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 nafér  hay  l o o  vecinos  ,  todos  labradores  ,  cuyos  campos  les  producen  760  cahíces  
 de  trigo  ,  284  de  maiz  ,  apenas  50  entre  cebada  y  judias  ,  6S  cántaros  de  vino  ,  y  
 como  60  libras  de  seda.  
 128  En  los  términos  de  dichos  lugares,  como  igualmente  en  el  de  Vibé r ,  
 son  freqiientes  las  canteras  de  ma'rmol  negruzco  , piedra  tan  común  cu  aquella  parte  
 del  reyno  ,  que  apenas  hay  monte  donde  no  se  halle.  Son  raros  los  mármoles  
 de  otro  color ,  y  solo  encontré  en  el  término  de  Candiel  una  cantera  abierta  de  
 mármoles  blanquecinos  y  melados.  Hállanse  en  lo  alto  de  un  cerro  contiguo  al  
 collado  de  las  Arenillas  :  los  bancos  de  piedra  están  algo  inclinados  al  horizonte,  
 unos  de  melado  claro  ,  y  otros  de  un  blanco  obscuro  :  ambos  se  labran  con  facilidad  
 ,  y  admiten  un  pulimento  admirable.  Mirando  de  lo  alto  del  cerro  hacia  el  
 sueste  se  ven  en  la  misma  visual  Caudiél  y  Segorbe  ; mirando  al  sur  se  ve  á  dos  
 leguas  de  distancia  el  castillo  de  Xé r i c a ,  y  declinando  algo  hacia  poniente  la  
 Cuevasanta  á  mas  de  tres  leguas  y  media.  Esta  tiltima  visual  pasa  por  entre  las  
 ermitas  de  Vibé r  , y  dexa  la  de  Santa  Cruz  al  poniente,  y  al  oriente  la  de  San  Mi - 
 guel.  T o d o  el  cerro  está  incul to,  y  buena  parte  de  sus  inmediaciones  :  empiezan  
 despues  los  viiíedos  ,  que  alternan  con  eriales  por  mas  de  media  hora  :  se  aumenta  
 el  cultivo  en  las  cercanías  de  la  Fuensanta,  y  sigue  sin  interrupción  hasta  Vibé r  
 por  mas  de  una  hora.  T o d o  son  viiíedos  por  esta  banda,  como  también  hácia  el  
 norueste  quanto  dura  el  término  de  V i b é r ,  que  podrá  prolongarse  cosa  de  una  
 hora  :  de  allí  adelante  el  cultivo  se  reduce  casi  enteramente  á  granos  ;  el  terreno  
 está  sembrado  de  lomas  y  de  cerros  cada  vez  mas  al tos ,  seguidos  de  breñas  y  de  
 empinados  montes.  
 129  Caminando  desde  Vibé r  hácia  poniente  como  tres  horas  se  llega  á  Be.\ís,  
 viUa  puesta  á  la  derecira  del  Palancia,  y  casi  en  el  centro  de  un  término  que  es  
 común  á  Toras ,  Teresa  y  Canales,  que  fuéron  sus  aldeas.  Este  término  se  extiende  
 quatro  horas  y  media  de  oriente  á poniente,  y  algo  ménos  de  norte  á  sur  :  crúzalo  el  
 Palancia  de  norueste  á  sueste,  de.xando  por  la  derecha  montes  escarpados,  y  por  
 la  izquierda  otros  de  menor  altura  ,  por  entre  los  quales  corre  describiendo  curvas  
 y  revueltas.  Unos  y  otros  montes  son  en  gran  parte  incapaces  de  cultivo  por  su  
 aspereza  y  poca  tierra  ;  y  á  esta  causa  queda  erial  y  para  pastos  la  mitad  del  término. 
   T o d o  ,  por  lo  común  , está  sin  árboles  fructíferos,  e,xcepto  las  huertas  ,  donde  
 hay  un  sin  número  de  cerezos,  moreras  y  varios  frutales.  Hállanse  las  huertas  
 en  las  riberas  del  rio  en  sitios  hondos  y  abrigados  por  las  colinas  d  montes  circunvecinos  
 ,  y  en  ellas  multiplican  aquellos  labradores  sus  producciones  , que  son  maiz,  
 seda  ,  cáñamo  ,  trigo  ,  frutas  y  hortalizas.  En  el  secano  tienen  algunas  viñas  ,  higueras  
 ,  olivos  ,  y  muchísimos  sembrados  ,  siendo  esta  la  principal  cosecha  del  término. 
