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peñas para salir de nuevo , y ocultarse otra vez en las entrañas del monte. Al l í se
ven entre los espesos pinos troncos monstruosos tendidos por el suelo , los quales
ó fueron arrancados por los vientos , ó perdieron la vida de vejez : la multitud
de ellos , y mas aun la de grandes r amos , ponen á cada paso obstáculos que las
caballerias vencen con dificultad. Muchas plantas crecen en aquellos sitios frescos
y cubiertos como violetas, prímulas , fresas , círquides , gencianas , hepática y adonis.
Cesan los pinos en las alturas, siendo humildes y raros los que siguen, acompañados
de enebros , sabinas , brezos y otros arbustos : entonces se descubren ve r -
des alfombras de gramas , matizadas con las xaras alpina y de grandes flores que
figuró Scdpoli : allí se ven la cariofilata alpina , el sisimbrio pirenayco , el er i zo, la
vulneraria, las potentilas casi derecha y de primavera , la escrofularia luc ida , la
peonía , la paxarilla y otras. A s í se sube hasta la cumbre , donde se hallan la d r a -
ba alpina, la potentila blanca , la globularia cordiforme , siempre rastrera aunque
leñosa, y entre otras un geranio parecido al saxàtile. Ti ene la raíz l a r g a ,pa -
recida á una chirivía , su corteza es ne g r a , lo interior blanco , y se compone de
fibras tiernas algo dulces. Apéna s sale á la superficie de una tierra ne g r a , se ramifica
y extiende sobre las piedras , formando masas de un pie de diámetro cubiertas
de liojas muy pequeñas , aladas, blancas y vel losas, y tan apretadas unas sobre
otras, que hacen un cuerpo solido : por todas partes salen cabillos de dos á tres
pulgadas , que sostienen flores aparasoladas. L a corola es de cinco pétalos blancos
aovados y escotados , bien abiertos, todos con venitas purptíreas , y dos de ellos,
que se pueden reputar los superiores , las tienen mas encendidas , y dos manchas
del mismo color en las uñas. En lo demás conviene con el saxàtile ya citado.
Muy cerca de la cumbre encontré el nucleo de un caracol petrificado en mármol
ceniciento con manchas negras , y parece que se amoldó en un individuo del g é -
nero strumbus de Linneo. La variedad de objetos pagan con usura las fatigas de
subir al pico ; se descansa despues en aquel mirador ó atalaya , cuya vista se e x -
tiende á muchas leguas , lo que he figurado en el mapa adjunto. Mú'ando al nor -
deste se descubre Vistabella á una legua de distancia, y casi en la misma visual
Ares á cinco leguas con corta diferencia. Tor c i endo hacia el oriente se presentan
la ermita de Benasál y el castillo de Cul la á quatro leguas ; Benafigos cae al oriente
obra de tres leguas. Ent re el oriente y mediodía se ve Cabanes á seis leguas,
Adsaneta á tres y media , Chodos á mas de dos , y Vi lafamé s á cinco. Re v o l v i endo
la vista hacia el mediodía se descubre Luc ena á dos y media , y San Christóbal
de la Al c o r a una legua mas léjos. Pasando desde el mediodia hacia poniente se
ofrecen el Castillo de Vi l lamalefa y Zuc a yna á dos leguas y medi a , y úl t imamente
Vi l lahe rmosa , que parecía sepultada en un abi smo, á una legua de distancia.
Por el último quadrante ó norueste se extiende el reyno de A r a g ó n , y en él se
descubren el Puerto á poco mas de dos leguas , y Mosqueruela hácia el norte algo
mas apartada. He puesto por estimación estas distancias despues de contar las horas
empleadas en las travesías y los rodeos que ocasionan los montes y bar rancos. As í ,
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