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xa á buscar el Camarón. A medida que se adelanta hacia el norte, va baxando el
teiTcno en las cercanías del rio, y la atmósfera es tan benigna que prosperan los
olivos , plantados por algunos curiosos en el término de Zorita. Se halla este lugar
en una altura , expuesto al mediodía. Mas elevado que Ortel ls, tiene menos mo -
tivo de temer las furias del rio ; y como en las tres horas de diámetro á que se
extiende el término , logra abundantes aguas y buena porcion de huertas, el cultivo
y la especie humana van de aumento. Cien vecinos tenia al principio de este
siglo , y hoy pasan de doscientos, ocupados únicamente en cultivar la tierra , que
les rinde abundantes cosechas : mayores serian ciertamente si los labradores cuidasen
de las moreras, y multiplicasen los olivos que vegetan con lozanía. Estos formarían
dentro de pocos años un ramo considerable de industria, como ha sucedido
en Ay o r a , Artana y otros pueblos del reyno , en los quales apenas se conocían
hace medio siglo. Abundan los viííedos en el término , y pasa de nueve mil cántaros
de vino la cosecha. N o se plantan aquí las viñas como en el resto del reyno
, poniendo las cepas al trasbolillo d en quadrados de nueve pies , sino que se
disponen en filas, colocando las cepas á corta distancia unas de otras, dexando despues
entre dos lilas como treinta pies , que destinan á sembrados. Los manzanos
son muy útiles en estos pueblos : hay varios que rinden al dueño treinta pesos por
el fruto , vendido al pie del árbol , y de aquí nace la multitud que adornan aquel
suelo , de modo que en Zorita pasará de dos mil arrobas la cosecha. La de la seda
es mas considerable que en los demás pueblos, se cogen seiscientas libras, y sería
aun mayor si á la aplicación de los naturales se afiadiesen conocimientos de agricultura.
Varios campos se destinan á maíces y judias, y los restantes i granos, que
les producen 1200 cahices.
27. A la izquierda del rio y casi en frente de Zorita está el santuario de nuestra
Señora de la Balma : el monte me pareció análogo á los que quedan descritos,
y bien cubierto de vegetales, principalmente de pinos, de que abundan los montes
incultos de aquel término. Lo quebrado del terreno, y la multitud de plantas
que deben crecer en aquel sitio abandonado, aumentaban los deseos que tenia de
pisarle y registrarle de cerca j pero hallé en el rio un obstáculo insuperable. Habia
llovido dos dias casi sin cesar , y traían muchas aguas el Caldés y Cantavieja, que
hacen el principal caudal del Bergantes : también se habia aumentado el rio de
Chiva , que le entra á un quarto de hora al norte del Forcali. El gran número de
barrancos, secos casi siempre , formaba ahora riachuelos, y á cada paso se precipitaban
arroyos de los cerros. Es tos , los campos y los montes parecían esponjas que
se exprimen ; en varias partes lamía el río , y aun cubría las malas sendas, que son
el único camino ; en otras se hundian considerablemente las caballerías por la gran
cantidad de agua que habia penetrado en la tierra d arenas. Pareciéndome temeridad
el vadear el rio, sofoqué mis deseos. Hal lé al paso el áster acre y el de hojas de
hisopo de Limieo , y una planta nueva que es la síderitide subspinosa de mi tercer
tomo. Las conchas parecidas á mactras se ven continuamente en aquel distrito.
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RAMBLA DE SELWMBRE , CINC-TORRES, CASTELLFORT T VORTELL.
28. Pasé en fin á recorrer el rio que baxa por el mediodia y el recinto que
bañan los riachuelos que lo forman : son estos el de Sellumbre , de Castellfort , de
Cinc-torres, la canada de Ai-es, y el que trae el nombre de Oaldés desde su orí--
gen. Ordinariamente es corta la cantidad de todas estas aguas i pero en las avenidas
se aumentan de modo que horrorizan por la multitud y por la fuerza con que
se precipitan : pruebas ciertas se ven en el anclio cauce que sirve en gran parte de
camino desde el Forcali hasta Cinc-torres, y en las excavaciones que se ven junto á
las raices de los montes. Los altos del reyno de Ar a g o n , y los que por espacio de
tres leguas al mediodia del Forcali se descubren en el de Va l enc i a , tienen sus
vertientes á este depòsito general, y ocupan nueve leguas quadradas con corta diferencia
, contadas desde las vertientes septentrionales de la muela de Ares. Es tan
quebrado este terreno , tan descarnadas y duras las peñas calizas que lo cubren,
tan esteril por lo regalar el suelo , que en medio de los aumentos que nuestra especie
cuenta en este siglo , apenas llegan á seiscientas las familias ó vecinos que lo
habitan. Se hallan estos repartidos en tres poblaciones principales, que son Portel],
Castellfort y Cinc-torres. Tres quartos de legua podrá haber del Forcali á Cinc -
torres , y algo mas de una legua desde aquí hasta Castellfort en linea recta con dirección
al mediodia : Porteli queda al poniente de Castellfort y á una legua de
distancia, aunque se emplean tres horas en cruzar los montes y barrancos. E l mayor
, y el que sin duda compite con los primeros del r eyno, es el conocido con el
nombre de rambla de Sellumbre, la qual en tiempo de grandes lluvias aumenta
sobremanera las aguas del rio Caldés. Tiene principio dicha rambla en el término
de la Iglesuela, primer lugar del reyno de Aragon ; su cauce es de enorme profundidad
en las inmediaciones de Porteli ; sigue así estrechada entre montes , hasta
que al mediodia de Cinc-torres logra algún ensanche, luego vuelve i correr por
gargantas, formando curvas al oriente de este lugar, y continúa despues hacia el
norte hasta la citada confluencia de los ríos en el Forcali. El fondo es un abismo
que negrea por la multitud de pinos y de arbustos : todo cubierto de plantas y de
flores puede el naturalista entregarse á su examen sin riesgo de que le interrumpan
los hombres : algún pastor será tal vez el que se descubra en aquella soledad ; jamas
penetró el sol en muchos sitios de este cauce, y el cielo que desde ellos se
descubre es muy limitado. Con dificultad se puede ver desde el fondo , ni menos
calcular la altura de los muros, en los quales se notan moles descarnadas que amenazan
ruina, y gruesos árboles inclinados, por hallarse sus raices á descubierto.
Quantos objetos se presentan , parecen otras tantas señales dadas para huir del riesgo.
En hora y media se sube á lo mas al to, viéndose al paso con abundancia y
floridas las orquides conopsea y de hojas anclias , la heleborina colorada , la y e r -
batora, las coronillas emerus y mínima con otras muchísimas : en la altura se
hallan varias lomas, y todo aquel terreno sembrado de mil dientes calizos que in