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 E n  el  cultivo  de  Us  viñas  son  esmerados  por  todo  extremo ;  tal  es  la  igualdad  
 de  linderos,  la  perfección  y  suma  limpieza  de  los  campos,  plantados  de  cepas  á  
 seis palmos  de  distancia  unas  de  otras. Cávanlas  dos veces  al  año,  la  primera  desde  
 Noviembre  á  Enero  , y  la  segunda  desde  Abril  á  Junio.  En  quanto  á  riegos  
 varían  según  la  condicion  del  suelo  y  propiedad  de  aguas  Si  dan  á  la viña  ùn  
 solo  riego  lo  hacen  en  Diciembre  para  cavarla  luego,  si dos  en Diciembre y  Abril  
 antes  de  cavarlas,  y  si añaden  otro  tercero  es  por  el mes  de  Julio  ,  rascando  después  
 la  cortecita  que  se  forma  en  la  superficie , y  tapando  las  grietas.  Al  podar  las  
 cepas  dexan  en  cada  una  tres  ramos  que  allí  llaman  brocades,  y  en  cada  brocada  
 dos  yemas.  
 165  Cultívanse  varias  calidades  de  uva,  como moscatéll,  forcallada,  blanquét,  
 parréll  y  monastéll.  La  corteza  de  los  sarmientos  en  las  dos  últimas  es  casi  colorada  
 ;  en  la  forcallada y  blanquét  blanquecina  : las  hojas  del monastéll  son  de  un  
 verde  obscuro  , y  ks  del  parrei  blanquecinas  por  abaxo.  Hállanse mas  contiguos  y  
 en  mayor  número  los  granos  del  parréll  que  los  del monastéll, y  por  eso  algunos  
 cosecheros  adulteran  el  vino  llamado  de  Alicante  mezclando  uvas  de  Us  dos  calidades  
 parecidas  en  el  color.  El  verdadero  Alicante  debe  hacerse  de  uvas  de  monastéll  
 ,  y  de  ellas  resulta  aquel  vino  tinto,  espeso  ,  de  un  sabor  dulce  con  alguna  
 aspereza,  tan  estimado  de  todas  las  naciones.  La  malvasia  se  hace  del  moscatéll,  
 forcallada y  blanquét.  Se  parecen  tanto  en  el  hábito  las  dos  últimas  calidades,  que  
 solamente  las  distinguen  los  muy  prácticos  * quando  no  están  en  fruto.  El  blanquét  
 da  los  granos  casi  esféricos ,  y  madura  antes  que  la  forcallada,  cuyos  granos  
 son  prolongados.  
 166  Las  frutas  de  la  huerta  son  excelentes,  en  especial  las  peras  y  los  higos  
 , de  que  hay  muchas  variedades.  El  suelo  y  clima  hacen  que  en  poco  tiempo  
 crezcan  y  fructifiquen  toda  especie  de  árboles.  Es  freqüente  ver  allí  algarrobos,  
 que  á  los  nueve  años  tienen  un  tronco  de  un  palmo  de  diámetro,  coronado  de  
 multitud  de  ramos  de  diez  á  doce  pies,  lo  que  parece  increíble  siendo muy  dura  
 la madera  del  algarrobo.  Verdad  es  que  los  riegos  pueden  alterar  la  condicion  del  
 árbol,  y  hacer  que  sea  menos  dura  la  madera  de  los  ailtivados  en  jardines,  que  
 la  de  los  que  crecen  entre  peñas  sin mas  riego  que  las  lluvias.  Tal  vez  al  riego  y  
 á  la  prontitud  en  adquirir  una  corpulencia  extraordinaria  deben  atribuirse  los  daños  
 que  los  algarrobos  padecen  en  la  huerta  :  pierden  algunos  en  la  canícula  y  en  dias  
 de  calma  algún  ramo  principal,  que  rasgándose  junto  al  tronco  cae  al  suelo  cargado  
 de  fruto ;  á lo  qual,  sobre  el  peso  y  la  expansión  de  los  fluidos  en  tal  estación,  
 contribuye  sin  duda  la  debilidad  de  la madera.  Algunos  plantados  en  la  inmediación  
 al  mar  tienen  sus  troncos  inclinados  hácia  poniente  como  los  de  Benicasim  
 j  El  que  no  tiene  bastante  agua  suele  comprar-  de  la  huerta  de Alicante  distinguís  la  calidad  blanla  
 á  ot ros ,  y  paga  por  cada  hora  cinco  pesos,  y  al-  <juét  de  todas  las  ot r a s ,  porque  percibía  mas  calor  
 gunas  veces  hasta  diez.  en  las  hojas  del  blanquét,  cuyo  fruto  preferia  por  
 a  He  oído  3  personas  fidedignas,  que  un  ciego  su  delicado  gusto.  
 y  Xábc a ,  y  muy  cortos  los  ramos  que  miran  á  levante i  fenómeno  que  no  se  observa  
 en  los  olivos,  almendros  é  higueras  inmediatas.  
