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 aquel  suelo  vista  la  facilidad  con  que  crecen  ,  se multiplican  ,  y  dan  fruto  sin  mas  
 trabajo  que  inxertarlos.  Los  naturales  d  fiados  en  la  liberalidad  de  la  naturaleza  ,  d  
 faltos  de  los  conocimientos  necesarios  para  educar  y  conservar  estos  árboles,  los  
 tienen  cargados  de  leña  inút i l ,  y  con  poco  número  de  machos.  Pialle  al  paso  la  
 fuente  de  la  T e j a ,  y  en  sus  peñas  tapizadas  de  musgo  y  gramas  algunas  plantas  
 curiosas,  como  el  anagálide  tierna,  la  xabonera  con  hojas  de  albahaca  ,  la  clavellina  
 filiforme,  la  herradura  pequeña  5 pasé  el  secano  cultivado  ,  que  va  descendiendo  
 en  cuesta  hasta  el  canal  de  riego  ,  y  llegué  al  pueblo,  que  tiene  200  vecinos,  
 todos  labradores.  Aprovechan  estos  para  la  agricultura  mas  de  la  mitad  de  su  término  
 ,  que  tiene  media  kgua  de  oriente  á  poniente  entre  los  de  Cotes  y  Na v a r - 
 ras  ,  y  algo  mas  de  una  de  norte  á  sur  entre  los  de  Tous  y  Anna  :  riegan  sus  huertas  
 con  las  aguas  que  toman  al  Xucar  en  la  confluencia  de  Es calona,  y  por  eso  
 se  llama  el  canal  del  riego  ,  acequia  de  Es calona,  cuyo  curso  explicamos  en  el  segundo  
 libro.  Ent re  el  Xuc ar  y  la  acequia  están  dichas  huertas,  destinadas  principalmente  
 á  moreras,  maices  y  trigos.  Los  frutos  de  Sumacárcel  son  4 9  libras  de  
 seda  ,  600  cahíces  de  maiz  ,  200  de  trigo  ,  y  800  cargas  de  algarrobas  en  años  regulares  
 ,  siendo  cada  una  de  diez  arrobas.  E n  el  término  de  Sumacárcel  y  distrito  
 de  les  Argoleges  hay  una  cantera  de  má rmol ,  color  de  leche  de  un  grano  compacto  
 y  fino  ,  y  en  el  barranco  del  Santo  Christo  diferentes  brechas.  Algunas  de  
 estas  se  componen  de  fragmentos  de  mármol  negro  engastados  en  una  masa  tèrrea  
 parda,  y  en  otras  los  fragmentos  son  blancos,  y  la  masa  de  color  de  sangre.  
 48  El  Señor  territorial  percibe  aquí  la  quarta  parte  de  los  frutos.  Parece  dura  
 esta  cota  ,  porque  no  se  atiende  al  origen  y  pactos  que  dic?ron  á  los  colonos  primitivos  
 el  derecho  de  propiedad,  que  ha  venido  de  unos  á  otros  hasta  la  presente  
 generación.  Lo s  antiguos  Señores  territoriales  adquirieron  el  derecho  o  en  recompensa  
 de  sus  servicios  en  la  conquista,  d  en  virtud  de  otros  títulos  que  supongo  
 justos.  Para  multiplicar  los  frutos  de  la  tierra,  y  no  pocas  veces  para  hacer  felices  
 muchas  familias  pobres ,  juntaron  cierto  número  de  vec inos ,  repardendo  entre  
 ellos  el  término,  dándoles  para  siempre  el  dominio  absoluto  de  la  hacienda  que  
 les  c u p o ,  con  la  carga  de  pagar  cada  año  la  quarta  ,  sexta  ú  octava  parte  de  los  
 frutos  j  desigualdad  originada  tal  vez  del  mayor  número  de  pretendientes,  de  la  
 bondad  y  frutos  del  suelo,  y  de  la  mayor  ó  menor  beneficencia  de  los  dueños.  No  
 hay  hombre  tan  generoso  que  dé  hoy  día  á  un  pobre  labrador  su  hacienda  en  las  
 huertas  del  reyno  ,  reservándose  para  siempre  la  tercera  parte  de  los  frutos  j  ni  aun  
 en  el  secano  y  montes  cultivados  se  hallará  quien  haga  igual  partido.  N o  pretendo  
 autorizar  con  esto  las  vexaciones  que  se  experimentan  y  se  reclaman  ,  ni  extender  
 el  derecho  mas  allá  de  lo  pactado.  La  actividad  é  industria  de  los  Valencianos  sería  
 mayor  en  varios  distritos  si  los  Señores  territoriales  no  pusiesen  obstáculos  con  
 las  pretensiones  que  renuevan  apenas  descubren  nuevas  producciones  en  terrenos  
 antes  abandonados.  No  bien  empieza  el  labrador  á  lograr  el  fruto  de  sus  trabajos  
 y  constancia  ,  sacando  aguas  á  fuerza  de  excavaciones,  complanando  cerros  y  pe - 
 ñas  para  formar  huertas  ,  reduciendo  á  cultivo  breñas  abandonadas,  y  terrenos  
 reputados  eriales  ;  quando  muchos  Señores  quieren  percibir  lo  mismo  que  se  les  
 contribuye  por  otros  campos  ,  que  desde  la  antigüedad  mas  remota  fueron  huertas  
 d  secanos  fructíferos.  Es  preciso  entonces  buscar  remedio  en  los  Tribunales  :  de  
 otro  modo  se  desalienta  la  industria,  y  se  disminuye  d  destruye  enteramente  el  
 amor  y  buena  armonía  que  debiera  reynar  entre  los  miembros  del  Estado.  
