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t odo punto. P o r la der echa , que es aun r e y n o de Va l e n c i a , se ven pinares c omo
plantados para ma r c a r la divi s ion de r eynos . E l c ami n o adda n t e se hal lan por ambos
lados tierras pobres y areniscas , donde vege t an humi ldes matas y algunas y c r -
beci l las , dist inguiéndose ent re estas la ono sma parecida á la viborera , y los ant i r -
r inos vel loso y c on hojas de or égano. Sigui endo hasta una larga hora se de x a el
c amino real para toma r ot ro á la derecl ia c on di rec c ión al nor te , y despues de
pisar el t é rmino de Alma n s a por dos horas se ent ra en el de A y o r a , que es el
pr ime r pueblo de l r eyno de Va l e n c i a por aquel rumb o . N o se nota al pr incipio
di ferenc ia algima en el suelo ; pero mu y pronto se presentan viñedos bien cul t iva -
dos , y una tierra feraz : se aument a el cul t ivo , y en otras dos horas se l lega í la
pobl a c ion.
Aro RA.
2 Y a c e A y o r a en una espaciosa h o y a , que á lo léjos cer can elevados mo n -
tes : junto i la vi l la n o ha y mas alturas que el cer ro de ye so , cor onado c on las
ruinas del castillo : sus calles son a n c h a s , pr inc ipalment e la nomb r ada de la Ma r -
quesa , super ior á quantas ha y en el r e y n o , sin exceptuar las de la capi tal : su c a -
ser ío de c ent e y a , se aument a y he rmos ea cada dia c on nuevos edificios : su v e -
c indar io consta h o y dia de 1 3 0 0 fami l ias , muchas de ellas distinguidas por su a n -
t igua nobl e z a . A pr incipios de nuestro siglo e xpe r iment ó este pueblo los tristes
efec tos d e la guer ra de sucesión. E n t r o el exér c i to de l venc edo r por las llanuras
cont iguas á Alma n s a , y ac e r cando 6 3 hombr e s , mandado s por el Ge n e r a l C e -
r e c eda , la villa se ent r egó sin resistencia alguna ; pe ro al entrar en ella las ttopas
un tiro de fusil di sparado desde la cuesta del castillo ma t ó al sobr ino del Ge n e r a l .
C r e y ó este t raidores á los ve c inos , y emp e z ó á vengar se degol l ando á mucho s
inocentes . L o s Mique l e t e s que estaban en el castillo b a x o el ma ndo de D . Di e g o
Gr a s , ma l per t rechados , é inferiores en núme r o , de sampararon la for taleza , la
quema r on y volaron en par te. D e resultas quedaron apocadas y arruinadas muchas
fami l ias , quemá rons e los a r c h i v o s , se des t ruyó el castillo y el magni f i co palac io
que allí habia , del qual quedan aun escaleras , muros y arcos que amena z an ruina,
y que convendr í a demol e r ent e r ament e para evitar desgracias. T amb i é n la agr i cul -
tura sintió golpes mor tales : aquel di latado t é rmino q u edó por la ma y o r par te eríal
y abandonado , cul t ivándose sol ament e las viñas y las huertas. L o s ol ivos no p a -
rece haber se int roduc ido allí hasta unos 3 0 años hac e : por el mi smo t i emp o
empezáron á mejorar se var ios ramos de agriculnu-a , la qual en pocos años ha h e -
c h o progresos admi rables . Ima g i n ó un labrador plantar ol ivos en lo incul to , y
desent endiéndose de las burlas c on que los que aun viven pretendían apartarle de
su empr e sa , la cont inuó c on tesón : el feliz suceso produxo mul t imd de imi t ado -
res , y en me n o s de 1 4 años han plantado al pie de i ol ivos. S i bien por falta
d e expe r i enc ia en la cultura y educac ión de tan preciosos árboles , los t ienen d e -
ma s i adament e
juntos , y con sobrados ramos , muchos de ellos perpendiculares , que
debi e ran estar abier tos para que el sol y el ayr e pasen c on l iber tad. N o se c o n o c e
ahora cl daño que c on el t i emp o produci rá este descuido ; pero antes de mu c h o
será preciso arrancar algunos olivos para que los ot ros prosperen , y aun cortar en
estos cant idad de leña sobrante. L a exper ienc ia les lia h e c h o ve r y a la especie de
ol ivos que convi ene á aquel c l ima de s t empl ado : t enian mu c h o s , cuy o fruto es p e -
queño , y otros que le t ienen ma s abul tado que l l aman grosales ; casi todos estos
pe r e c i e r o n , ó quedaron mu y mal t ratados en el invierno de 1 7 8 9 , sin que a q u e -
llos exper imentasen el me n o r daño. S o n aun mu y jóvene s los olivos de Ay o r a ,
auméntans e de día en dia , y adornan út i lment e mul t i tud de loma s antes er iales,
empe z ando y a á dar a c eyt e , que se regula en 3© ar robas.
