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dcrsc de vista ; las peñas están sin tierra ni vegetales ; ios bancos todos calizos se
ven rotos, inclinados y de diversas dimensiones ; no descubren los ojos sino barrancos
y montes, que alternan con otros de diferente tamaño , Iiasta que la distancia
pone limites al dilatado término que se observa. Tuvo sin duda el monte en
otro tiempo diferente figura. Calizo como es, debió ser como los demás de su naturaleza
redondeado , terminado en loma obtusa por arriba , y por cuestas mas d
menos suaves liácia las raices. Pero d bien haya salido del fondo de las aguas por
la expoLion que causasen los fuegos subniarinos ' , o bien se haya verificado su
ruina fuera de las aguas por algún terremoto , ú otra causa , lo cierro es que perdio
la mitad de su mole hacia el sudueste. La enorme masa que nos queda se ve como
cortada á pico por este rumbo; se conservan en lo que hoy es cumbre, y en otros siglos
cuesta para llegar á la altura destruida tres puntas cubiertas de nieve la mayor parte
del a ñ o , y casi siempre ocultas entre nieblas. La abuíidancia de vegetales, la altura
extraordinaria del monte respecto á otros del reyno, y los deseos de observarle, me
obligó á hacer dos viages, uno en la primavera, que empieza allí por Junio, y otro
en Setiembre ó principio del invierno. Subí una vez por Adsaneta y Chodos , y
otra por \'illahermosa. En esta empleé cinco horas, aunque la distancia verdadera
será poco mas de una legua.
115. Por todas partes quando se camina hacia el monte aumentan de altura
los inmediatos, y de profundidad los barrancos que los separan ; las peñas son duras
y calizas ; las cuestas por lo común llenas de fragmentos con ángulos agudos;
en muchas de ellas se encuentran acinadas las conchas parecidas á orejas ; en otras
no se descubre el menor rastro de cuerpos orgánicos, y los fragmentos calizos están
mezclados con tierra colorada ; en los barrancos inmediatos á las faldas del pico
se hallan veras de carbón fósil, unas veces brillante y con la fractura del azabache
, y otras mezclado y cubierto de una arena granugienta j allí se ven también
vetas apizarradas debaxo de capas terreas, que sostienen bancos calizos, creciendo
por todas partes pinos y varios arbustos. A excepción del rio Garbo , que principia
en una profunda cueva en las quebradas, y á media legua hacia la parte septentrional
del pico , son muy escasas las aguas en aquel recinto. Pondera Escolano
la muldtud de fuentes, diciendo que son innumerables ; pero le engañaron sin duda
las relaciones exageradas. Hay una en frente del santuario, y en las peñas de
sus inmediaciones muchas conchas engastadas : otra mas abundante y deliciosa que
llaman de la Pegunta, en el barranco por donde se sube á la cumbre del pico. En
este barranco corren las aguas por algún trecho, y desaparecen de repente entre
1 El Sefior Pa l l a s ent r e ocros naturalistas , c r e -
yendo que las aguas del ma r jamas estuvieron cien
toesas ma s altas que lo están hoy d i a , y ha l l ando
despojos de anima l e s mar inos sobre mont e s e l e v a -
dos , se vió precisado á decir que todas las mo n t a -
fias de mas de 100 toesas de a l tur a , exceptuando
las g r a n í t i c a s , son intumescencias o erupciones l e -
vant ada s ó a r roj ada s desde el fondo del ma r por la
violencia de los volcanes y fuegos submarinos. Vé a -
se la critica ó nuevo ensayo sobre !a teoría general
d e la t i e r r a , impresa en BesansOn en 1 7 8 0 , donde
el autor anónimo demuestra los defectos de las teorías
de Biiffbn , y del Sefior P a l l a s , los q u a l e s , aunque
acreedores á elogios, se equivocaron muchas veces.