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 bien  se  o W a  e„  este  t é rmi n o  q u e  los  a lmendros  viven  poco  t i emp o  en  las  tierras  
 d o n d e  antes  prospe r aban  :  d a ñ o  q „ e  p o d r á  tal  v e .  remediarse  ha c i endo  las  correspo„ 
 d.entcs  observaciones  pa r a  ver  si  el  cnltivo  actual  es  diferente  del  anticuoacaso  
 las  labores  indispensables  para  s emb r a r ,  c omo  a c tua lmente  se  practica  hast.;  
 d c b a x o  de  los  a lme n d r o s ,  p o d r á n  causarles  algún  perjuicio.  Pe r o  si  el  suelo  rehusa  
 los  a lme n d r o s ,  no  por  eso  d e b e  queda r  d e s a r b o l a d o ,  c omo  e f e c t ivament e  sucede  
 e n  vartos  s.t.os  3 los  olivos  los  algarrobos  y  aun  las  moreras  d e b e n  ocuparle  :  al  
 E s  a  la  v e r d a d  un  sequeral  aquel  r e c i n t o .  pe ro  h a y  c a ñ a d a s ,  y  algunos  sitios  d o n - 
 d e  se  en  el  ma t z ,  y  podr í an  por  consiguiente  criarse  moreras.  La  agricultura  h u - 
 b ú i l s  í l  " "  "  -  distribuidas  
 a  lo  me n o s  entre  la  ma y o r  parte  de  los  ve c inos ,  si  todos  d  los  mas  tuvieran  
 a i p n a  propi edad  ;  mas  ahora  casi  todos  son  jorna l e ros ,  y  no  hay  ma s  de  un  corto  
 numero  de  r . o s  dueiios  de  q u a n t o  p r o d u c e n  los  c amp o s  de  Benisa  ,  y  buena  pa r - 
 te  d e  los  de  Te u l a d a  y  Ca l p .  Sería  bien  establecer  a l g i a s  fabricas  eL  la  v i lL  p  «  
 o a i p a r  los  vecinos  pobres  q u a n d o  el  c amp o  no  los  ne c e s i t a ,  c omo  sucede  cou  f r e - 
 q u ^ c i a  i  con  lo  qua l  evitarían  la  miseria  q u e  p a d e c e n ,  y  se  excusarían  muchos  de  
 ir  a  trabajar  en  los  arrozales  de  la  ribera  del  Xú c a r  en  perjuicio  de  la  salud.  ¡Qu a n - 
 t o  me , o r  y  ma s  uttl  les  seria  aprove cha r  el  pa lmi t o  y  el  esparto  de  sus  mo n t e s ,  ma - 
 n u f a c ^ r a r l o  y  v e n d e r l o !  As i  lo  ha c en  los  vecinos  de  G a t a ,  Senija  y  Pe d r e « u ¿ r  
 sacando  de l  t e rmmo  de  Benisa  aquellos  vege t a l e s .  N o  ha  dos  siglos  tenia  Be - 
 nisa  = 0 0  v e c i n o s ,  y  h o y  pasan  de  8 o o  .  alojados  en  casas  pobres  y  de  ma l  gusto,  
 que  f o rma n  dos  largas  calles  paralelas  .  h a y  algunos  edificios  decentes  d o n d e  L b i - 
 an  los  h a c e n d a d o s ,  y  en  las  ext r emidades  de  la  villa  dos  Igles ias,  la  Pa r roqui a l  y  
 l a  de  los  Pa d r e s  Franciscos.  L o s  frutos  de  Benisa  se  regulan  en  , 4 0 o  cahíces  de  
 B . g o ,  de  c ebada  con  alguna  mezcla  de  otros  g r a n o s ,  1 5 0  de  ma i z ,  1 6 0  de  