3 L a pasión que h o y r eyna en aquel los labradores á favor del o l i v o , n o ha
di s jninuido la que s iempr e tuvieron á las v i ñ a s , de las quales sacan 6 o © cántaros
d e vino , sin contar c omo una tercera par te de las uvas con que el pueblo se a l i -
ment a por quat ro ó mas semanas . E n ninguna par te de l r e y n o , e x c epto Al i c a n t e ,
se cul t ivan las viñas c o n ma s cuidado. L a s cavas son pr o funda s , y suma la l impieza
en los campos . Qu a n d o la c epa lo pe rmi t e de x an al t i empo de podar la dos
y ema s en la cal idad de uva t inta , y tres en la blanca. Ad ema s de los ol ivos y
viñedos cul t ivan infinitos c ampo s de trigos y cebadas . L a de smedida extens ión de l
t é rmino , y el ser floxos muchos ter renos de la por c íon mo n t u o s a , es causa de que
los labradores los abandonen por diez ó mas a ñ o s , quando desubs tanciados n o
cor responde el fruto á la esperanza del cul t ivador . E n ot ro pais mas p o b l a d o , y en
poblac iones reducidas á un cor to t é rmino , sin duda se bcneí iciar ia lo que aquí se
desprecia. L o precioso de l tásmj f lor sog. las huertas situadas en las cer canías de la
villa hacia el or iente , nor te y p o n i e n t e , y se regulan en 4® t ahul l a s , b i en que n o
todas al canzan r iego. E l que resulta de las quat ro fuentes que por allí na c en , a p é -
nas basta para sS) tahullas : n o obs tante todas presentan bosques de frutales y de
moreras . L a hoj a de estas da 2® libras de seda. E n las áreas se c r ian hortalizas en
valor de 5© p e s o s , mas de i2) cahices de ma i z , y mu c h o t r igo , que unido á los
granos de secano asciende á l o ® cahices de t r igo , a S de c ent eno , 6 6 0 de x e x a ,
3 5 0 0 de c e b a d a , y 1 5 0 0 de avena. D e azafran se cogen c omo 7 0 0 onzas. H a y
mucha lana , y ma y o r pr ove cho aun de las ye rba s que s i rven para pastos.
4 T a l ve z se aumentar ía el n úme r o de huertas si se l levase á e f e c to la idea de
secar la laguna de S a n B e n i t o , cuyas aguas podr ían ser \ 'ir para el r iego de a l gunos
c amp o s , ho y plantados de viñas. E l t i empo y la expe r i enc ia sugeriría medi o s
do asegurar cl r iego fabr i cando estanques o depos i tes para conservar las a g u a s , y
distribuirlas opor tunament e . De s d e luego aprovechar ía para l a agr icul tura el f ondo
de la laguna , en cl día inútil y per judicial . Há l l a s e esta laguna dos leguas al sudueste
de Ay o r a en las raices de l mo n t e Me c a , y ocupa lo ma s hondo de la di l a -
tada llanura que desde Alma n s a se prolonga hacia el septent r ión. E s el depòs i to de
las muchas aguas que baxan de las alturas y mont e s v e c i n o s , y podrá tener c omo
medi a l egua de largo , y un quar to de ancho. S o n raros los años en que l lega á
secarse ent e r ament e , c omo la v i en 1 7 9 3 , y aun entonc e s queda inútil aquel suelo