Uaniieva de Al col é a S aquel dista ima hora de Cabáne s , y esta dos. L o s 25 0
vecinos del primero ai l t ìvan una hora de oriente á poniente, y dos de norte á sur
entre ios términos de la Sierra de Enga r c c r án, Vi l a f umé s , Gabane s , Vi l lanueva
y Tor rebUnca , sin mas recursos que la agricultura, la qual les produce 1300 c a -
hices de t r igo, 2© arrobas de aceyte , y i o'¿) cántaros de vino. E n las cercanías de
Benlloc está la humilde loma que divide el curso de las aguas , corriendo parte de
ellas hacia la llanura del A r c o , y las otras por la parte septentrional hacia las Cuevas ,
atravesando el término de Vi l lanueva, donde está encerrada la aldea de la Tor r e de
40 vecinos. Buena porcion del término de Vi l lanueva se compone de mont e s , pero
también entra en él gran parte de la h o y a d a , que aunque expuesta á los vientos
del norte es preciosa, y capaz de dar toda especie de frutos. La s vertientes de
los montes han depositado aquí tierra fér t i l , que se mantiene fresca por las mu -
chas aguas que acuden por filtros subterráneos : son tan abundantes , que en qual -
quiera parte se hallan á pocos pies de excavac ión, y algunas veces inutilizan el
suelo y la semilla. Para evitar semejantes efectos han hecho los de Vi l lanueva profundas
y angostas zanjas , que cubren con losas en arcos apuntados , sobre los quales
ponen tierra que siembran de trigo. Por esto pues toman las aguas la dirección
que les abrid el arte baxando de oriente y poniente hácia lo mas hondo para reunirse
á lo que llaman r i o , que en realidad es un pobre arroyo , en cuyos ribazos
brotan algunas fuentecitas aun en aiíos mu y secos. E n vista de la multitud de aguas^
que sin la Industria y cuidado de los hombres inundarían muchos c ampo s , y de
que los montes y cerros que separan este valle ú hoyada de las llanuras de Or o -
pesa y Torreblanca son de poca altura y mu y secos} se hace mu y probable que
su origen no se limite á los altos montes de la Sierra , sino que se extienda t ambién
al l lamado Esparraguera y á los del Maestrazgo de Mont e s a , por ser freqüentes
las lluvias y las nieves en estos sin resultar el número de fuentes que debieran,
ni correr rio alguno entre los de Millares y la Cenia. Sea lo que fuese del verdadero
origen de las aguas , lo cierto es que los de Vi l lanueva poseen un dilatado y
precioso término capaz de intinitas mejoras. Debieran multiplicar los canales subterráneos
, construir zúas , poner de nivel muchos campos , y hacer huertas c omo en
Benicarló : se aumentarla la suma de frutos si se plantase mayor número de hi -
gueras , puesto que prosperan las que en el dia exi s ten, y si se introduxera el cul -
tivo de los almendros , colocándolos en los sidos menos expuestos á los nortes.
Hay poco cuidado en los olivos en medio de tener modelos que imitar en los cerros
orientales epe separan á Vi l lanueva de Tor r ebl anc a , donde se dexa ver una
porcion de aquellos árboles, gobernados con tal cuidado y arte , que en nada ceden
á los de la Ho y a de Castalia, que han dado y dan la ley á todo el reyno. Ti ene cada
uno tres ramos principales bien abiertos sin ramas muertas ni retoi íos, para que el
sol y el ayre entren con libertad : aun se velan en el suelo el dia 2 de Octubre los
I Tul vez se debiera decir Aicoréa , nombre
que los Moros daban á los lugares pequeños. De aquí
nos quedó el de alquería , que es el equivalente de
cortijo. Véase Escolaoo col. 703.