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se observa. E l hallarse las conchas por familias y en situación plana , teniendo su
interior relleno de la misma materia que las cubre j y mucho mas el ocupar alguna
vez treinta pies de espesor entre bancos marmo'reos, destruye enteramente la
opinion de nuestro Tor rubia y otros que lo atribuyen todo al diluvio universal. L a
uniformidad de alturas en los montes opuestos, las cadenas de los que corren con la
misma dirección, los ángulos entrantes y salientes, muchos de los valles en fin que
hoy se advier ten, demuestran que las corrientes del mar entraron como agente
principal para formar las desigu.ildades que se notan en el reyno de Valenc ia. F o r -
mados los montes en el fondo del ma r , y abiertos profundos surcos por las corrientes
, pudieron nuevas causas disminuir las aguas en algunos s i t ios , y aumentarlas
en ot ros , quedando secas varias porciones de la tierra que estaban anegadas.
La s corrientes que resulta'ron de esta mutación pudieron acumular tierras, arcilla
, cieno y arenas diferentes en los fondos , como el Señor Ab a t e Olivi ha hecho
ver que actualmente sucede en el mar Adriático ' . Nuevas revoluciones, y estas
violentas, forzaron al mar á mudar de s i t io, arrancando y trastornando las moles
que se le oponian : entonces debieron caer porciones de los mont e s , dexando escarpamentos
y rellenando abismos. L a superficie que apareció despues de esta mudanza
, aunque sembrada de montes sería menos desigual que al presente, y los
valles de menor profundidad. Empezaron las lluvias, nacieron las fuentes y con
ellas los r ios , que lamiendo y destruyendo las tierras y aun las peñas , se abrieron
cauces , por donde quanto robaban al suelo , ma rga , tierra y cantos , todo lo iban
arrastrando con su corriente hasta depositai'lo en el mar. Es t a idea me parece la
mas razonable para explicar los feno'menos que presenta el reyno de Valencia j si
bien pueden haber tenido parte en ellos diferentes temblores é inundaciones de que
no hay memoria. Xambi en contribuyeron á alterar el suelo los hundimientos considerables
, de los quales se han verificado algunos en el presente siglo.
l o i . H e reunido aquí aquellas observaciones que bastan para hacer probable
mi opinion sobre la formacion de los montes y actual estado del reyno de V a -
lencia : adelante daré oportunamente otras varias que aumentarán su probabilidad.
Vue lvo á la muela de Ar e s para describir sus vistas y producciones. De la cumbre
mirando al mediodía se descubre San Christdbal de Benasál á dos horas de distancia
, y Culla á mas de t res , Peñagolosa cae al sudueste y á nueve horas de distancia
, la ermita de Castellfort casi al norte á poco mas de una hora , y Morella al
norte con declinación al oriente á mas de quatro. Por las raices septentrionales de
la muela se prolonga el valle estéril y arenoso, conocido con el nombre de c a -
ñada de Ar e s , por el qual corre el barranco del mismo nombre. L a llanura o'
esplanada de la muela está toda incul ta, y se reserva para el pasto de las caballerías
de los vecinos, que pagan anualmente dos reales por cada una de ellas para el
fondo de propios. Como por todas partes está cercada de precipicios perpendicu-
1 Zoologia Adr i at i ca, ossia catalogo ragionato preceduto da una dissertazione sulla storia fìsica
degli animali del golfo e delle lagune di Venezia: naturale del golfo. Bassano 179a.