te á poniente entre los de Benicásim y A l c o r a , y tres de norte á mediodía entre
los de Vi lafamés y Castello ; pero apenas benefician la quarta parte por los mu -
chos y descarnados montes que allí se hallan. Varías fuentes suministran agua para
regar 100 jornales de tierra , de los quales muy cerca de 40 se destinan á alfalfa
pata las caballerías, cuyo pasto ordinario se reduce á piensos de algarrobas, que
alternan con otros de paja y alfalfa.
75. Es infinito el número de algarrobos que se crian en este término: su mul -
titud y el verde obscuro de sus hojas hace negrear las llanuras, las cuestas y los
montes ; pero no hay árbol donde no se note el descuido, poca limpieza y gran
falta de machos. Si por casualidad se conservó alguno de estos en uno 11 otro parage,
d l í el fruto es mas grueso y largo , y mucho mas abundante. Si se cuidasen
estos árboles c omo cor responde, darían doblado fruto con el mismo cultivo ; no
obstante se cogen en el término de Borríol 2oo@ arrobas. N o es tierra de aceyte, ni
las moreras forman aun cosecha considerable, aimque se cultivan c omo en Castello
; se aumenta cada día el número de higueras y viñedos ; prosperan estos, y
producen i 2® cántaros de vino : de higos secos se cogen hasta t 3 arrobas. E n las
huertas á mas de las frutas y hortaliza que se consumen en el pueblo se hacen I0
arrobas de cáñamo. Es hermosa la hoyada que vimos entre la Pobla y Bor r íol , pero
inferior á la que queda entre esta villa y O n d a , que se prolonga entre dos
montes que corren de oriente á poniente. El septentrional pone límites entre Bor -
ríol y los términos de Vi lafamé s y Al c o r a ; el meridional interrumpe la contmuacion
de la Plana ; se va ensanchando el valle al paso que disminuye la altura de
este monte , terminándose mu y pronto en cerros y humildes lomas hasta la rambla
de la Vi u d a . E n los ribazos é inmediaciones de esta se ven hermosas huertas, bien
que en corto núme r o , y atravesado el cauce se renueva la desigualdad del terreno
por las lomas y cerros de que está sembrado : aquí hay mucho erial y pocos árboles
, lo mas es monte b a x o , que conservan los de la Al c o r a y Onda para sus fábricas
de loza.
76. Si desde Borríol se sube por el monte del mediodía hasta el sitio l lamado
Co l i de la Garrofera , se descubre una vista tan deliciosa que encanta , y como
que detiene al que pisa por primera v e z aquel sitio. La mulritud de montes
y barrancos , y los horizontes limitados por los picos y cerros que qiiedan hacia el
norte forman un contraste admirable con la inmensa llanura que se presenta de
repente , terminada por el mar y sembrada de lugares. T o d o está cultivado , todo
verde. Por un lado se ven masas de espesos árboles , y por otros alfombras sin
término de varios mat i ces , cruzándolas d el rio ó los muciios canales que fecundan
aquel jardín inmenso. Pero no anticipemos aquí lo que corresponde al centro
del r e y n o , y volvamos al fondo de Borríol para salir al nor t e , y para observar
los objetos que ofrece la naturaleza en los montes de Vi lafamés . Una inmensa
cuesta se presenta para llegar á las alturas que separan estas villas. Domina la piedra
caliza mezclada alguna v e z con amoladeras , y en lo incul to, que es la ma yor
parte , crecen las mismas especies de árboles y arbustos que en los montes antecedentes.
Quando se dobla el último collado muda de aspecto el suelo : la masa entera
de los montes es arenisco-gredosa, dispuesta en bancos de un roxo obscuro;
son estos de diferente dureza y grue so, hallándose los mayores y mas solidos en
Vilafamés : continúan así hacia poniente por mas de una legua sin variar de naturaleza
; pero hay ménos union y ménos solidez en los bancos. A s í pues aunque
acínados hasta componer montes de bastante elevac ión, dexan muchos barrancos
en donde depositan sus pérdidas ; son estas mas seirsibles hácia el nor t e , y con
ellas se formáron las llanuras y lomas de tierra arenisco-gredosa del color roxo
que tuviéron las piedras destruidas. Es feraz el suelo, pero regularmente inculto:
los olivos y encinas de las llanuras , los viñedos é higueras de las faldas y cuestas,
los madroños , labíérnagos, retamas , enebros y xaras en lo inculto crecen con l o -
zanía , y se levantan á mayor almra que en otras partes. Es tal la multitud de
arbustos que apenas dexan paso para subir á la cumbre de los mont e s , especialmente
al l lamado tosai del Mol lét . N o solamente incomodan aquí los arbustos y
matas, sino la desigualdad y puntas de las piedras , el desmoronamiento de los
bancos , y la multitud de cantos que se hallan á punto de caer. Es te monte debi ó
formar en otro tiempo una sola mole con los que le cercan ; pero las repetidas
pérdidas que ha padecido y aun padece han aislado su cumbre. De sde esta se ve n
cuestas rápidas y despeñaderos hácia poni ent e , en cuyo fondo está la ermita de
San Migue l ; son mas suaves hácia el mediodía , y por ellas se pasa á otros montes
de amoladeras. Un o de el los , cuya raíz es arenisco-gredosa, se ve coronado de
enormes masas de marmol pardo veteado de blanco. Se creen mu y diversos los
elementos primordiales del marmol y de las amoladeras arcillosas, y en este recinto
se hallan contiguos sin confusion ni mezcla. A q u í el marmol se formó des -
pués que las amoladeras, puesto que descansa sobre estas, y las tiene por base.
;Qué causas pudiéron concurrir á acmar despojos de los vivientes del mar para
formar los mármoles ; á preparar de antemano materiales para las amoladeras , y á
formar masas sin confusion ? ¡Exíst iéron siempre los cuerpos de nuestro globo con
los mismos caracteres que presentan, ó los mudaron hasta alterar aquello que los
naturalistas creyeron constítuir la esencia ó naturaleza de cada uno de ellos >
77. En la cumbre de este monte se conservan vestigios de poblacion antigua.
Hay parte de un a l g ibe , y varias paredes de piedra sin mor t e ro, que pudieron
formar cortas habitaciones alineadas é interrumpidas por sillares. Ning uno de nuestros
Autor e s habla de este pueblo ; los de Vi lafamés creen que lo fundáron los
Moros, y que se destruyó antes de la conquista. Parece extraño que se habitase
aquella altura de peñas descarnadas, sin agua ni tierra, y cercada de precipicios : no
hay en las inmediaciones mas agua tiuc la que á una grande profundidad corre por
la raíz del monte junto á la citada e rmi ta, ni otros campos capaces de culdvo que
los situados á mucha distancia, y separados por ásperas y largas cuestas. A l fin de
la mas occidental se ven unas hucrtecitas, y poco cultivo. Se extienden los eriales
'•Ail