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principalmente en la partida llamada Bobalár de Cul la. Por un claro que dexaban
los a'rboles tomé la YÍsta del castillo , en el qual se conservan dos órdenes de murallas
y torres. F u é Cul la en tiempo de los Moros villa respetable , según aseguran
Miedes y Escolano ; pero algunos años antes de la expulsión general de los Moriscos
y a estaba reducida á la corta poblacion de 8o casas, que en dos siglos se han aumentado
hasta 2 20 vecinos , contando los cortijos. La falta de documentos sobre la
antigua poblacion del reyno de Va l e n c i a , hace increíbles las expresiones de los
autores , especialmente á quien examina la naturaleza de los terrenos. Es cierto
que se conservan muchas ruinas de grandes fortalezas ; pero su misma situación en
picos de dificil acceso , prueba que servian solamente para que pocos se defendiesen
contra muchos si fuesen atacados. La prueba mas cierta de que no fué tan numerosa
la antigua poblacion, es la calidad del suelo sobre que se mantienen sus
ruinas y las poblaciones , k escasez de aguas y de tierra, lo destemplado de la atmosfera
, y la corta cantidad de frutos que podia prestar la agricultura , aun dado
que fuese mas activa que al presente , de lo qual puede dudarse. L o cierto es que
en los últimos siglos no se han notado menoscabos sensibles en aquel recinto : se
han visto sí grandes hundimientos en los términos de Cul l a y Adsaneta ; pero
esos, léjos de perjudicar á la agricultura , han conducido á su aumento proporcionando
á la industria nuevos terrenos fértiles ; porque con el trastorno de aquellas
enormes masas salió á la superficie la tierra oculta en las entrañas de los montes,
á los quales servia de fundamento. Otras observaciones hechas en los montes de
Cortes de Pallas, y en los occidentales de Gandía, han ido demostrando que la base
de casi todos ellos es un fondo de marga , cuyo grueso no se ha podido calcular.
Buena parte del monte de Corve ta se hundió perpendicularmente en este siglo
, brotando al mismo tiempo por sus raices marga desleída. Se verificaron estos
fenómenos después de copiosas lluvias, cuyas aguas se introducían por filtros ocul -
tos hasta la misma base de los montes. La intima constitución ó fábrica de los
montes ha sido la misma en todos tiempos ; la exterior se altera cada dia. Si las
lluvias robaron á los campos parte de la tierra, muy pronto ellas mismas la r e emplazaron
con las pérdidas de los mont e s , descomponiendo las piedras, y separando
la marga que se hallaba interpuesta. As í pues se puede asegurar que la superficie
del reyno es por lo común la misma que en los siglos remotos , y no habiendo
memoria de haberse perdido rio alguno ni copiosas fuentes , la cantidad de frutos
que produxo la tierra en tiempo de los Moros y Romano s nunca pudo alimentar
la muldtud de gentes que nos ponderan.
109. El término de Cul la incluso el Mol inel l de seis casas , y los pueblos del
Villar de Cañes y Tor re d'Embesóra , de unos 40 vecinos cada uno , se extiende
como cinco horas de norte á sur entre los de Benasál y las Useras , y casi quatto
de oriente á poniente entre los de Albocáser y Adsaneta , contadas por intrincados
montes y freqüentes rodeos. Se hallan los tres pueblos entre Cul la y Albocáser .
D e Cul la al Mol inel l cuentan una hora : este tomó sin duda el nombre de varios
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