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á las de los montes. Hace á la verdad iin contraste admirable la suntuosa fábrica del
templo y hospedería con las peñas peladas que la cercan , y los montes estériles
que apenas permiten malas sendas. Quien desee saber k historia de este santuario,
como la de otros muciios monumentos del reyno, podrá leer á nuestro historiador
Escolano , que apuro con bastante crítica lo perteneciente á conquistas, antigüedades
, y familias de Valencianos.
49. Subí hácia el norte para registrar el término de Ros e l i , que es lo mas
septentrional del Maestrazgo de Montesa. Está situado á L\ raiz meridional de la
Tenencia de Beni fazá, lindando con Canet y la Cenia. Ciipole un suelo ingrato,
erizado de altos montes al norte , y en casi todo el resto sembrado de peñas , que
apenas dan lugar al cultivo : de modo que aunque los de Roseli son muy aplicados
al trabajo , y aunque se multiplican las necesidades en la misma proporcion
que nuestra especie , apénas benelician la quarta parte de su término , el qual tiene
dos horas de diámetro , encerrado entre los rios Cervol y Cenia al poniente y
oriente ; y entre los montes de Benifazá y camino que seguía desde Canet al rio
Cenia al norte y mediodía. En la parte oriental hay una extensión considerable
inculta y pedragosa vestida de coscoxa, dafnes, xaras y lentisco ; y en las inmediaciones
á la Roca-corva se ve el profundo barranco que han formado las avenidas.
No es á la verdad tan hondo como el de B e l , pero se observan fenómenos
muy diferentes, que prueban el diverso ser que tuvieron en los siglos remotos. El
de Bel ofrece peñas calizas desde la raíz hasta la cumbre, y se presentan allí los
bancos que rompiéron las aguas para abrirse paso ; pero en el otro los ribazos de
mas de 40 píes de altura se componen enteramente de chinas y piedras redondeadas
, anegadas en marga arenisca : prueba de que las aguas en otro tiempo corrieron
quarenta pies mas altas sobre un suelo, que en igual, y tal vez mayor profundidad,
debió su existencia y forma á los despojos que baxáron de los montes de Benifazá.
En las cercanías del lugar por esta banda empieza ya el cultivo , venciendo
la industria lo desigual del suelo. Los ribazos dispuestos en graderías están cubiertos
de higueras, cerezos y otros frutales i las areas se destinan para trigos, que fructifican
sin la alternativa de años de descanso, que hemos visto en los sitios destemplados
de Beni fazá, Morella y otros. Lo mejor del término son las huertas inmediatas al
rio Cenia, y las cuestas contiguas á esta porcion privilegiada. En estas y en las cercanías
del Cervol hay olivares y viñedos que siempre van en aumento. Fué corto
el número de vecitios en el siglo pasado, no llegando entonces á 6 0 , pobres y
sin duda descuidados en el cul t ivo, puesto que vendiéron á los de Canet y Cenia
una gran porcion de campos del mejor terreno. Quedáronse con lo peor , y sin
embargo redoblando sus esfuerzos han utilizado un suelo ingratísimo, y multiplicádose
hasta el mimerò de 280 vecinos. L a suma de frutos es la mejor prueba de la
aplicación. Se cogen mas de i h cahíces de trigo, porción de avena , cebada y de
centeno , mas de io@ cántaros de v ino, 200 arrobas de aceyte , 4© de higos,
muchas legumbres como judías y garbanzos, 13 crias, bastante miel y lana. To d o
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va en aumento en este pueblo ; y si logra la extensión del término que pretende
según los títulos de poblacion, muy pronto será Rosel i un pueblo considerable
por la industria , poblacion y riquezas. Estas pudieran ser mayores aun en el sistema
actual, si multiplicasen las higueras , y empezasen á cultivar almendros. Es
lástima que las aguas para el pasto del pueblo se hallen en el fondo del barranco
de Bel. Es excelente y copiosa la fuente por donde salen ; pero les cuesta sudores
y fatigas en baxar y subir aquella cuesta.
50. De Roseli se descubre una extensión considerable, y en ella muchos puntos
interesantes para la geografía del reyno. A l nordeste y á mas de una hora se
ve la Cenia, primer lugar de Cataluña por este l ado, colocado sobre peñas en una
loma á la izquierda del rio de su nombre : por encima de este lugar y á siete horas
de camino se ve brillar el Ebro y el mar en donde entra : sigue luego casi i
igual distancia el alto monte Munciá , precedido del cerro , castillo y lugar de Ul l -
decona, que está al oriente y á cinco horas de distancia. Revolviendo la visual
hácia el mediodía se descubren Vinardz y Benicarló, distante como unas siete horas
de camino. Hácia el sur se presenta Canet á dos horas, seguido de los montes
de Trahiguera y Cen'era. Casi al mediodía dexan los montes ima angosta cañada
de muchas leguas, descubriéndose á seis horas de distancia la Salsadella , y en lo
mas hondo los montes del Desierto de las Palmas, y parte de los de Vilafamés.
A I poniente y norte es corto el horizonte por la inmediación de los montes. El
Monasterio de Benifazá , que está al norte de Ros e l i , puede distar una sola legua,
puesto que un hombre á pie viene por el atajo en hora y media. En los montes de
Roseli hay hermosos mármoles : algunos son encarnados , y otros cenicientos con
nubes y zonas mas ó menos encendidas de color de aurora. L o mas curioso que
enconü-é en las cercanías del lugar y raices del monte fué las piedras lenticulares,
que se hallan amontonadas y como amasadas en una marga arenisca. Son convexas
por un lado y concavas por otro , sin poderse jamas separar en dos hojas iguales y
paralelas, ni ménos descubrirse el menor vestigio de organización. Ninguna llega á
dos líneas de diámetro , y las hay tres veces menores, siendo en todas su grueso
como la quarta parte del diámetro. Su color es blanco tirando al roxo , y en el centro
de la parte concava es siempre mas claro. Me parece que son de la misma especie
que las que el célebre naturalista Mr. de Saussure descubrió en el sido que llamó
la Pérdida del Ródano. No se deben confundir estas piedras lenticulares, llamadas
así por la semejanza que tienen con las lentejas, con las numularias que se ven
con freqüencia en los tcriTiinos de Ibi , Agos t y Xi xona ^ y que el vulgo llama
diners de bmixa (dineros de bruja). Mr. de Saussure las vio también en el lugar
citado, haciendo en su primer tomo de los viages á los Alpe s un docto tratado
de ellas. Las de Valencia son sin duda de la misma especie que las figuradas en
la tercera lámina de dicha obra , y nosotros trataremos de ellas en el quarto libro
de esta.
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