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das de las cue vas , bien que cesa el aumento poco despues de las lluvias. Las porciones
de bancos de que se forman las cuevas están descarnadas y casi sueltas i al -
gunas cayeron ya al f o n d o , cuyos cantos embarazan el curso de las aguas. Debieran
limpiar el fondo , y asegurar las paredes y bóvedas. N o lo tcndrian así los de
Crevillente y No v e l d a ; ya hubieran reparado las ruinas, y tal vez aumentado el
caudal de las aguas. C o n las que disfrutan hoy dia los del valle riegan mas de 300
jornales de tierra, pero les falta no pocas veces el copioso riego que necesitan al -
gunas plantas. Ad ema s de las huertas tienen mucho secano , extendiéndose el termino
hora y media de norte á sur entre los de Avtana y Chi l c l ies , y doblado espacio
de oriente á poniente entre los de Moncofa y Murviedro , bien que la naturaleza
montuosa y estéril inutiliza una porcion considerable. Cul t ivan por tanto algunas
tierras de los términos vecinos aumentando la suma de los frutos que sacan
del suyo. Estos se reducen á 600 cahíces de trigo , arrobas de higos , ioo2> de
algari-obas, 3 500 de pa s a , 600 de a c e y t e , 14© de todo género de hortalizas,
3500 cántaros de v i n o , 8© libras de s e d a , y varias frutas. Sin estos productos, que
aunque considerables son hisulicientes para el pueblo , contribuyen á su aumento y
prosperidad las fábricas de alpargates y alfarería. En aquella se ocupan 400 individuos
, y fabrican al dia como unos 800 pares , que vendidos á tres o quatro reales
producen mu y cerca de reales diar ios, á que deben añadirse 1 50 que g a -
nan cien mugeres ocupadas en preparar la trenza para la suela de los alpargates.
N o son comparables con esta manufactura las fábricas de ollas y ladrillos, en las
que se emplean quince familias. La industria destierra la holgazanería y la miseria
de este pueblo : otros mas fértiles, pero reducidos úmcamente á la agricul tura, se
ven á las veces mu y apurados, quando en el valle reyna la abundancia. N o hay
duda que la agricultura ha hecho en este siglo progresos asombrosos por todo el
reyno , utilizando eriales, complanando collados y cerros, taladrando montes en
varias direcciones para descubrir ó aumentar las aguas, sacando en fin casi todo el
partido posible atendidas las circunstancias de los terrenos; mas todavía no ha p o -
dido hacer feliz al r e y n o , habiéndose aumentado los consumidores mas aún que
los frutos, de donde nace la pobreza que experimentan inlinitos á pesar de trabajar
como esclavos en el campo. Fal tan manufacturas y máquinas para ocupar los brazos
que están involuntariamente ociosos ; hay un descuido culpable en la conservación
del esparto, materia primera y mina de riquezas para muchos pueblos -, poca
instrucción en el hilado y tintes de la seda y lanas j ignorancia en el cultivo de
los árboles, y bastante desidia en preparar los vinos y el aceyte.
E n el valle se crian muchas plantas : la mas común en el cauce del barranco
es la adel fa, en valenciano baladre , los linos de Mompe l l e r , c omú n , algo
leiíoso y f rancés, el trébol hemorroydal d loto vel loso, la mijedlega , el altramuz
silvestre, las antílides vulneraria y parecida al cítiso j en las lomas y montes mu -
chas xaras como la blanquecina, de Mompel ler , numularia y las de hojas parecidas
al tomillo , al romero y al laurel , el citiso plateado , la dedalera, la nevadilla,
las centauras apiñada, crupina y de c e r ros , la catanaque azul 8cc.
26. Al sueste del valle de Ux d está la villa de Alnienára separada por muchos
cerros y col inas, en gran parte incultas. Se ladea últimamente el monte del
castillo por la parte occidental , y se baxa al puebl o , que es de 400 ve c inos , no
muy sano por causa de las aguas muertas que inundan los marjales, y cuyos v a -
pores le vienen con los vientos del mar. Su término tiene hora y media de diámetro
entre los de Murviedro y ChÜches por un l a d o , y por el otro desde el mar á los
montes llamados Fontanelles. Mas de la mitad es inútil por los sitios aguanosos é
inundados, d por las peñas descarnadas de que se componen los cerros y los montes.
El del castillo se avanza hácia levante , siendo por esta parte mu y escarpado;
se ven porciones que amenazan ruina, y otras ya desplomadas esparcidas por la
cuesta rápida y sus raices : por estas pasa el camino r e a l , para cuya construcción
se vencieron fuertes obstáculos : vuelve á levantarse el monte en forma de collado;
luego disminuyendo de altura forma sucesivamente quatro cerros. N o es siempre
de la misma naturaleza la piedra del monte y de los cerros : la de aquel es por lo
común caliza de mármol gris ne g ruz co , á excepción de las raices donde domina
la arenisca, y las peñas son aquí unas veces sol idas, y otras compuestas de hojas
delgadas ; en el fondo de las arroyadas se observa una piedra dura blanquecina, que
es también arenisca con partículas de mica y puntos ferruginosos: en los cerros domina
la arenisca r o x a , muchas veces sin union en la superficie. De la raíz oriental
del último cerro salen muchas aguas , que forman tres estanques con comunicación
sensible ; todos tres desaguan en el azarbe que sigue hasta el ma r , l levando en
tiempos regulares de siete á ocho muelas de agua. Desde los estanques hasta el mar
se extienden los marjales inútiles , donde crecen carrizos, ené a s , y otras plantas
que los vecinos pobres de Almenára cortan y reducen á haces para venderlas á los
labradores. La s tierras que hay entre el azarbe y las huertas se pueden distribuir en
tres suertes : la mas oriental y contigua al azarbe es cenagosa, y por tanto inútil;
sígnense luego sitios aguanosos , llamados allí marjals fangueres , cruzados por c a -
nales y azarbes, con cuyas excavaciones se ha levantado el suelo, que sirve para
judias y otras producciones de verano. Ma s útil seria aún si se limpiasen con f reqüencia
diclios canales, dando así curso libre á las aguas , y abonos á los campos.
L a última suerte de tierras tiene mas fondo y menos humedad ; no necesita de
riego para dar soberbios trigos, y otras producciones análogas de algún modo i
las de huerta. Las huertas, que se riegan con la fuente de Quart, ocupan un terreno
mas a l to, el qual tiene tres quartos de largo y uno de travesía : la tierra de ellas es
de marga arcillosa roxiza ; la de los marjales que áivúmosfangueres de color de ceniza
, mas d niéuos obscuro. N o han iniitado aún los de Almená r a el buen exemplo
de sus vecinos respecto al algar robo, viéndose regularmente los árboles sin
ramo ma c h o , y cargados de leña inútil. Lo s frutos se reducen á 540 cahíces de
trigo , 3 60 de maíz , 1 50 de judías , 5400 cántaros de vino , 22) arrobas de higos,
32) de aceyte en años buenos , 25© de algarrobas, y 20 Hbras de seda.
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