 , 6 7  La  fertilidad  de  la  huerta  depende  del  riego,  y  este  de  la  suma  economía  
 en  el  repartimiento  de  las aguas,  y  de  las obras  hechas  para  su  acopio y  conducción. 
  Quedan  ya  descritas  en  la  página  185  las  costosas  del  pantano :  digamos  
 algo  de  las  azudes d  presas  de  San  Juan  y Muchamiel,  que  por  su utü.dad  y  magniHcencia  
 merecen  un  lugar  distinguido.  Hillanse  ambas  en  el  ancho  cauce  del  
 Monnegre  : la  de  Muchamiel  es  la  mas  distante  del  ma r ,  y  se  compone  de  un  
 lar^o murallon  que  en  arco  atraviesa  el  rio,  consta  de  sillares  hasta  el  grueso  capaz  
 de°res¡stir  í  las  furiosas  avenidas;  su  altura  es  la  suficiente  para  que  en  tiempos  
 serenos  contengan  las  aguas  que  vienen  por  el rio  , y  hacerles  tomar  la  dirección  
 de  las  huertas. E n  la  extremidad  del murallon  que  toca  el  ribazo  derecho  del  no  
 está  la  casamata,  y  en  ella  las  compuertas  para  impedir  en  tiempos  de  excesivas  
 lluvias  la  entrada  al  agua,  que  podría  inundar  las  huertas:  allí  empieza  el  canal  
 profundo  que  corte  por  la  falda  de  un  cerro  , obra  costosa  por  el  fuerte  muro  que  
 ^ r a  al  rio mas  alto  que  el  murallon  ó  presa. Hay  en  este  canal  cinco  compuertas,  
 por  las  quales  salta  otra  vez  al  rio  el  agua  que  pudo  innroducirse  sin  necesidad:  de  
 modo  que  la  obra  entera  llena  cumplidamente  el doble  objeto  que  se  propuso  el  
 director  ,  esto  es,  preservar  las  huertas  de  inundaciones,  y  facilitarles  agua  p..ra  el  
 riego.  Ni  una  sola  gota  se  escapa  por  la  presa  , y  solamente  cae  al  cauce  inferior  
 del  rio  la  qne  brota  por  una  hermosa  fuente  situada  entre  sillares  á  dos  varas  de  
 altura  La  azud ó  presa  de  San  Juan  es mas costosa  por  ser mas largo  el murallon  en  
 arco,  y  por  los estribos  qne  lo  fortifican en  sus  extremidades.  La  obra  es  de  la  misma  
 fibrica  que  la  antecedente,  compuesta  de  murallon,  casamata  y  canal;  sirve  
 para  recoger  aguas  en  las  avenidas,  é  introducirlas  en  la  huerta  si  las  necesita  ,  y  
 para  suplir  la  de  Muchamiel  si por  casualidad  padeciera  alguna  quiebra.  
 168  A  beneficio de  las  aguas  que  se buscaron y  aseguraron sin perdonar  á gastos  
 ni  fatigas, cogen  los  Alicantinos  preciosos  frutos. Sábese  que las  viñas  de  riego  producen  
 anualmente  =12888  cántaros  de  vino,  las  de  secano  6 4 2 9 '  -  Y  
 4®  libras  de  seda.  La  huerta  y  secano  de  Alicante  y  pueblos  susodichos  rinden  
 ademas  150  cahices  de  cebada,  2500  de  trigo  ,  2600  de maiz,  4®  de  almendra,  
 1200  arrobas  de  aceyte  ,  de  ciSamo,  9®  de  higos,  .5®  de  frutas  ,  . 6 3  de  
 hortalizas  ,  104®  de  barrilla,  y  mayor  némero  de  algarrobas.  Con  ser  tan  considerables  
 los  frutos de  este  recinto  no  alcanzan  al  mantenimiento  de  sus  moradores,  
 especialmente  de  los  5® vecinos de  la  ciudad  i  pero  estos  tienen  recursos  poderosos  
 en  la marina  y  las manufacturas,  y  sobre  todo  en  el  comercio  á  que  debe  Alicante  
 su opulencia, sus edificios, su grandeza  y  luxo. El  trato  familiar y  continuo con  hombres  
 de  todas  las naciones  de  Europa  que  freqüentan el  puerto  lia  comunicado  á los  
 Alicantinos  trages  y  costumbres  que  apénas  se  conocen  en  lo  interior  del  reyno:  
 la  contratación  y  sus  provechos  han  atraído  multitud  de  familias  nacionales  y  extrangeras  
 , que  mezcladas  al  presente  forman  un  pueblo  en  gran  parte  nuevo,  coí!* 
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