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toul es como la mitad de los que produce la Baronía de Torres-torres , de la que
hablaré luego , á excepción del aceyte , que es aquí mas considerable. Na d a of recen
de nuevo para la liistoria natural los cerros y campos de este término ; aquellos
son todos de piedra floxa de amolar de un roxo encendido, y estos de tierra
pingüe , donde la arena y greda se hallan con la debida proporcion. E n los ribazos
de las acequias crece la lisimaquia llamada e f cme rum, el cardo de Mompe l k r
y el senecio doria ; en los cerros el romero , el tunal , el lentisco , la siempreenxuta
y otras plantas.
39. El antiguo camino de Ar a g ón á Valencia era infeliz y casi intransitable:
le llamaban real sin duda para distinguirlo de las malas sendas y precipicios. No
parecía justo que teniendo Valencia excelentes caminos para Madr id y Barcelona,
quedase el de Ar a g ó n en mal estado ; por lo qual en poco tiempo se hizo espacioso
y seguro , rellenando los freqüentes fosos, y facEítando el paso de barrancos
y ramblas. En la que se halla en las inmediaciones de Estivella vi en 1 7 9 2 que
se había empezado á construir un puente. Sus cimientos apoyan sobre una especie
de hormígon natural sumamente duro , que se compone de cantos y chinas en
paite negras y calizas , y otras areniscas blancas d roxizas, hallándose consolidados
tantos cuerpos diversos por medio de un gluten tèrreo. Semejante compuesto de
materias eterogéneas observé en varios sitios inmediatos al rio , y en Al g á r se taladró
una masa de igual naturaleza por espacio de 200 palmos para formar el canal
de riego. E n Vi v é l y Navajas hay enormes moles , y aun cerros enteros de la
piedra llamada tosca que formaron las aguas al enííltrarse por la tierra ; en otras
partes del cauce del Palancia se ven cerros de bastante al tura, compuestos de espesas
capas de cantos rodados y gui j o , que alternan con otras de marga roxíza.
Estos fendmenos, y el correr iioy las aguas por sinos muy profundos , prueban con
evidencia
que se alteró muchas veces el suelo de nuestro reyno , abriendo las aguas
excavaciones que llenaban luego con muldtud de escombros , y rompiendo después
en la masa endurecida que estos habían formado nuevas sendas para facilitarse
paso. E n el citado puente se empleaba el mármol negruzco , cuya cantera
está en el camino que sigue de Gí lét á Estivella , y se compone de bancos inclinados
al hor izonte, mirando al sueste la abertura del ángulo. Contiguos al már -
mol se hallan otros bancos areniscos de mayor dureza ; debiéndose notar que en
un mismo banco sin descontinuación sensible se ve el mármol y el rodéno, nombre
que allí dan á las piedras duras y areniscas. Es ta mezcla de substancias es bastante
común en los montes del reyno , principalmente en los de Náquera , donde
las masas del mas precioso mármol están conio engastadas y ocultas en las zanjas
que de antemano abrió la naturaleza en el rodéno.
40. Estivella está á la derecha del rio á un quarto de Albalát y á tres de T o r -
res-torres. Se cree que estuvo antiguamente en la falda del mont e , donde se conserva
el castillo de Beselga y tres ó quatro casas , pero iioy dia ocupa una llanura
inmediata á las huertas, que apenas llegan á 60 jornales, sin mas agua que la incierta
del rio ; porque la fuente de Beselga es de corto caudal , y se consume en regar
algunos campos de sus cercanías. El vecindario de Estivella se ha aumentado en
este siglo : compónese de 200 familias , que cultivan un término menor que el de
A l b a l á t , y los frutos se pueden regular á la tercera parte de los de la Baronía de
Torres-torres. Abr a z a esta tres lugares , que forman un triángulo , a i y o s lados podrán
tener como un quarto de legua. E l mas septentrional es Al g imi a ; Torres-torres
queda al sur , y AlEíra al oriente, colocados en las llanuras que se extienden por las
raices de sus respectivos cerros. Ha y en los tres pueblos 4 3 8 vec inos , la mayor
parte aumento de los úldmos treinta arios. De tal modo prospera nuestra especie
en aquel corto recinto , que por todas partes se fabrican nuevas habitaciones. N o es
crecido el término , pero tan dchcioso y fér t i l , que en nada cede al mas dísdnguí -
do del reyno : el secano parece un bosque de algarrobos, olivos y viñas : hay S084
Iranegadas de huerta tan superior, que sin abonos y con solo las rejas ordinarias
dan un cahíz de trigo cada una , cuya cantidad aumenta en la proporcion del estiércol
que reciben los campos. Dan estos dos cosechas principales al año, que son
trigo y maiz , quando no les faltan los riegos necesarios ; ademas la seda y valias
frutas , cuyos árboles ocupan los peiímetros de los campos. Siémbrase el trigo regularmente
por Novi embr e , pero sí entónces lo impiden las lluvias , se difiere la
siembra hasta Na v i d a d , con la diferencia que en Nov i embr e echan tres quartas
partes de una barchilla de semilla en cada hanegada, y por Navidad una barchi-
11a entera ; porque retardándose dos meses la siembra, tienen las plantas menos
tiempo para ahijar y multiplicarse. T a l vez en ambos casos se podría aliorrar semilla
, siendo en general excesiva la que se emplea : piensan algunos que la cosecha
aumenta en razón de la semilla, y no pocas veces la demasiada cantidad de
semilla causa escasez en las cosechas , como se lia visto en repetidas pruebas y e x -
perimentos hechos sobre el particular en Francia y otras partes. L o s labradores de
le Baronía cultivan con conocimiento los algarrobos , y en todos ponen im inxerto
macho para asegurar la fecundación y el fruto. N o sucede lo mismo en los olivos
, cargados de leña inút i l , y con mil obstáculos que impiden la entrada al sol
y al ayre. Ha n oido hablar de la útil práctica recibida en la Ho y a de Castálla,
y otras partes del reyno ; pero creen que siendo de otra calidad los olivos , jamás
podrán sufrir la poda sin padecer daños considerables. Convendr ía hacer la expe -
riencia en algún olivo , y que una mano diestra hiciese la operacion debida para
manifestar que la preocupación finge riesgos sin e x amen, é impide los progresos de
la agriculnira. En No v e l d a , como veremos, reynaba igual idea, y quedaban aquellos
corpulentos olivos muchos años sin fruto ; se atrevió á romper las barreras de
la ignorancia y opiniones vulgares D. Francisco Sirera i aplicó el hacha á aquellos
árboles, echando al suelo quanto los abrumaba sin utilidad , y muy presto logró
abundantes cosechas : á su excmplo sus vecinos han practicado igual remedio en
sus ol ivares, y han logrado las mismas ventajas. Ha g an los de la Baronía la e x -
periencia en algunos olivos , y echarán de ver la diferencia que resulta á su favor.