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siste en un cáliz grueso, pequeño, de una sola pieza con cinco díentecitos: en una corola
de cinco pétalos blancos, gruesecitos, oblongos, abiertos : en unos 20 filamentos
blancos , cortos , derechos, terminados por anteras amarillas oblongas, y reunidos
en varios manojitos : y en un germen supero casi esférico , que sostiene un estilete
corto rollizo , terminado por estigma globoso. El germen pasa á fruto , que es una
baya de nueve celdas pulposas, llenas de vexiguitas y humor , con dos semillas
aovadas cada una : la corteza común del fruto es carnosa, cuya superficie exterior
tiene aquel color hermoso conocido con el nombre de naranja. Prospera el naranjo
en terrenos fértiles y ligeros, donde el agua se infiltra con libertad sin llegarse
á embalsar : la marga arenisca substanciada con estiercol es un suelo muy apto ; Ja
arcilla compacta y las arenas solas muy contrario : perece quando y e l a , y enferma
quando le falta ó le sobra el agua. Debe regarse ( en la huerta de Oriliuela y tierras
del mismo temperamento) cada 20 dias desde Febrero hasta Noviembre , y
nunca en el invierno, á no ser que la estación sea muy seca : siempre fructifica
á proporción de los abonos y labores que recibe, y por esto conviene estercolar
la tierra tres veces por lo menos cada año, revolverla y mezclarla con freqüentes
cavas que destruyan las plantas nativas. Se reproduce de semilla ó por inxerto : los
insertados dan frutos mas sabrosos} pero viven y crecen poco en comparación de
los silvestres nacidos de semilla , que suelen levantarse á 25 y mas pies , y durar
80 y mas años. Lo s nacidos de semilla é inxertados despues se crian con lentitud,
fructifican por lo regular cada dos años, y el fruto se sazona mas tarde ; por lo
qual son raros semejantes árboles en la huerta de Orihuela , siendo casi todos los
que allí se cultivan producidos por estaca. Todos tienen hojas alternas, ovadas
con punta , verdes y brillantes por arriba , claras y sin brillo por abaxo , cuyo pezón
alado parece un corazon : permanecen estas durante el invierno , y solo amarillean
quando el árbol enferma. La madera es sòlida amarillenta : la corteza
obscura.
209 Escogida la tierra para planteles d almácigas, se prepara en verano dándole
una cava de dos palmos de profundo , y el abono correspondiente , cuidando quede
su superficie horizontal ; divídese en faxas de tres á quatro varas de ancho , y
del largo que quiera el labrador, en las quales hace hoyos de dos dedos , distantes
entre si media vara. Llegada la primera echa en cada hoyo tres ó quatro semillas
que deben ser del mejor y mas sazonado fruto j las cubre de una pulgada de tierra
, y luego riega. Quando los tallos levantan quatro dedos los arranca, á excepción
de uno solo que debe quedar en cada hoyo. Continúase el cultivo como
queda dicho , reducido á cavas, estiercol y riegos por espacio de quatro ó cinco
años, pasados los quales están los arbolitos en estado de trasplantarse al campo
donde han de permanecer. Deben arrancarse de modo que ni se lastimen las raices
, ni se sacuda la tierra asida á la principal y tronco , y de este modo trasportados
á su nuevo suelo se plantarán como luego diremos.
2 1 0 C omo el labrador busca su utilidad, y sabe por experiencia que los na-
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ranjos nacidos de semilla rinden menos que los plantados de estaca, prefiere este
método al natural para hacer sus almácigas : toma para estacas las varas de cidro o
de ponc i l , porque prenden con mas facilidad ; es casi cierto en ellas el inxerto , y
en pocos años fructifican. N o ignora que es corta la vida de semejantes naranjos,
no llegando por to regular á 30 años j pero tiene otros para reemplazar las pérdidas
, y ocupar el campo con utilidad. La savia de los cidros está en movimiento
por Marzo , Abr i l y Ma y o , como lo comprueba el humor pegajoso que ento'ncCg
se halla entre la madera y corteza. En este tiempo corta el labrador las varas que
tengan una pulgada de diámetro 5 quítales las hojas y espinas con el mayor cuidado
para no herir la cor teza, y mucho ménos las yemas que están ladeadas entre
el pezón y la espina; lo que conseguirá cortándolas con tixeras á una línea de su
raiz. Divide luego en pedazos de un palmo de largo o algo mas las varas que han
de servir de estacas; y como deban plantarse en la misma situación que estaban
en el árbol , redondea bien la parte superior en forma de corona, y en la inferior
que debe enterrarse hace un corte parecido á la boca de un caracol , lo que le sirve
de señal para no equivocarse. Preparada la tierra para almácigas, y regada copiosamente
, d á manta , como allí dicen ; al quinto ó sexto día quando empieza
á enxugarse , entra el labrador provisto de estacas y las clava en la tierra, dexando
fuera de ella solamente dos y ema s , y entre cada dos estacas media vara. Ordinariamente
las clava apretando con la mano j pero si la tierra resiste , se ayuda con
un macito de madera, poniendo sobre la cabeza de la estaca una suela de alpargate
para que los golpes no la dañen. Quando la tierra está en sazón la c a v a , y no
vuelve i regarla hasta que hayan brotado las estacas, que suele ser pasados 2 0 0 3 0
dias. Los dos primeros riegos deben darse al ponerse el s o l , para que durante la
noche se suma toda el agua ; pues st quedase embalsada al otro dia y se calentase
perecerían muchas estacas.
211 Quando los renuevos tienen una pulgada de grueso se inxertan de escudete
á medio palmo de la tierra, lo que debe hacerse en los meses de Ab r i l , Ma -
y o y Junio ; y si prendieren los inxertos podrán ya trasplantarse los arbolitos a' sus
destinos en el siguiente En e r o , Febrero ó Marzo. Obsérvense al arrancarlos las
condiciones referidas (§. 209) , y se irán colocando á quatro 6 cinco varas de distancia
en hoyos preparados , extendiendo las raices y cubriéndolas con tierra menuda
y seca , cuidando que el inxerto quede quatro dedos sobre la superficie del campo.
E n el mismo dia , ó á mas tardar en el siguiente , se regarán i manta , repitiendo
los riegos con freqiieiicia todo el año , de modo que nunca echen ménos el
agua. El campo nuevamente plantado de naranjos se puede sembrar de ma i z , legumbres
ú hortalizas, sin perjuicio de los árboles, durante los seis primeros años;
mas no de alfalfa, trigo, cebada ni chirivías: es indispensable regarlos con freqüencia,
y renovar los abonos y labores. As í van creciendo y arrojando ramas hasta
la altura de unos diez pi e s , y la circunferencia de unos veinte, medidas proporcionadas
para que se cuiden con comodidad, y con la misma se coja el