 legumbres  cargas  •  de  a lme n d r ó n  pa r a  el  comercio  ,  . 4 3  cántaros  de  v i n o  
 1 8 0 0  arrobas  de  a c eyt e  ,  i o o 3  de  a lga r roba s ,  7 2 0 0  de  h i g o s ,  83  de  pasa  v  
 d e  lana.  '  '  
 132  En  esta  pa r t e  del  r e y n o  se  hace  ma s  pasa  que  en  la  occidental  y  de  me - 
 jor  c o n d i c o n  ,  por  provenir  en  gran  p a r t e  de  la  uva  l l amada  mo s c a t e l ,  que  r e d u - 
 cen  a  pasa  cogi éndol a  ma d u r a  ,  y  escaldándola  con  lexia.  Es t a  se  hace  de  las  ceni  
 zas  ordinarias  que  recuecen  con  r amo s  de  a d e l f a ,  forbisco  y  rome ro  , y  ponen  de s - 
 pues  en  un  t ina jón  aguj e r e ado  por  abaxo  ,  pa r a  q u e  p u e d a  salir  el  agua  cargada  de  
 as  partículas  alkalinas.  Sue l en  a ume n t a r  la  fuerza  de  la  lexía  añadi endo  dos  ó  tres  
 libras  de  cal  viva  para  cada  quanro  barchillas  de  ceniza.  H e d í a  la  lexia  la  p o n e n  á  
 hervir  en  u n a  c a l d e r a ,  é  int roduc en  ¡os  racimos  en  un  cazo  lleno  de  aguj e r i tos ,  sacándolos  
 inmedi a t ament e  pa r a  llevarlos  al  t endede ro.  El  director  de  esta  operacion  
 tiene  a  la  ma n o  un  cántaro  de  lexía  mu y  f u e r t e ,  y  o t r o  de  lexía  floxa.  Si  el  pclle- 
 .  Ca d .  e r g .  consm  die,  „ „ b a ,  d.  „  „  ¡.  „  ^^  
 Oro», y „ . . I , a  d . d . o o  „ h i »  a l ^ . d i a  »  d s -  did.  d.  Va l . n c i . ,  y  „  da  c o l . i l d t  
 jito  de  la  uva  sale  de  la  caldera  con  rajas  d  c o r t e s ,  es  prueba  de  q u e  la  lexía  q u e  
 hierve  es  sobrado  fuerte  ,  y  entonces  añade  de  la  floxa;  y  al  contrarío  si  sale  poc o  
 marchito  indica  que  no  es  bastante  fuerte  la  lexía  de  la  c a l d e r a ,  y  es  preciso  a ñ a - 
 dir  de  la  fuerte.  Si  hay  peñas  limpias  en  las  inmedi a c ione s  se  tiende  sobre  ellas  la  
 uva  escaldada  ,  y  si  no  sobre  cañiras  ó  plantas  pr epa r ada s  pa r a  este  lin  ,  que  s u e - 
 len  ser  la  arUmisia.  Cíi/íi^ejím,  l l amada  por  eso  vulga rment e  bocha  y  lurbapanseríi.  
 Déxase  allí  unos  tres  dias  según  la  fuerza  del  s o l ,  y  al  tercero  d  qua r to  se  vue lve n  
 los  racimos  de  arriba  á  baxo  para  q u e  se  sequen  p e r f e c t ame n t e ,  y  q u e d e n  en  e s - 
 tado  de  conservarse  en  almacenes  d  depósitos.  Si  la  pasa  se  encierra  ántes  de  habe r  
 perdido  toda  su  h ume d a d  pade c e  d a ñ o s ,  y  a lguna  vez  se  pierde  ent e r ament e .  P o r  
 eso  es  ma l  año  de  pasa  q u a n d o  llueve  en  los  dias  q u e  se  halla  t endida .  
