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 ncn  muchos  vecinos  pobres  ;  pero  cortan  árboles  y  arbustos  hasta  dcxar  buena  
 porcion  del  término  sin  vegetales.  Echase  de  ver  este  daño  en  varios  distritos  ,  y  
 principalmente  á  una  legua  hacia  el  norte  del  pueblo  en  la  fuente  del  Lent isco,  
 que  se  halla  en  un  sitio  hondo  respecto  á  los  altos  picos  que  la  cercan  ,  cuyas  cueslas  
 rápidas  solamente  presentan  derrumbaderos  y  peñas  desnudas.  Por  la  raíz  de  un  
 humilde  cerro  y  entre  cantos  calizos  sumamente  áridos  sale  mi  hilito  de  a g u a ,  que  
 apenas  llega  á  quatto  líneas  de  diámetro  durante  los  calores  :  es  cristalina  ,  pura  y  
 excelente  ,  y  por  tanto  estimada  en  la  capi tal ,  donde  la  venden  los  de  Serra.  
 6 7  Al  nordeste  de  la  fuente  está  el  distrito  llamado  de  las  Mina s ,  por  haberse  
 descubierto  allí  muchas  de  plomo.  La s  primeras  son  pobres  ,  pero  continuando  
 hácia  Segorbe  como  tres  leguas  de  Serra  se  hallan  las  de  Ye i t o  ,  que  se  beneficiáron  
 dede  1 7 7 5  hasta  1 7 7 9 .  L o s  montes  son  arenisco-calizos  ,  y  la  piedra  en  las  
 cercanías  del  metal  es  de  color  de  hígado.  La  que  sirve  de  ganga  tiene  porcion  
 de  espato  calizo  ,  es  mu y  dura  ,  y  su  firaccion  algo  vidriosa.  Hállase  el  plomo  en  
 filones  que  se  ramifican  ,  dexando  de  quando  en  quando  lo  que  los  mineros  llaman  
 riñon  ó  nidos  metálicos  ;  la  galena  es  de  grano  fino  ,  brillante  ,  y  algo  parecido  
 á  las  limaduras  de  acero.  N o  sé  que  hayan  hecho  los  ensayes  correspondientes  
 para  determinar  la  plata  que  contiene  ,  y  convendría  hacerlos  con  conocimiento.  
 68  Caminando  de  Náquera  liácia  poniente  se  hallan  viñas  ,  olivares  y  algarrobales  
 contmuados  hasta  llegar  i  un  profundo  barranco  ,  murado  por  los  recortes  
 de  los  muros  vecinos.  A l l í  empieza  el  desierto  y  la  soledad  :  las  peñas  mal  seguras  
 en  los  altos  amenazan  á  los  pasageros  ,  y  en  los  recodos  freqüentes  suelen  ocuharse  
 foragidos  y  ladrones.  D e  allí  para  adelante  se  encuentran  algunos  algarrobos  sin  cultivo, 
   y  masas  de  pinos  y  maleza,  que  se  aumentan  al  entrar  en  el  término  de  Po r - 
 taceli  ,  y  continúan  hasta  las  inmediaciones  del  Monasterio.  Ant e s  de  llegar  á  este  
 como  un  quarto  de  hora  se  halla  el  cerro  y  la  famosa  cantera  de  mármol  negro,  
 que  recibe  un  pulimento  admirable.  L o s  bancos  tienen  un  pie  de  grueso,  y  están  
 inclinados  al  horizonte  en  ángulo  de  20  grados  abierto  h.ícia  el  norte  ;  su  color  
 es  negro  que  pardea  ,  muchas  veces  con  venitas  blancas  espáticas  ;  el  grano  es  fino  
 y  compacto.  Se  beneficia  este  mármol  no  solo  por  su  hermosura,  sino  también  
 por  separarse  fácilmente  las  piezas  que  se  necesitan.  El  Monasterio  está  en  una  pequeña  
 eminencia  del  valle  l lamado  antiguamente  Lul l en  :  cércanle  por  todas  partes  
 elevados  montes  ,  sobresaliendo  entre  ellos  los  del  norte  y  nordeste  ,  cubiertos  
 enteramente  de  pinos  ,  alcornoques  y  maleza  ;  todo  itrculto,  á  excepción  de  los  
 campos  que  cultivan  los  dependientes  de  la  Comunidad.  A  fuerza  de  gastos  y  trabajos  
 ,  no  obstante  la  aridez  del  sue lo,  compuesto  de  la  tierra  ro.ta  y  graniigienta  
 que  ha  ido  baxando  de  las  alturas  ,  han  convertido  en  huertas  perfectamente  cul - 
 tivadas  los  campos  inmediatos  al  Monas ter io,  para  cuyo  riego  van  acopiando  en  
 tres  balsas  las  aguas  que  nacen  en  aquellos  barrancos.  Ha y  en  la  Iglesia  una  preciosa  
 coleccion  de  mármoles  ,  que  el  artítíce  combinó  con  gusto  :  todo  el  suelo  es  
 del  citado  mármol  negro,  con  fiixas  blancas  del  de  Ge n o v a ,  que  se  hubieran  podido  
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 excusar  empleando  los  que  hay  en  P e g o ,  y  en  el  término  de  Planes  junto  á  la  E n - 
 cantada.  En  el  centro  de  los  quadros  negros  hay  unas  como  estrellas  del  mármol  
 amarillo  de  T o r r é n t ,  matizado  de  nubes  encarnadas  por  efecto  del  fuego  artificial.  