   A  una  hora  iiácia  el  nordeste  de  Bexis  está  Toras,  pueblo  de  120  vecinos,  con  
 muy  pocas  comodidades,  como  lo  anuncia  la  pobreza  de  sus  habitaciones,  edificadas  
 parte  en  una  altura,  y  parte  en  sitio  hondo  ,  por  lo  qual  se  distinguen  
 aqueUos  caseríos  con  los  nombres  de  Toras  alta  y  baxa.  Median  entre  ellos  varios  
 cerros  de  yeso  coronados  de  peñas  ; de  las  quales  las  de  la  superficie  ,  alteradas  ya  
 por  las  lluvias,  sol  y  yelo  ,  son  verdosas,  las  interiores  casi  negras  :  la  dureza  de  
 todas  ellas  ,  y  el  aspecto  que  presentan  sus  fracciones  ,  es  como  en  la  piedra  berroqueña  
 ó  granito  de  Madrid.  Compdnense  de  cristalitos  de  feldespato  blanco  y  mi - 
 ca  ,  unas  veces  negra  y  otras  verdosa  ,  engastados  en  una  pasta  cornea  casi  verde,  
 d  bien  arcala  endurecida.  Muchos  naturalistas  colocan  esta  piedra  entre  los  granitos  
 ,  y  otros  entre  los  pdrfidos,  según  las  diferentes  definiciones  con  que  han  
 creído  explicar  la  naturaleza.  ¿Pero  como  pudo  formarse  y  existir  dicha  piedra  sobre  
 yeso  ,  como  actualmente  se  encuentra  en  aquellos  cerros  í  Lo s  que  se  presentan  
 hasta  Teresa  por  espacio  de  media  legua  hácia  el  mediodia  son  de  mármol  
 negro  ,  cuyos  bancos  están  algo  inclinados  al  horizonte  ,  y  las mas  veces  sin  tierra.  
 Quedan  de  quando  en  quando  humildes  lomas  de  tierra  roxi za,  y  en  ellas  viñas  y  
 sembrados  hasta  doblar  el  ultimo  cerro  y  entrar  en  Teresa,  pueblo  de  200  vecinos,  
 colocado muy  cerca  del  rio  con  hermosas  huertas. Vense  en  estas  bosques  de  cerezos  
 y  frutales, y  en  las  producciones  de  sus  áreas  un  verde  hermoso  ,  que  contrasta  con  
 las peñas  peladas  de  las  inmediaciones.  E l  rio  hace  por  allí  mi l  revueltas  para  poder  
 continuar  su  curso,  y  salir  de  aquel  como  laberinto  de  montes  ;  espectáculo  que  se  
 disfruta  desde  las  alturas.  Las  huertas  de  Teresa  continilan  por  las  riberas  del  rio  
 hasta  unirse  casi  con  las del  Bexís,  villa  simada  en  la  confluencia  de  los  rios  Canales  
 y  Palancia.  Este  corre  allí  muy  profundo  y  tortuoso  ,  así  como  venia  desde  su  orígen  
 ,  que  dista  algo  mas  de  una  legua.  Pobre  en  su  principio  ,  como  luego  veremos  
 ,  recibe  tantas  y  tan  copiosas  fuentes  entre  el  Molina'r  y  Be x í s ,  que  es  ya  respetable  
 en  las  cercanías  de  esta  villa.  La s  aguas  de  dichas  fuentes  descienden  precipitadas  
 de  bastante  altura  ,  unas  en  arroyos,  y  offas  en  cascadas  hasta  el  cauce  
 del  rio  ,  y  allí  encontrando  etiormes  peñas  caídas  de  los  montes,  se  estrellan  y  espuman  
 con  estruendo.  Por  efecto  de  su  frescura  los  vegetales  viven  alegres  en  aquellas  
 quebradas  y  graderías  naturales  ,  donde  crecen  con  lozanía  los  almeces  ,  arces,  
 fresnos,  espinos,  cornejos,  cervales  y  otros  árboles  que  parecen  disputarse  el  terreno. 
   Enrédanse  entre  el los,  y  no  pocas  veces  los  tapizan  las  parras  ,  madreselvas,  
 clemátides  y  zarzas  ,  á  cuya  sombra  y  entre  peñas  vegetan  la  doradilla  ,  el  pol ipodio  
 común  y  culantrillo  ;  vense  también  los  hieracios  velloso  y  pilosela  :  los  antirrinos  
 mayor  y  de  peñas,  la  yerba  doncella  ,  la  palomilla  de  nueve  hojas  ,  la  salicaria  
 ,  y  las  conizas  saxátil  y  g u a r n í a ,  de  L i n n e o ,  con  otras  infinitas  plantas.  
 Tal  espectáculo  ofrecía  allí  la  naturaleza  en  un  año  seco,  y  en  el  mes  de  Set iembre. 
   (Quánto  mas  hermoso  debe  ser  aquel  recinto  en  la  primavera  despues  de  las  
 lluvias?  Estas  ,  que  dan  nueva  vida  á  los  vegetales,  que  degradan  lentamente  los  
 montes  ,  causaron  pérdidas  considerables  en  el  que  yace  al  norte  de  Be.-iís;  monte  
 elevado  de  mas  tierra  que  piedra  ,  y  esta  en  pedruscos  sueltos  sin  union  ni  paralelismo  
 i  introduxeronse  las  copiosas  lluvias  en  sus  entrañas  ,  robaron  la  base  ,  y  desgajándose  
 una  porcion  considerable  del  monte  ,  rodaron  por  la  falda  pedruscos  y  
 tierra  iiasta  el  fin  del  rio.  Es to  degrado  el  camino  que  á  bastante  altura  sigue  por  
 TOMO  I I .  or  
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