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 yendo  las  de  las  Fias  fundaciones  ,  las  de  Bonijofar,  y  el  brazal  de  Sarachc.  Gran  
 numero  de  dichas  tahullas  se  destina  á  hortalizas,  otro  casi  igual  á  cáñamos  y  linos,  
 muchas  á  trigos  ,  maices  y  legumbres  ,  y  al  pie  de  4® á  naranjos  de  la  China,  que  
 ritiden  mas  utilidad  que  qualquicra  otra  cosecha  ;  por  lo  qiial  se  coníicrten  cada  
 dia  en  huertos  de  naranjos  aquellos  campos  que  producian  trigos  y  maices  ,  granos  
 que  se  van  sembrando  en  tierras mas  apartadas  de  la  ciudad  , mal  cuidadas  antes  
 ,  d  enteramente  abandonadas.  No  solo  son  útiles  los  naranjos  ,  sino  que  amenizan  
 y  embalsaman  el  recinto  : siempre  vistosos  por  el  verdor  y  brillo  de  sus  hojas  
 ,  por  la  multimd  y  fragrancia  de  sus  Hores  ,  y  por  la  hermosura  de  los  frutos,  
 forman  vergeles  hermosos  con  los  quales  alternan  otros  de  frutales, multitud  de  
 moreras  y  otros  árboles.  Recréase  el  ánimo  al  descansar  baxo  aquellas  sombras,  
 donde  el  gusto  ,  la  vista  y  el  olfato  reciben  agradables  impresiones  :  el  movimiento  
 de  las  aguas  que  corren  por  aquellos  canales,  la  variedad  de  frutos,  la  alegria  
 de  los  naturales,  y  la  pureza  del  cielo  producen  grandiosas  ideas,  tanto  que  algunos  
 e-xtrangeros  '  han  creido  hallar  allí  los  sitios  deliciosos  que Milton  pintó  en  su  
 Paraíso  perdido.  Grato  es  también  el  aspecto  que  presenta  la  huerta  vista  de  alguna  
 altura  : los muchos  pueblos  esparcidos  por  aquel  recinto  ,  el  laberinto  que  resulta  
 de  la multitud  y  variedad  de  acequias  y  canales,  el  rio, las  arboledas,  los  sembrados  
 que  entre  ellas  quedan  para  que  resalte  la  espesura  y  verdor  de  tanto  árbol,  
 forman  un  quadro  poco  común  fuera  del  reyno  de  Valencia.  Son  sitios  oportunos  
 para  verle  los  montes  contiguos  á  la  ciudad,  especialmente  la  Muela,  cuya  
 altura  domina  aquel  recinto.  Con  este  fin  subí  á  ella  en  Jul io,  y  lo  hice  por  las  
 cuestas  que  tiene  al  norte  ,  suaves  y  de  fácil  acceso.  Llegué  á  la  cumbre  en  hora  y  
 media,  y  mirando  hacia  el  mediodía  veía  á  los  pies  y  á  mucha  profundidad  el  
 monte  del  Castillo  ; mas  abaxo  el  Colegio  de  San  Miguel;  y  en  las  raices  del  monte  
 parte  de  la  ciudad  ,  cruzada  por  el  rio  ,  y  cercada  de  jardines  :  seguíanse  en  la  
 misma  dirección  árboles  y  cultivo  hasta  el  monte  Urchíllo  ,  situado  en  la  cordillera  
 que  sirve  de  muro  meridional  á  la  huerta.  Esta  se presentaba  en  toda  su  extension  
 unida  hácia  poniente  con  la  de  Murcia  ,  en  la  qual  se  veía  una  verde  alfombra  
 por  mas  de  quatro  leguas,  y  allí  la  torre  y  edificios  de  la  capital  de  aquel  reyno. 
   Desde  donde  se  observaba  baxar  el  rio  serpeando  y  f^'cundando  las  llanuras  
 hasta  Onhucla,  y  las  que  restan  hasta  el  mar  :  quedaba  en  la  ribera  derecha  Be - 
 niel  ,  último  pueblo  de  la  huerta  de  Murcia  ,  y  en  la  de  Orihuela  Bigastro  ,  Xacarllla, 
   Benijofar  y  Guardamar  j  Benejuzar,  Almoradí  y  Roxales  en  la  izquierda.  
 I  El  Sefior  Juan  Talbot  Dillon  en  su  Viage  de  is  the  beautiful  Valencia  ]il{e  te  garden  of  Paradi- 
 España, al  concluir  el  reyno  de Valencia  dixo:  „Such  se  in  Milton:  
 A  Happy  rural  seat  of  various  view;  
 Groves  whose  rich  trees  wept  odorous  gums  and  balm,  
 Others  whose  fruit  burnish'd  with  golden  rind  
 Hung  amiable  !  Hesperian  fables  true,  
 If  t rue,  here  only  ,  and  of  delicious  taste.  
