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 muchisimas  plantas  conocidas.  E n  la  falda  del  monte  se  conservan  ruinas  de  un  
 pueblo  antiguo  que  las  armadas  Genovesas  dcstruyáron  ,  según  refiere  Escolano.  
 De  las  paredes  de  la  Iglesia  quedan  algunos  trozos.  E n  la  llanura  contigua  i  las  raices  
 de  Hifác  liabia  imas  salinas  ipe  se  abandonaron  estos  últimos  años  por  creerse  
 causa  de  las  calenturas  intermitentes  que  solian  padecerse.  Lo  cierto  es  que  en  aiios  
 lluviosos  se  juntan  muchas  aguas  en  el  recinto  llamado  Saladar  ,  y  no  hallando  salida  
 forman  pantanos,  y  se  corrompen  en  verano.  
 134  Caminando  desde  el  peñón  como  media  hora  hacia  el  sudueste  se  hallan  
 los  baños  de  la  Re y n a ,  y  algo  mas  adelante  el  sitio  donde  descubrí  los  pavimentos  
 - publicados  en  la  Gazeta  de  Madrid  de  26  de  Junio  de  1792.  Según  Escolano, 
   columna  i o 7  ,  se  veia  en  su  tiempo  im  edificio  de peña  tajada,  llamado  Baños  
 de  la  Reyna  ;  pero  como  hablo  por  relaciones  puede  sospecharse  si  exagero  los  
 monumentos  que  entonces  exísrian.  Vense  hoy  día  deteriorados  por  las  excavaciones  
 que  las  olas  han  ido  haciendo  ,  si  bien  se  conservan  las  dimensiones  con  alguna  
 alteración,  y  se  conoce  la  forma  que  tuvieron.  A  la  orilla  del  mar  dominaba°un  
 cerrito  ,  cuyas  raices y  parte  de  la  suave  cuesta  entraban  en  el  agua  ;  pareció  esta  
 cuesta  buen  sitio  para  baños,  y  á  este  fin  se  hicieron  á  pico  las  excavaciones  necesarias, 
  estableciendo  comunicaciones  enffe  ellas, y  compuertas para  moderar  d  impedir  
 el  movimiento  de  las  olas.  Resulto  de  las  excavaciones  un  oblongo  de  80  
 palmos  de  oriente  á  poniente,  y  3 ;  de  norte  á  sur,  sin  contar  los muros  d  paredes  
 que  lo  cierran  de  tres  palmos  de  espesor  ;  y  en  dicho  oblongo  seis  baños,  formados  
 por  una  pared  que  corre  de  oriente  i  poniente  ,  y  por  otras  dos  de  norte  i  sur  :  en  
 cada  una  de  estas  habia  una  abertura  de  quatto  palmos,  por  donde  se  comunicaban  
 las  aguas  i  y  en  la  paralela  á  los  lados  mayores  del  oblongo  dos  aberturas  en  
 los  dos  pares  de  baños  orientales,  y  una  solamente  en  el  par  occidental.  Las  aguas  
 del  mar  entraban  por  quatro  partes,  dos  de  ellas  situadas  hacia  el  sur,  y  las  otras  
 dos  lucia  poniente.  Para  que  las  aguas  enn-asen  por  la  parte  meridional  abrieron  á  
 pico  una  zanja  de  ocho  palmos,  que  al  llegar  frente  al muro  que  separa  el  primer  
 par  de  baños  del  segundo  partieron  en  dos  canales  por  medio  de  un  tajamar  conservado  
 en  la  peña  al  tiempo  de  la  excavación  i  cada  canal  iba  i  dar  á  su  baño,  
 atravesando  antes  un  puente  de  seis  palmos  de  ancho,  sobre  el  qual  habia  una  abcrmra  
 longimdinal,  para  introducir  sin  duda  un  tablón  que  asegurase  la  tranquilidad  
 de  las  aguas  en  lo  interior  del  baño.  Las  que  entraban  por  la  parte  occidental  venían  
 también  desde  el  mar  conducidss  por  otra  zanja,  poco  mas  anclia  cjuc  la  pre—  
 cedente  en  su  principio  o  boca  meridional  ;  pero  mucho  mas  en  la  parte  opuesta,  
 donde  formaba  una  balsa  ; desde  aquí  por  canales  diferentes  llegaban  í  sus  baños,  
 pasando  antes  por  debaxo  los  puentes,  trabajados  como  los  anteriores.  Junto  al  
 I  Los  Sefior« Don  Pedro  Ivárs  ,  Don  Juan  Antonio  
 Feliu  ,  Don  Juan  Bautista  Feliu  ,  y  Don  Josef  
 Torres  Eximeno  ,  ántes  Avargues  ,  vecinos  de  
 Beoisa  ,  me  acompafiáron  á  esta  expedición,  y  me  
 facilicáron  los  medios  para  hacer  las  «  
 en  los  días  i8  y  19  de  Mayo  de  1792.  A  su  zelo  
 y  actividad  se  debe  en  gran  parce  lo  descubierto.