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cabruna parecida al picris , el hioscris hypndidcs de Linneo , la herradura de inuclias
legumbres , la aristoldquía pistoldquia , y entre otras plantas las xaras cresp-i
de Mompe l l e r , y la de hojas de romero. A l tránsito por dicho camino se hallan
Montortál y Masalavés , y á la izquierda hacia el Xuc a r Benimiislém y Pachol ,
lugares todos de corto vecindario. Sesenta familias hay en Masalavés, 22 en Mo n -
tort.ü , £9 en Benimus l ém, y 17 en el Pu c h d l , ocupadas en cultivar los c ampos
, en gran parte de arroz. Es te acaba con la salud y vida de los (¡ue nacen en
aquellos pueblos , y con las de otros infelices que van á establecerse este despobld
Alásquer y Re salái i , preparo la ruina de Cabái íes , Mulata y otras poblaciones
que ya no existen. La experiencia dio origen á aquel proverbio Valenciano : Si
vo/s vi lire poc y ferte rie , -oestm á Alberi c -, si en vols mes , á Masalavés. C omo
si dixera : „Si quieres enriquecer y luego mo r i r , vete á Albe r í c á vivir j d ve á
„Masalavés, donde mas cierto es." Ti ene Masalavés en sus cercanías el rio de los
O j o s, el qual se forma de las aguas que por bocas ocultas se escapan de la acequia
del R e y , y que aumentadas en su corto curso llegan á 3 60 illas quando entra
en el Xu c a r , cuyo caudal se aumenta con los copiosos manantiales del término
de Alber í c , que reunidos en un ancho azarbe baxan de sur á nor te, y con el azarbe
de Masalavés no menos abundante. La multitud de aguas de aquel corto recinto
sirve para regar 1 500 hanegadas de arroz, que suelen dar 3 8 cahíces ; y 1200
de huer ta, que producen id libras de s eda, 100 cahíces de ma i z , con varias
hortalizas. De secano hay 3© hanegadas, que están poco ménos que abandonadas
por falta de brazos, y porque el cultivo del arroz se lleva toda la atención. El
trigo y las cebadas dan poquísimo fruto por el exceso de humedad que siempre
reyna , y se opone á la fecundación de los granos. Lo s de AIontort¿ü cultivan 500
hanegadas de ar roz , situadas en las cercanías del pueblo. E n algunas huertecillas
cogen hoja para 100 libras de s eda, y como 40 cahíces de maiz. Ha y en el pueblo
un mol ino de arroz , que es semejante á los de harina , con la diferencia de
que la piedra inferior está cubierta con corcho , quedando entre esta y la superior
un cierto espacio capaz de apretar los granos y quitarles la cascarilla , pero no de
reducirlos á polvo. Es preciso que los granos estén bien secos y limpios quando
pasan entre las mue las , con cuya frotacion se desnudan de la corola ó cascarilla
roxa que los viste. N o todos quedan blancos al pasar la primera vez entre las muelas
, y para separar los desnudos de los vestidos se ciernen en un harnero que solamente
permite el paso al arroz blanco, y al polvi l lo d salvado que resulta, lítil para
engordar cerdos y gallinas. El arroz vestido vuelve otra vez á las muelas , repitiéndose
dicha operacion hasta que todo queda blanco. L o s frutos de P u -
chdl y Benimuslém son 38 cahíces de arroz , 500 de trigo , 700 de ma i z , y 250
libras de seda.
138. La Baronía de Albe r í c se componía antes de la vílla de este nombr e , y
de otros tres lugares , que son Gavarda , Al coc e r y Alásquer : consérvanse Alber í c
y Ga v a rda á expensas del vecindario de otros pueblos ; de Al coc e r y Alásquer
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quedan solamente vestigios que recuerdan su antigua existencia. Albe r í c tiene me -
dia legua de término entre el Xuc a r y la raíz oriental del Caba l l ón, y como tres
quartos de travesía ; todo llano hasta el montecito de Ga v a r d a , y alterado solamente
por dos humildes cerros que se hallan aislados en el centro. Es uno de los
mas fértiles del reyno ; pero por desgracia el sepulcro de nuestra especie. El aumento
de vecinos es allí aparente, componiéndose de advenedizos que reemplazan
las víctimas sacrificadas al ar roz , y que se preparan sin pensarlo para igual
sacrificio. Quatrocientas familias habia en 1 7 3 0 ; entraron desde entonces mas de
500 forasteras , y hoy solamente quedan 560. Sin embargo de unas pérdidas tan
visibles no escarmientan aquellos hombr e s , atm quando crean que el verdadero
origen de los males es el cultivo del arroz. A esta fatal planta destinan la faxa
semicircular que hay entre el cerro y el mo n t e , y que á fuerza de inundaciones artificiales
se ve casi convertida en pantanos. A últimos de A b r i l , después de un
año seco como fué el de 1 7 9 2 , hallé humedad y agua á pocas pulgadas de la superficie
; vi juncias y carrizos, y que corrían muchas aguas por un ancho azarbe,
nacido de manantiales : hasta en muchas huertas noté sobrada humedad para los
trigos y maíces que allí habia. Fáci lmente se halla la causa de estos fenómenos
extraordinarios á primera vista , observando que en los sitios mas baxos de la p o -
blación los pozos tienen treinta y mas pies de profundidad , y al contrario en las
lomas de las inmediaciones se encuentra el agua á tres pi e s , y en los campos á
pocas pulgadas ; y teniendo presente que todo este recinto carecía de riego en el
siglo décimotcrcio. El suelo es por todas partes arcilloso hasta llegar á las arenas y
agua de los pozos , teirdida horizontalmente en las entrañas de U tierra. Ad ema s de
este depósito natural de las aguas h.iy otros mas inmediatos i la superficie exterior,
cuyo fondo , como también las paredes constan de tierra arcillosa sin arenas. A estos
depósitos dio origen el excesivo riego y las aguas derramadas con abundancia;
pero se destruirían en pocos años si cesasen las inundaciones de los arroces, y si
las acequias , principalmente la del R e y y demás canales, conservasen las aguas
que reciben. Se enxugaria el suelo poco á poco hasta recobrar su antigua forma:
no habría pantanos ni marjales hasta las cercanías de la Albufera , y con el t iempo
disminuiría esta do diámeno , y tal vez se secaría de todo punto. E l arte y la constancia
han vencido obstáculos cjue parecían insuperables ; vense hoy día muchos
campos cultivados en los distritos llamados del Brosquil y Pont de taules al norte
de la Al b u f e r a , y á una larga legua de Valencia , donde en otro tiempo hubo
aguas capaces de contener peces. Habr á 40 años me aseguró un anciano que siendo
él joven iban á pescar en aquellos sitios.
139. Fuera de los arroces tienen los de Albe r í c i 6 3 hanegadas de huerta , y
otras tantas de secano. N o liay críales en el término : el arroz y la huerta se l levaban
antes la atención y el cuidado de los vecinos ; hoy se trabaja el secano, y produce
buena porcion de frutos. La suma total se reduce á 24@ cahíces de arroz, •
2400 de trigo, 1200 de maiz , otros tantos de cebada, 60 cántaros de v i n o , 1 2 0 0
te