Pi £¡''-5 i r
gil
este medio abundantes cosechas. En el término de Va l l ada se cogen arrobas
de aceyte , 50© de algar robas, 80 de c áñamo , 4© cántaros de vino , cahíces
de trigo , 6 4 0 de ma í z , libras de s eda , varias l e gumbr e s , hortalizas, a g r io, y
bastante alfalfa. L o s campos sembrados de esta y e r b a , comparados con otros de
varias pr oduc c i one s , rinden al año en razón de ao á 12.
182. A tres quartos de hora caminando hacia el poniente de Va l l ada está
Moixént en las raices septentrionales del monte. E s Moi x ént una de las villas mas
recomendables del reyno por el grande aumento que en pocos años ha tenido en
agricultura y vivientes. E n 1 7 5 9 pasé algunos meses en este pue b l o , reducido
entonces á 2 50 vecinos. L a s lomas orientales hacia la fuente de Bel lús estaban áridas
é incul tas , abandonado el barranco del Bo s qué t , c omo igualmente parte de
sus a gua s , y solamente cultivada aquella porcion del término que correspondía á
las pocas fuerzas del corto vecindario. V o l v í á verle en mis viages , y admiré la
dichosa mudanza que había producido en todas partes la agricultura y aplicación.
Extendióse el ámbi to de la villa con nuevos edi i icios, y aun calles enteras para
alojar los 800 vecinos que ho y tiene. Ma s de 90 cortijos se ven esparcidos en los
distritos l lamados Ga rmoi x ént , Bo s qué t , Al cuses y Badí l lo : las lomas áridas de
Bellús y otras eran ya campos cultivados ; corrían canales de riego y cristalinas
aguas por sitios antes incultos d de secano : las fuentecillas que en otro t iempo se
perdían en los barrancos servían para el riego , y otras que apénas se conocían entonces
, dirigidas despues á fuerza de t rabajos, se reunían en un pantano para fertilizar
muchos campos. Es ta feliz mudanza se debe en gran parte á las luces , aplicación
y patriotismo del Señor D. Pasqual Ca r o ' . Encargado de administrar el
patrimonio de su sobrino el Marques de la R oma n a , y conociendo que la felicidad
de los vasallos redunda siempre en beneficio del Señor territorial, fomento de
todos modos la agricul tura, hizo el pantano que se ve en el barranco del Bosquét ,
recogió a gua s , y aumentó el riego. Por otro lado los infatigables vecinos extendían
cada día mas y mas el cultivo , reducían á graderías las l oma s , y muchas de
ellas á preciosas huer tas , aprovechaban las aguas de los barrancos y del rio Gañolas
, y correspondiendo los frutos al t rabajo, se aumentaron c omo queda dicho.
A ú n es capaz de mejoras el t é rmino, y hallarían ocupacion otras 400 familias.
Se cogen en el término de Moi x ént 3 800 cahíces de trigo , 2 5 00 de cebada,
120 0 de maiz , 600 entre avena y c ent eno, 100 de legumbres , 6d arrobas de
aceyte, 5© de algar robas, lO© de hi g o s , 45© de vino , 2 5 00 de f rutas, 800 entre
pimientos y hortal izas, 62) de bel lotas , 100 de mi e l , i S de l a n a , 1 300 l i -
bras de s eda , algo de c áñamo , mucho esparto , 1 5 o docenas de me l one s , y por -
cion de azafran.
I Este caballero , ocupado enteramente en la pecie en las tierras de arroz , sobre el proyecto del
felicidad publica , recogió y me comunicó varios riego gene ral , y otras not icias, de que hago uso en
documentos sobre las aguas del Turia y Xucar , so- esta obra. Por todo lo qual le doy aquí las debidas
bre las grandes pérdidas que ha tenido nuestra es- gracias.
183. Ent r e los montes calizos del término hay alguna porcion arenisca que
se reduce facilmente á partículas blancas , y en lo interior se suelen descubrir ¿lossopstras
, nombre impropio que se dio á los dientes petrificados o' fósiles de ani -
males marinos. Se observa en el fondo de los bar rancos , principalmente en las
fuentecillas del Bo s qué t , gran número del quarzo cristalizado , que se conoce vul -
garmente con el nombre de jacintos de Compos tela. Es tos cristales son blancos,
amariUentos , y las mas veces de un roxo encendido : forman prismas ó pilares de
seis caras , tres de ellas mas angostas , terminados por ambos lados en puntas pi ramidales
de igual número de triángulos. Es rico en vegetales el término de Mo i -
xént. Crianse alli muchos pinos , el arce común , el fresno de flor , el brusco , las
onónides fruticosa , aragonesa y campe s ina, la zarzaparrilla c omú n , las c ampa -
nillas l ineada, en cabezuela y con hojas de al t ea, las coronillas mínima y juncal.
En los sitios húmedos se ve el traquelio a z u l , la escrofularia c anina, la c e -
riflor , la verbena y la yerbadonccl la ; en los áridos los dndsuros l ima y dorado
, los andrópogos de dos y de cinco espigas , las rudas de monte y con hojas
de lino i finalmente un número mu y considerable de xaras , astra'galos, alfalfas y
gramas.
184. El úl t imo lugar del valle y aun del reyno por esta banda es la F o n t de
la Figuera , colocada sobre un cerro al pie del mo n t e , que por su punta conica
llaman Cafurntcho ; tiene calles y edificios decentes , donde habitan 500 vecinos:
en el siglo 14 eran solos 40. T o d o s son labradores, y cultivan una legua de tér -
mino de oriente á poniente, y dos de norte á sur. Es este desigual , y en partes
montuoso , bien que fértil ; no sufre los algarrobos por los frios y yelos , pero se
aprovecha en sembrados , viñas y algunos olivos. Solamente hay riego en el dis -
trito l lamado la Re d o n d a , reducido i un corto número de huertas en anfiteatro en
las inmediaciones de la v i l l a , que se riegan con el agua sobrante de las fuentes
que abastecen el pueblo. Si los vecinos tuvieran aguas abundantes , mu y pronto se
vería el término convert ido en huertas , y aumentados los frutos. L o s vivos deseos
que ellos tienen de mejorar los c amp o s , y el saber que en las partes hondas del
vallo brotan copiosas fuentes , les ha hecho creer que corren ríos caudalosos por lo
interior do los cerros y montes de su término. Y a han intentado varías veces des -
cubrir aquellos tesoros tal,idrando el cerro de Santa Bárbara, pero siempre sin fruto.
T a n preocupados tiene á muchos la lisonjera idea de los ríos subterráneos , que
aseguran no pasar de 1 1 5 pies la profundidad de las aguas. E n estas piensan á todas
horas, y por eso o y en con gusto quanto pueda contribuir á encontrar aguas , ahora
sea sacándolas de los soñados ríos, ó bien de otras partes , donde descubren rastros
ó señales de humedad. Un Italiano que con títulos de hidráulico y f ísico corría por
el reyiro pocos años hace, quiso aprovecharse de la disposición y credulidad de aquellos
ve c inos , y les promet ió sacar del Re g a g é t de Amá t las aguas ocultas, que aseguraba
ser mas que suficientes para regar 1 6 3 hanegadas de tierra, sin que los gastos
excediesen de 48 pesos. N o pudo este extrangero realizar sus sueños , ni conseguir
fe.-