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cido á 20 vecinos ; á íincs del siglo 17 apenas contaba 34 ; hoy tiene i 70 , que
cultivan quanto no pone obstáculos insuperables á là agricultura. El término tendrá
como una legua desde el mar á los montes , y media con corta diferencia de
norte á sur por donde va el camino de Gandía. Cdgense cahices de mai z , 180
de trigo, 1 o® arrobas de hoja, 15© de algarrobas, algunas judías y hortaliza. Xarác o
posee un término mayor que el de Xerésa , pero es de menor poblacion ; consta
actualmente de 1 25 vecinos , que se aumentáron mucho al principio del siglo,
pero mas ha de 40 años que cesó el aumento. Su término se extiende como dos
horas entre el mar y los montes , y una entre los términos de Taberna y Xerésa:
co'gense en él i 20 cahices de trigo , 520 de maiz , 200 de arroz , 70 entre cebada
, habas y judías , arrobas de pimientos , 12 de mi e l , 100 de aceyte , 15®
de alg-uTobas, 800 libras de seda, y 300 doccn.is de melones. En los montes pastan
como I© cabezas de todo ganado.
MONTES DE VALLDIGNJ.
157. Examinadas las Riberas del Xuc ar y las costas del mar hasta la huerta
de Gandí a , veamos ahora los montes de Val ldigna , montes recomendables por
sus preciosos mármoles , por la multitud de vegetales que allí crecen , y por ser el
punto de reunion, ó el principio de las cordilleras del Benicadéll y Serra grosa.
Ocupan como tres leguas de oriente á poniente , y mas de dos de norte á sur : sus
faldas meridionales se pierden en la huerta de Gand í a , á excepción del ramal que
atravesando el valle de Alba yda forma el Col i de Llautó , sirviendo allí de límites
entre los expresados valle y huerta i por el poniente corren hasta los términos de
A l c i r a, Carcaixént y San Fel ipe j por el norte dexan los valles de Aigües vives
y Val ldigna ; y por el oriente los términos de Xerésa y Xaráco. T o d o el grupo
de montes es calizo , dispuesto en bancos casi horizontales , y no pocos de preciosos
mármoles : la tierra que se halla entre las peñas y raices es marga arcillosa
colorada : se distinguen en ellos varios puntos elevados como el Monduber , el Pe -
ñalba, el T o r o , la Cima de Alda y a y el Puigmola. Creyeron algunos que el Monduber
era de los mas altos del reyno, acaso por presentarse al mar sin obstáculos,y
descubrirse desde muy adentro i pero en realidad apénas llega á los montes de segundo
orden, siendo inferior á Serrella, BenicadéU y Mariola. E n dos horas y media se
sube sin fatiga desde el Monasterio hasta la cumbre : las faldas son quebradas, y
muchas veces con precipicios ; el único paso abierto al norte está entre el Peñalba
y To r o por un boquete elevado sobre el nivel del mar mas de i S pies, por donde
se entra en el valle de Bar íg, que en aquella altura dexan los montes de Pe -
ñalba y Monduber al norte , Puigmola y Alda y a al mediodía. Alda y a se llamo
antiguamente Darona , nombre que corrompido se conserva con el de Droba, que
tiene hoy día la preciosa heredad de los Mongcs. Parece que el valle de Barig y
las hoyadas que se ven en las alturas son posteriores á la formacion de aquellos
montes, que en otro tiempo debían de formar un solo cuerpo. Hacen probable
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esta opinion varios itrdícios, como la semejanza de piedras, bancos y vegetales
tjue se advierten en ambos lados del val le, la uniforme inclinación al sueste de los
bancos del Monduber y Peñalba , quando en los opuestos del Puigmola y Alda y a
es al norueste , lo que indica haberse hundido ó destruido otro monte mayor que
existió entre ellos ; pero sin detenerme en esto notaré solamente los fenómenos que
conducen á rastrear la construcción interior de los montes, y la causa por que están
expuestos á hundimientos.
158. El valle de Barig podrá tener un quarto de legua de diámetro en su
mayor anchura, donde se halla el lugarcillo de su nombre de 24 vecinos ; estréchase
luego hasta dexar un paso angosto en el sitio llamado Portichól ; continúa
despues con algún ensanche hasta la Dr o b a , y fenece por la union del Monmber
con la Cima de Aldaya. Es este valle como el receptáculo de las vertientes de
aquellos montes elevados, sin poder salir las aguas por ninguno de los lados que
le cercan ; de modo qtie se vería convertido en laguna, si la Providencia no hubiera
dexado varios sumideros, á que se da el nombre de Avenes, por donde las aguas
se introducen , atravesando las entrañas y aun los cimientos de los montes. La figura
ordinaria de estos sumideros se parece á la de un embudo mas ó ménos profttndo
, en cuyo centro hay cantos y tierra que no pudo introducirse con las aguas.
E n las entrañas de los montes debe haber cavernas considerables y gran número
de dilatados tubos y canales, y los bancos interiores deben perder continuamente
la union y la base tèrrea que tenian. Porque las dos fuentes llamadas Mayor y Menor,
cuyas agtias forman un rio perenne que fertiliza el valle inferior de Valldigna, salen por
la raíz del Toro mil pies mas baxas que el valle de Bar ig, y corren sin diminución
en tiempo seco ; lo qual manifiesta que en las entrañas de los montes hay depósitos
considerables , y por consiguiente cuevas , canales y humedad que debe ablandar
las tierras , dexar las peñas sin base , causar hundimientos en lo interior, y preparar
sucesivamente otros en la superficie. Dichos depósitos, aunqtie considerables
y suficientes para contener las aguas en tiempo sereno , no pueden admitir la cantidad
enorme que á ellos acude en las grandes llitvías, harto freqüentes en aquel
recinto : en semejantes ocasiones las aguas llenan lo interior del monte , y forzadas
por la columna que las oprime , se abren paso llevándose la tierra y desquiciando
peñas : las de la fuente M.iyor se enturbian por la mucha tierra colorada que contienen.
Entónces se ve con admiración formarse de repente un rio caudaloso en el
barratrco del To r o , brotando en su fondo por entre peñas secas tal multitud de
fuentes, que en el espacio de diez ó doce varas dan aguas para inundar el valle
de Val ldigna , y consternar sus vecinos. L a violencia con que saltan las aguas por
los surtidores que allí llaman Srolls , y el continuar con la misma fuerza por algunos
días despues de las lluvias, prueba que llenáron todos los vacíos del monte , y
t[ue hicieron estragos en las entrañas robando la tierra de que salen cargadas.
159. Es interesante la vista en tales casos que ofrece el nacimiento del rio,
pero lo es mas la que presenta el valle de Barig despues de lluvias abundantes.