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 Por  la  parte  oriental  se  descubría  el  mar  Mediterráneo  desde  el  cabo  de  Santa  Pola  
 hasta mas  allá  del  llamado  Cervér  ,  entre  el  qual  y  Guardamar  brillaban  las  salinas  
 de  la  Mata  :  las  de  Torre  vieja  parecían  caer  al  poniente  de  Cervér  y  á  muy  
 corta  distancia  ,  seguidas  hácia  poniente  del  dilatado  campo  de  Orihuela.  
 207  La  Muela  con  los  montes  contiguos  forma  una  curva  terminada  por  
 dos  cabezos,  uno  oriental  y  otro  occidental,  entre  los  quales  se  avanza  el  monte  
 del  Castillo  ,  resultando  dos  senos  hacia  el  sur.  Por  este  rumbo  tiene  la Muela  precipicios  
 horribles  y  cortes  perpendiculares  hasta  muy  cerca  de  las  raices  donde  está  
 el  cerro  Orlolét,  que  media  entre  ella  y  el monte  del  Castillo,  no  menos  escarpado  
 que  la Muela.  Ambos  son  calizos,  y  sus  bancos  casi  horizontales  hasta  en  la  
 misma  cumbre.  Los  de  la Muela  son  de  mármol  negro  que  pardea,  sembrado  de  
 vetas  blancas  : hay  por  allí  pedruscos  de  alabastro  cristalizado  en  agujas,  y  en  partes  
 capas  de  arcilla  laminosa  parda,  brillante  y  untuosa.  Parece  extraño  hallar  entre  
 aquellos  montes  otro  , unido  con  ellos  por  sus  raices,  de  naturaleza  muy  diversa  
 : tal  es  el  Or iolét ,  mucho  mas  baxo  que  el  del  Castillo  ,  y  de  figura  cònica,  
 con  cuestas  suaves  prolongadas  hácia  poniente.  Todo  él  se  compone  de  peiías  de  
 un  verde  obscuro  , y  estas  de  cristalltos  de  feldespato  y  mica  parda  ,  engastados  en  
 una  masa  que  parece mediar  entre  las  que We rne r  llama  hornschufer y  fechstein,  
 según  me  dixo  al  examinar  las  muestras  que  trase  el  Señor  Don  Andrés  del  Rioj  
 el  qual  añadió  que  dicha  masa  no  estaba  aun  analizada,  y  que  la  piedra  era  un  
 porfido  apizarrado  j  bien  que  el  Señor  Don  Floriano  Coetanfao  '  la  colocó  entre  
 los  granitos.  En  el  barranco  que  corre  entre  el  Oriolét  y  el  monte  del  Castillo  
 hay  vetas  de  arcilla  bolar  roxa  ,  otras  de  color  de  hígado  ,  y  algunas  de  un  negro  
 azulado  :  estas  liltimas,  aunque  arcillosas,  son  tan  duras  como  piedra.  Apenas  hay  
 árboles  en  dichos montes,  ni  en  el  citado  Urchíllo  ,  porque  los  vecinos  los  han  ido  
 cortando  para  leña,  la  qual  es muy  escasa  actualmente,  y  por  eso  arrancan  hasta  
 las  raices  de  los  arbustos.  Crecen  no  obstante  en  aquel  suelo  árido  y  peñascoso  
 muchos  vegetales,  algunos  nuevos  como  la  siderítide  juncál,  la  sálsola  amarillenta,  
 y  la  boerhaavía  parecida  á  la  velesa  ,  descritas  y  figuradas  en  mis  obras  :  también  
 lo  están  el  teucrío  con  hojas  de  romero  ,  el  de  peñas  y  la  fisálide  acorchada.  V i  con  
 abundancia  el  tomillo pehrella  ,  el  espliego  con  hojas muy  recortadas,  el  aguazúl  ó  
 a'í z oon  liispan k um  de  Linneo,  la  melisa  fruticosa  ,  el  cardo  siríaco,  el  marrubio  
 de  España  ,  la  violeta  ccjúsia,  y  otras muchas  plantas.  
 208  Antes  de  recorrer  los  pueblos  de  la  huerta  daré  la  descripción  del  naranjo  
 , de  su  cultivo  y  utilidades.  Este  árbol  pertenece  á  la  clase  18  ó  Folyad d phüi  
 de  Linneo,  porque  sus  estambres  se  hallan  reunidos  en  varios  manojicos 5 y  aunque  
 Tournefort  le  llamó  aiiranthim  distinguiéndole  del  cHrenm,  Linneo  y  otros  
 Botánicos  modernos  lo  colocan  en  el  género  citrus,  juntando  en  este  solo  las  l i - 
 meras  ,  limoneros  y  naranjos,  por  tener  todos  la  misma  fructificación.  Esta  con- 
 I  A  este  digno  profesor  de  Mineralogía  ,  indivi-  gran  parte  la  determinación  de  los  objetos  del  r e y - 
 duo  de  la Rcai  Academia Médica  de Madrid,debo  en  DO mineral,  mencionados  en  esta  obra.  
 TOMO  I I .  CCCC