de Cas tal ia, que está al
poniente de esta villa , y cier.a la hoya de su nombre. En el término de Oni l
brotan por varios ojos y fuentes las aguas que reunidas muy pronto en riachuelo
corren de norueste á sueste , y aumentadas con las que baxan de Ibi y Tibi van al
pantano , y de allí á la huerta de Al icante. L o s de Castalia en otro tiempo v endieron
á los de Al i cante , d como otros aseguran cedieron en virtud de pretendidos
privilegios y concordatos el derecho que tenían á estas aguas: ahora que han
beneficiado gran mimerò de campos antes eriales, y llevado la agriculmra i un alto
grado de perfección , quisieran enmendar el yerro de sus abuelos. Mas cautos los
de On ü jamas han perdido la posesion y usufruto de las aguas que nacen en su
término , y con ellas riegan 400 jornales de la tierra mas fértil del r e y n o , puesto
que cada jornal da en el mismo año de diez i catorce cahíces de t r igo, y otros
tantos de maiz.
7 1 La villa de Castalia yace en la raíz de un cerro c oni c o , aislado , coronado
por un castillo que se desmorona y amenaza ruina : las faldas del cerro son de
tierra arciUosa bl anc a ,que cubre las peiías calizas del c ent ro, quedando otras á
dacubierto en la cumbre y en varias partes de las cuestas y raices. E n estas edi f i -
caron las casas ; pero temiendo sus moradores se renueven los daiíos causados en
otras ocasiones por los enormes cantos que han ido cayendo del castillo, las construyen
ahora distantes del riesgo. A excepción de mu y pocas todas son ordinarias
y de mal gus to, forman calles estrechas, las mas en cuesta. Mas se ocupan los veci -
nos en mejorar el término y aumentar los f rutos, que en adornar la poblacion con
edificios decentes: animanse con el exemplo y luces de Do n Toma s R i c o , sugeto
acaudalado , que ha puesto sus delicias en estudiar y practicar la agricultura , dando
reglas para perfeccionar el cultivo del almendro , que tanto rinde en aquel recinto
, y fomentando todos los ramos de esta importante ciencia. A s i , á pesar de
ser el termino de Castalia el menos favorecido y mas expuesto á contratiempos,
rinde por lo común cosechas abundantes. Ofendenle sobremanera los leveches ó
vientos de sueste , que entran con violencia por la garganta estrecha del pantano
sobre cuyas aguas siguen entre yesares como media legua , y atacan los árboles helándolos
y destruyéndolos alguna v e z : otras veces se anticipan á la estación en que
deben madurar algunos f rutos, y les causan daños considerables. La s higueras, que
al parecer debieran multiplicarse en aquel recinto, son las que mas padecen, s e L
me aseguraron en el pueblo , y por eso es mu y corto el nümero de ellas. Ma s creo