 Las  columnas  de  los  altares  son  de  la  preciosa  piedra  de  Náquera  llamada  de  
 aguas:  los  arquitrabes  y  otras  piezas,  de  la  brecha  de  Segárt  :  en  el  camarin  se  ve n  
 anchas  faxas  de  la  piedra  de  flores,  y  porcion  de  los  mármoles  de  C a l i x ,  Cal losa  
 de  Ensarriá  y  de  As p e  :  también  hay  pedacitos  del  verde  de  Granada  ,  y  del  azul  
 ceniciento  de  Genov a .  
 6 9  Para  descubrir  la  posicion  de  aquellos  mont e s ,  reconocer  su  naturaleza  y  
 las  plantas  subí  al  mas  a l to,  l lamado  Mo n t ema y o r ,  que  está  á  una  legua  al  norte  
 del  Monasterio.  V i  al  paso  el  magní f ico  aqiieducto  construido  en  tiempo  de  los  
 Reyes  Catól i cos ,  que  costo'  once  mi l  pesos  ,  y  se  conserva  íntegro  ,  sirviendo  pa - 
 ra  conducir  al Monasterio  las  aguas  que  nacen  en  un  monte  contiguo.  Lade é  v a - 
 rias  lomas  ,  y  en  dos  horas  llegué  á  la  cumbre  ,  en  la  qual  y  en  los  despeñaderos  
 que  le  quedan  al  oeste  observé  los  bancos  casi  paralelos  al  horizonte,  y  que  todos  se  
 componían  de  amoladeras  rox a s ,  que  lentamente  se  reducen  á  tierra  granugienta.  
 Desde  aquella  altura  descubría  hácia  el  norte  la  empinada  punta  de  Peñagolosa,  
 y  á menor  distancia  el  pico  de  Espadan  :  declinando  mu y  poco  al  oeste  veía  á  dos  
 leguas  de  distancia  la  ciudad  de  Segorbe  ,  y  á  la  izquierda  U  villa  de  A l t u r a ,  que  
 parecía  unirse  con  la  Cartuxa  de  V a l  de  Cl i r i s to,  por  hallarse  esta  mas  meridional  
 que  Al tura.  A l  oriente  de  Segorbe  quedaban  Cas t e lnou,  Soneja  y  S ó t ,  siendo  
 Castelnou  el  mas  septentrional.  Corría  desde  Sdt  hasta  Gi l é t  el  valle  ,  cuy o  
 centro  ocupa  la  Baronía  de  Torrestorres  , . y  aunque  la  niebla  impedia  registrar  de  
 un  golpe  aquella  extensión  ,  lo  logré  sucesivamente  al  paso  que  se  iba  disipando  
 presentándose  entonces  los  castillejos  de  varios  pueblos ,  d  los  cerros  en  cuyas  fal - 
 das  están  edificados.  Hácia  el  mediodia  y  como  á  tres  leguas  de  distancia  distinguía  
 la  larga  alfombra  que  forman  las  dilatadas  huertas  de  Li r ia  ,  Benísanó  ,  B e - 
 naguacil  ,  Pobla  y  Ri b a r o j a ,  y  contiguo  á  ellas  el  campo  de  Liria.  Tamb i én  veía  
 pai'te  de  la  huerta  de  Valenc ia  ,  pero  no  la  capi tal ,  cuya  posicion  se  aparta  c omo  
 20  grados  hácia  el  oriente  respecto  á  la  meridiana  del  monte.  
 7 0  Vi  en  la  cumbre  espesos  matorrales  de  la  xara  con  hojas  de  álamo  ,  arbusto  
 hermoso  y  poco  común  en  el  r e y n o ,  que  solamente  he  hallado  aquí  y  en  las  
 cercanías  de  Ay o d a r .  Florecían  en  Ma y o  las  xaras  de  Mompe l l é r  y  tuberaria,  la  
 racemosa,  la  blanquecina  y  las  de  hojas  de  salvia  ,  de  romero  y  de  tomillo  :  no  vi  
 planta  alguna  que  anuncíase  el  frío  ,  quando  en  el  Vent isquero  , monte  de  menor  
 altura  y  apenas  distante  del  Ma y o r  media  h o r a ,  hallé  el  e r i zo,  las  aliabas  y  el  
 espliego.  Baxaba  del  monte  pisando  siempre  plantas,  y  apartando  las  ramas  de  los  
 arbustos  que  embiuazaban  el  paso  ;  los  mas  comunes  eran  labiérnagos,  madroños,  
 ramnos,  torbiscos,  durillos, madreselvas,  lentiscos,  adelfas  y  el  lino  fruticoso.  Ent r e  
 las  yerbas  vi  la  hermosa  onònide  parecida  al  pie  de  pá x a ro ,  la  vela  annua  ,  la  aira  
 cariofilea,  la  poa  tiesa,  los  jacintos  tardío  y  cabel ludo,  el  tragópogo  parecido  al  pi -