 133  Cas i  al  sur  de  Benisa  cae  Hi f á c  ,  p e ñ ó n  e n o rme  y  casi  aislado  , q u e  entra  
 e n  el  ma r  hacia  levante  c omo  un  qua r to  de  l e g u a ,  d e x a n d o  por  todas  partes  f a l - 
 das  ásperas  é  inaccesibles.  Mi r a d o  de  cierta  distancia  se  parece  á  un  navio  u n i d o  
 á  la  tierra  por  su  popa .  Ll éga s e  á  la  raíz  de  esta  subi endo  cuestas  por  espacio  de  
 una  hora  ,  y  allí  empi e z an  cortes  perpendiculares  q u e  coritintian  c omo  2 0 0  varas:  
 al  fin  de  este  trecho  empi e z an  nuevas  cuestas  para  llegar  á  lo  ma s  alto  ,  lo  que  se  
 consigue  en  otra  hora  :  desde  allí  di sminuye  sucesivamente  la  altura  hasta  la  proa  ó  
 punta  o r i e n t a l ,  q u e d a n d o  por  todas  partes  picos  y  quebradas  que  imp i d e n  el  pa s o  
 d  lo  retardan  sobr emane r a.  C o m o  los  Arge l inos  infestaban  aquellas  costas  saliendo  
 por  las  calas  á  robar  hombr e s  y  mu g e r e s ,  se  escogiéron  varios  puntos  que  servían  
 de  atalayas  para  descubrir  los  pi r a t a s ,  y  avisar  de l  riesgo  á  los  incautos  pastores  y  
 labradores.  El  ma s  o p o r t u n o  por  su  altura  y  el  ma s  seguro  para  los  mi smos  g u a r - 
 das  es  el  peñón  de  H i f á c ,  á  c u y a  c umb r e  suben  por  la  p o p a  :  v e n c e n  los  cortes  
 perpendiculares  con  tres  tramos  de  sogas  ,  sujetadas  en  otros  tantos  resaltes  de l  
 monte  ,  y  por  ellas  suben  con  suma  pr e s t e z a ,  l l evando  consigo  con  q u e  come r  y  
 trabajar  dur ante  el  día.  N o  es  Hi f á c  tan  alto  c omo  p o n d e r ó  nuestro  Es c o l a n o ,  siguiendo  
 la  relación  de  Mi e d e s ;  pues  léjos  de  ser  el  mas  alto  de  Es p a ñ a  ,  c omo  supone  
 ,  ni  aun  llega  á  los  de l  s egundo  o r d e n  de l  r e y n o  de  Va l enc i a  :  es  e n t e r ame n - 
 te  calizo  ,  y  en  partes  de  má rmo l  blanquecino.  Cr e c e n  en  él  muchí s imas  plantas,  
 algunas  de  ellas  poco  c omu n e s  en  el  r eyno.  Solo  e x ami n é  la  larga  cuesta  hasta  las  
 cuerdas  ó  cortes  pe rpendi cul a r e s ,  y  vi  t u n a l e s ,  p a lmi t o s ,  t e u c r i o s ,  ent r e  ellos  el  
 dorado  ,  el  iva  y  el  q u e  tiene  las  flores  en  cabezuela  ;  la  z í b i d a ,  el  r ome r o ,  la  e s c a - 
 biosa  s axá t i l ,  y  el  espliego  con  hojas  dent.ídas.  Clus io  vid  esta  pl ant a  rara  en  el  
 mismo  mo n t e ,  y  yo  la  he  vuelto  á  examina r  a l l í ,  sin  haberla  visto  despues  en  pa r - 
 te  alguna  de l  r eyno.  Mu y  cerca  de  las  cuerdas  hallé  en  f ruto  una  hipocrepis  p a r e - 
 cida  á  la  llamada  bulctirica  ,  el  r inanto  bartsia  ,  la  gatera  t u rmo s a ,  la  valancia  mu - 
 ral  ,  la  velLi  ¿itmti.i  y  el  trébol  estrellado.  Iba  b a x a n d o  y  pisaba  las  xaras  ama r i - 
 llenta  ,  y  las  que  tienen  hojas  parecidas  al  rome ro  y  salvia  :  allí  la  salsola  rosacea  
 d e  Li n n e o  f o rma  m.isas  tupidas  de  qua t ro  pies  de  alttira;  son  mu y  comune s  la  c e - 
 bolla  a lba r r ana ,  el  albardin  ,  los  espartos  c omú n  y  j u n c a l ,  el  guardalobos  ,  y  otras  
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