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desnudas de tierra y casi de vegetales, pone obstáculos á la agricultura hasta doblar
el monte , donde muda de aspecto. A eriales áridos se siguen campos de vi -
ñas , olivos y algarrobos ; muy cerca de ellos se ve parte de 300 jornales de huerta
, que fertiliza el rio de Lucena , y en las cuestas y sitios privados de riego vuelven
otra vez algarrobos , olivos y viñas. E n medio de este agradable recinto yace
el numeroso caserío de la Al cor a , con buenos edificios y espaciosas calles, las mas
en cuesta rápida. Doscientos años hace contaba esta villa 300 vecinos ; adelantó
muy poco hasta i 7 1 8 , y entonces empezó á notarse el aumento que ha continuado
siempre , hasta formar hoy dia 1200 vecinos " . Aunque la agricultura ha hecho
progresos conocidos , no es ella la verdadera causa del aumento y riqueza de
la Alcora : las fábricas de loza y porcelana le han dado nueva vida , lian multiplicado
el numerario , y mantienen una porcion crecida del pueblo. Mas de 300
hombres se emplean en las labores y en preparar leña , y como unos 60 se mantienen
traginando y vendiendo la obra por España. Pasé á ver la fábrica, que es
un magnilico ciJificio. Sus directores satisliciéron cumplidamente mis deseos, haciéndome
ver la manipulación de los barros y otras materias, los laboratorios,
hornos , depósitos y olicinas : todo respira grandeza. H,ícense allí obras de porcelana
tan perfecta como la extrangera, lo qual se logró en años pasados iraciendo
pasar á París sugetos que se instruyesen en la Re a l fábrica de Sevres , los que volvieron
á la Alcora despues de adquirir las luces y práctica que necesitaban. Vi
con admiración el buen gusto , y lo acabado de varías obras hechas por D. Vi c ente
Alvaro , natural de la Alcora : las comparé con las de Mr . Cloosterman , iiechas
por el mismo tiempo ( 1 7 9 2 ) , y juzguélas superiores. Ademas de la porcelana se
fabrican en la Alcora tres especies de loza que llaman la fayancs, la pipa y la de
fuego. E l mérito de estas especies es conocido en toda España. Los barros se hallan
en las cercanías de la vi l la, la tierra de pipas junto al pantano, las otras tierras
á quarto y medio de hora no léjos de la ermita de San Vicente ; hasta el quarzo
se encuentra con abundancia en los términos inmediatos al de Alcalatén.
129. Sería injusto negar á los de la Alcora la aplicación que tienen al trabajo
, cultivando gran parte del término , que tiene tres horas de diámetro , pero les
faltan luces en la agricultura. N o basta trabajar y estar siempre sobre el campo , como
hacen los Valencianos : es indispensable conocer á fondo la tierra que se culriva
para mejorarla con variedad de abonos, y para preferir las producciones que le
son mas análogas ; importa mucho observar el tiempo en que se verilican las lluvias
, vientos , yelos y calores : mucho mas aun saber criar y cultivar los vegetales
para sacar mas producto con el mismo trabajo. Los de la Alcora ignoran las máxi -
mas que se deben observar en el cultivo de los algarrobos sobre la poda y el aumento
de machos ; abandonan casi enteramente los olivos, y se contentan con practicar
lo que aprendiéron de sus padres. Tenían un pantano para recoger ias aguas
I E n 1701 fuéroji los nacidos en Alcora 6-j ,y dan z a r i y 4 5 8 3 , que partidos por quatro producen
en 1793 I J I . Estos números mulripiicados por 33 ¿ £ 3 , y 12415 vecinos en dichas épocas.
y asegurar el riego : le destruyó una avenida, y creyendo ser suficientes las aguas
vivas , no cuidáron de repararle ; pero en el año 1 7 9 2 , sumamente seco , han visto
que se equívocáron en sus cálculos. Debieran reedificar el pantano con solidez. E l
paredón destruido tenia 4 5 P^' "»® ' ^ P " '
peña viva , y por la derecha sobre un hormigon : por ambos lados baxaban los cerros
en cuesta hasta el cauce del rio , dexando entre sus raíces un boquete de 130
palmos. Aquí se debe reponer el paredón, y emplear en su fábrica gruesos sillares
por uno y otro l ado, macizando lo interior según las reglas del arte. E l antiguo se
componía de sillares estrechos, rellenado su interior por espacio de 42 palmos
con cantos rodados ; la mala union y poca firmeza de la obra cedió á los ataques
de las aguas. Si los de la Alcora reedifican el pantano ; si multiplican los ramos
machos en los algarrobos, practicando á su tiempo las podas necesarias en estos y
en los oUvos ; si rectifican en fin el método de hacer el aceyte y vino , cogiendo
en sazón el fruto , y separando el sano del dañado , haciéndolo todo con cuidado
y limpieza, aumentarán la suma y el valor de los frutos, que con los de Costiir
ascienden hoy día á 1600 caliiees de trigo , 200 de maíz, 2 2® cántaros de vino,
i 3 arrobas de aceyte, 50® de algarrobas , 300 de higos , 4® '¡bras de seda y bastante
iiortaliza. Estos últimos artículos son parte del producto de las citadas huertas,
y de otras muchas que se riegan con varias fuentes que nacen en el término.
130. Al mediodía de la Alcora y á una hora de distancia se halla Ríbes-albes,
y medía iiora de Ríbes-albes hácia el poniente Fanzára , uno y otro pueblo á la
izquierda del Milláres. E n Fanzára se habla un idioma mixto, compuesto del Val enciano
y Castellano. Su término reúne hoy día los que fuéron de Lleuxa, Alcudíeta
y Castell, pueblos destruidos, que se conocen por tradición y por algunos vesrigios.
De norte á sur tiene como tres iwras entre los de Lucena y On d a , y algo ménos
de oriente á poniente entre los de Ríbe s -albe s , Vallát y Ayóda r ; es montuoso,
pero templado y fértil i se ven algunas llanuras, y hasta 130 jornales de huerta,
en gran parte expuesta á las furias del rio. E n las úkimas avenidas del Millares
desapareciéron los hermosos campos que estaban cerca del molino de papel á ocho
y mas píes de altura sobre el nivel ordinario de las aguas. Un término tan dilatado,
y por lo común apto para toda especie de árboles y producciones, solamente tiene
1 70 familias , á pesar del aumento que ha logrado en este siglo. Mas poblado estaba
en tiempo de la conquista, quando existían las aldeas destmidas ; vino despues
la expulsión de los Moriscos y las guerras de sucesión, que le reduxéron á un corto
mimerò de habitantes. Los acmales, ocupados en cultivar los campos , cogen 800
cahíces de trigo , 400 de maíz , 800 libras de seda , arrobas de higos , 1 3 3 de
algarrobas, poco aceyte , y algunas hortalizas. Los de Fanzára y los que habían
en los pueblos del rio son los mas negligentes en cultivar los algarrobos ; podrían
ciertamente duplicar los frutos sí los cuidasen como corresponde. Saben que la
hembra que vive en la inmediación del macho da mas fruto , y no multiplican los
ínxertos de macho ; de modo que sí la naturaleza próvida no arrojase algunos ma -