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sigue en linea recta , mientras que el derecho corre hicia el sueste, describe luego
una curva , recibe el barranco de Barcheta, y vuelve á reunirse con el bra2o izquierdo
á unas quarenra varas de distancia del punto en donde se apartó. Aunque
el cauce del rio es profundo y ancho en las cercanías de la vi l la, con todo no
siempre es capaz de contener las aguas : suben estas en algunas ocasiones á tal punto
, que entran en la poblacíon y en muchas casas hasta doce pies de altura. Los
vecinos, acosuimbrados ya á estos desordenes, ni escarmientan ni temen. Suele
también el río causar graves daños inundando los campos , y alterando d disminuyendo
los frutos ; males pasageros que resarce con usura por el abundante riego
que franquea para hanegadas de huerta, y 2© de arroces. Parece imposible
perfeccionar mas el cultivo de aquellos campos , ni sacar de ellos mas riquezas : lo
templado de la atmosfera proporciona frutos con anticipación , como pimientos y
tomates, que venden á mejor precio , y es incalculable el número de arrobas que
se cogen. E n Junio, Julio y Agos to solamente, despues de abastecer la vi l la, salen
cada dia mas de 200 cargas, esto e s , 20 arrobas para los pueblos vecinos : los
melones, las habas, las judías y hortalizas producen quantiosas sumas. Se cogen
4© cahíces de t r igo, 4© de ma í z , 50© libras de seda, y 4© cahíces de arroz,
dando allí cada hancgada dos cahices. Pretextan los de Alci ra que los campos destinados
á esta planta son hondos é inútiles para otras producciones -, llenándose
de agua , mayormente desde que la acequia del R e y aumentó sus caudales con
las obras del Señor Rosillo. Y o creo que esto son excusas y pretextos débiles ; porque
dichas obras son mas modernas que el cultivo del arroz , y el aumento que
recibió la acequia del R e y no pudo alterar la condicion de los campos de Alcira.
Toma esta villa sus aguas, como las tomó siempre, por el boquete llamado Danteli
de Al c i ra , y el Señor Rosillo , que apuró los medios de aumentar las aguas á
favor de la Baronía de Sollana , cuidó mucho que los antiguos regantes solamente
recibiesen la cantidad á que tenían derecho. As í pues convendría desterrar el arroz
de todo el término. E n Junio, Julio y Agos to se padecen tercianas, y aunque menos
perniciosas que en Guadasuár, no dexan de molestar á los vecinos. E n el invierno se
dexan ver algunas pleuresías ó dolores de costado ; con todo puede reputarse sano
aquel gran pueblo, donde se ven bastantes de 70 á 80 años, y algunos de 90. Todos
ponen sus conatos en cultivar las huertas, huertos y arrozales, donde consumen
una inmensa cantidad de estiercol, que proviene de las camas de los gusanos de la
seda, y de los muchos caballos empleados en la agricultura ; los secanos se miran
con poco afecto , y aunque iguales en extensión á quanto logra riego , es muy poco
el fruto que producen. Debieran multiplicarse los viñedos , olivos y algarrobos,
y en tal caso podría servir de modelo acabado de perfección é industria el término
que poseen : el qual se extiende como una legua de norte á sur entre los términos
de Algemes í y Carcaixént , y tres de oriente á poniente entre los de Co r -
vera y Val ldígna por ún lado , Benimuslém, Masalavés y Montortál por otro,
i 53. Las llanuras de Alcí ra continúan por el sueste obra de media hora, don-
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de empiezan los cerros. En estos la piedra es cal iza, dura y blanquecina , que sirve
para hermosos sillares, la marga que ocupa los huecos y media entre los bancos
es arcillosa y roxa, de la misma especie que la del contiguo valle y barranco de
la Murta , así llamado porque tal nombre tiene en Valenciano el arrayan, que allí
crece en gran copia. L a soledad y aspereza de aquel sitio llamó la atención de ciertos
hombres que en el siglo 14 vivían con el trabajo de sus manos retirados de la
sociedad, cada uno en su cueva ó choza. Habiendo obtenido la propiedad del valle
por beneíícío de un hidalgo de Alcíra en 1 3 5 7 , acordaron hacer vida común,
fundaron el Monasterio de nuestra Señora, y tomaron el nombre y profesion de
Monges de San Gerónimo. Este barranco y el contiguo de la Casella están en la
parte occidental del monte de Corvera. Este monte corre por mas de dos horas
de oriente á poniente : empieza á una hora del ma r , separado de los montes de
Valldígna por la estrecha entrada del val l e , y del monte de Cullerà por el cauce
del Xu c a r , y mas de una legua de tierras pantanosas. Los valles de Valldígna y
Aigües vives empiezan en sus faldas meridionales, y en las raices septentrionales
están los lugares de Favareta, Llauri y Corve ra, habiéndose destruido otros que
se llamaron Benihomér, Matada, Benihoquér y la Alcudíola de Al fandéc . La base
de dicho monte tiene su mayor anchura en frente de Cor v e r a , donde forma una
curva hacía el norte : su cumbre es alta , desigual y erizada de picos : su naturaleza
caliza como en los de Cullerà y Val ldígna ; y sus bancos horizontales sino en donde
hay indicios de trastorno. A vísta de la semejanza de los montes de este distrito
en quanto á la substancia y producciones, parece que en algún tiempo formaron
una sola masa, separada despues en valles y barrancos por alguna causa que
rebaxó alturas, y excavó profundos surcos. E n nuestros días ' se ha visto hundirse á
bastante profundidad una porcion considerable del monte de Cor v e r a , despues de
grandes lluvias, saliendo marga líquida de sus cimientos. Pudiéron verificarse en los
siglos remotos iguales fenómenos ó convulsiones violentas que alteraron la forma
primitiva : lo cierto es que los bancos en el sitio llamado Pas del pobre forman
con el horizonte un ángulo de 45 grados, y que todo por allí está sembrado de
picos y quebradas sin orden, sin paralelismo , y no pocas veces sin union.
154. El monte de Corvera , incapaz de cultivo , sirve para pastos. Sus faldas,
y mas aún los valles contiguos , se aprovechan con sembrados , viñas , olivos y algarrobos
: en el de la Murta se advierte descuido en las labores del suelo y en los
algarrobos, privados regularmente de inxerto macho , y cargados de leña inútil.
I En la noche del 24 al de Noviembre de
1783 hubo una tempestad furiosa acompañada de
truenos, relámpagos y rayos , y una lluvia tan c o -
piosa , que excedió á quantas se habian experimentado
sin interrupción por espacio casi de dos meses
y medio. Habian sido freqüentes y terribles las inundaciones
del Xi i car , quando al dia siguiente á di -
cha noche apareció el monte hundido en varias
partes. Quedó intacta la punta de !a cumbre, que
tendrá como palmos de altura sobre el nivel del
mar, y en todo lo demás se notáron gr ietas, aberturas
, cavernas y hundimientos. La porcion hundida
en la parte septentrional del monte presenta de
superficie 190 hanegadas de tierra , y casi todas las
grietas ó aberturas tienen la dirección de norte á sur.
Véasela descripción del hundimiento impresa en 1-784.
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