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 agua  del  mar ,  que  mezclada  con  la  de  lluvia  y  cristalizada  despues  por  el  ardor  
 del  sol  desde  Ma y o  hasta  fines  de  Julio  rinde  quantiosas  sumas.  Para  conducir  el  
 agua  del  mar  al  fondo  de  "la  salina  se  excavó  un  canal  de  1684  varas  con  poco  
 desnivel, por  donde  corre  el  agua  por  su  propio  peso  á  ocupar  la  hondonada.  Aq u í  
 permanece  y  se  aumenta  con  las  lluvias  hasta  Mayo  ,  quando  el  calor  del  sol  empieza  
 á  evaporarla  ,  reduciendo  sucesivamente  á  menor  diámetro  la  superficie  inundada  
 j  continúa  en  los  dos  meses  siguientes  la  evaporación  ,  y  al  mismo  tiempo  se  
 consolidan  los  cristales  de  sal ,  hasta  que  á  principios  de  Agos to  cubren  toda  la  
 superficie  ;  esto  si  no  se  veriticiron  lluvias  copiosas  en  esta  época,  porque  en  tal  
 caso  se  deshacen  é  inutilizan.  Entonces  entran  los  obreros,  como  diximos  ,  en  las  
 salinas  de  la  Mata  ,  y  dexando  como  inútil  la  sal  de  las  orillas,  porque  comunmente  
 se  halla  mezclada  con  mucho  cieno  ;  y  la  del  centro,  por  ser  de  mucho  grueso  
 y  dificll  de  partirse  ,  van  rompiendo  la  restante  que  sacan  con  caballerías,  y  acínan  
 en  montones  parecidos  por  sus  dimensiones  y  figura  á  una  barraca  de  las  descritas  
 en  el  Grao  de  Valencia.  Cúbrenlos  con  bastante  arena  para  preservar  la  sal  
 de  la  intemperie  ,  y  así  se  mantienen  hasta  que  se  necesita  sal  en  el  embarcadero.  
 Hállase  este  casi  en  el  comedio  de  la  ensenada,  y  es  una  plaza  espaciosa  terminada  
 por  un  muellecito  ,  todo  bien  enlosado  y  limpio  :  al  rededor  de  la  plaza  corre  
 un  muro,  y  en  aquel  recinto  van  echando  la  sal  desde  un  como  segundo  piso,  
 conducida  allí  en  carros  desde  la  salina.  Los  hombres  destinados  á  cargar  las  lanchas  
 de  sal  la  trasportan  á  ellas  desde  la  plaza  sirviéndose  de  espuertas  ,  y  creo  sería  
 mas  ventajoso  á  la  Real  Hacienda  lo  hicieran  con  carretillas.  La  bondad  de  la  sal,  
 y  el  baxo  precio  en  que  se  vende  á  los  extrangeros,  reducido  á  60  reales  y  ocho  
 maravedís  cada  modín  de  24  fanegas  puesto  á  bordo  de  la  lancha,  atrae  los  navegantes  
 de  las  naciones  europeas,  y  puebla  de  buques  aquella  rada.  De  modo  ,  que  
 la  extracción  sola  del  extrangero  dexa  mas  de  loo©  pesos  de  utilidad  al  año,  pagados  
 todos  gastos.  
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