 4^  En  Sumacárcel  y  Estubén  se  habla  en  valenciano  ,  en  los  demás  pueblos  
 que  acabamos  de  ver  en  castellano.  Un  solo  monte  de  media  legua  separa  los  
 Montesianos  de  los  Enguer inos,  y  difieren mucho  en  idioma  ,  trage  y  genio.  C o - 
 mo  vamos  subiendo  desde  An n a  hacia  los  montes  se  observan  gradualmente  v a - 
 riedades  en  lengua,  t rage,  ocupaciones  y  aun  inclinación.  En  An n a  se  habla  un  
 dialecto  que  tiene  mas  del  valenciano  que  del  castellano  ;  en  el  resto  de  la  Canal  
 hasta Navarrés  es menor  el  número  de  voces  valencianas,  pero  las  castellanas  distan  
 mucho  de  su  pureza  : ménos  imperfecta  es  la  pronunciación  en  Bicdrp  y  Quesa  :  en  
 Millares  y  Cortes  desaparece  el  idioma  valenciano  ; pero  el  castellano  está  alterado  
 con  los  diminutivos  que  multiplican  á  cada  palabra,  como  chiquiquia,  y  moc i - 
 quio  en  vez  de  chiquita  y  mocito.  E n  el  valle  de  Cofrentes  y  Ay o r a  se  habla  el  
 castellano  como  en  el  reyno  de Murcia.  Las  ocupaciones  y  trage  son  en  An n a  como  
 en  las  inmediaciones  de  Valencia  ;  en  los  demás  pueblos  usan  los  hombres  calzones  
 mas  ajustados, mas  largos  ,  y  por  lo  común  de  tela  negra  ;  hay  ya  muchos  
 pastores,  porque  los  montes  y  desiertos  convidan  á  criar  ganados.  Lo s  de  Milláres  
 y  Cor tes ,  como  por  influxo  de  las  ásperas  breñas  que  habitan  , son  duros  y  valientes? 
  mas  bien  pastores  y  alpargateros  que  labradores  :  se  contentan  con  lo  necesaiio  
 para  vivir  ;  hombres  y  mugeres  no  gastan  otro  calzado  que  alpargates  de  esparto,  
 ni por  lo  común  jamas  han  usado  medias.  Ll e van  los  hombres  largos-monterones  de  
 paño  en  lugar  de  sombreros  y  monteras  valencianas  ; y  las mugeres  un  pañuelo,  con  
 que  creen  adornar  sus  cabezas.  E n  Cofrentes  y  en  el  Val le  sobresale  la  aplicación  
 á  la  agricultura  ;  pero  muchos  foragidos  que  se  abrigan  en  aquellos  mont e s ,  perturban  
 la  comarca  con  sus  robos  y  fechorías,  si  bien  rara  vez  osan  llegar  á  lo  interior  
 del  Val le  ,  cuyos  habitantes  se  hallan  pacíficos  ,  sociables  y  de  una  bondad  
 qual  promete  lo  ameno  del  pais  ; muy  laboriosos  y  en  una  ocupación  condnua,  
 que  los  enriquece  sin  corromperlos.  En  A y o r a ,  último  pueblo,  reynan  los  partidos  
 y  domina  el  luxo  ,  desconocido  de  todo  punto  en  los  demás  pueblos  :  por  di - 
 cha  es  sin  límites  el  amor  al  trabajo  ;  se  aumenta  y  perfecciona  la  agricultura  ,  y  
 las  fortunas  se  hallan  repartidas  con  ménos  desigualdad  que  en  on-as  tierras.  
 CORDILLERA  IZQUIERDA  DEL  XUCAR  ,  BARONÍA  DE  TURÍS,  
 r  co:^'DADO  de  buñól.  
 50  Viniendo  de  Sumacárcel  y  atravesado  el  Xuc a r  en  el  barco  que  hace  v e - 
 ces  de  puente,  inmediatamente  se  pisan  las  raices  meridionales  del  Cabal lón  ,  d  
 sea  cordillera  izquierda  del  X u c a r ,  que  como  queda  dicho  principia  en  Antel la,