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por la septentrional con Ar a gón y parte de Cataluña , cuyo Principado le pone limites
al oriente. Su verdadera extensión pasará poco de tres leguas , pero se emplean
siete horas en cruzarla por ser freqüentes las cuestas y barrancos. Por todas
partes la rodean y cierran altos montes calizos, cubiertos de nieve en el invierno,
los quales se introducen en lo interior de ella , alternando con profundos barrancos,
y dexan algunos pedazos para la agricultura. E n los elevados del norte crecen hayas
y pinos ; de estos se ven con freqücneia espesos y dilatados bosques, siendo los mejores
los de Val -Sarguera y Mas -d' en-Roda , h,illándose también encinas en abundancia
, por lo común pequeñas. Ha y un bosque inmenso de box en las cercanías
del pueblo llamado por eso Boixar: infinitos arbustos y otras plantas se disputan el
terreno en los barrancos. En muchos de estos se ven señales de carbón fósil. El
hierro se presenta á cada paso ya en forma de piedrecitas negras y brillantes ; ya
penetrando peñas areniscas ; y a en los varios ocres de que se observan manchadas
las piedras y la tierra. Se ven mdicios ciertos de caparrosa junto al Bellestar, y los
manantiales van aquí mezclados con vitriolo. E n 1 6 2 4 se benefició el alumbre y
caparrosa de que abunda este sitio ; y por espacio de 200 años se beneficiaron antes
las minas de hierro en Fredes y en la Pobla. Estas se abandonaron á fines del
siglo 15 por causa de una peste, y aquellas en el siglo pasado sin mas peste que el
descuido. Es lástima que se desprecien aquí los únicos dones que ofrece la naturaleza
tan escasa en las demás producciones.
3. Casi en el centro de la Tenencia se halla un Monasterio de Padres Bernardos
, que la poseen desde el año 1233 , y que á fuerza de gastos y trabajos continuos
cultivan el suelo ingrato , y no pocas veces arenisco. E n las partes occidentales
de este territorio se ven siete poblaciones, que son Castell de Cabr e s , Boixar,
Corachá , Fr ede s , la Po b l a , Bellestar y Bel. Son tan cortas, que la suma total
compone solamente 3 36 vecinos, reducidos para subsistir á 1 700 cahíces de granos
: perecerían sin duda s ino fuera por su miserable sobr iedad,y las limosnas diarias
del Monasterio. E n otras partes podrán juzgarse perjudiciales al Estado semejantes
limosnas, por contribuir á la holgazanería: allí son necesarias para que se conserve
la poblacion. Vi v en aquellos infelices, dignos de mejor suerte,en un término
sembrado de peñas, y cubierto de nieves por quatto meses : la inclemencia no les
permite frutales ni hortalizas ; aun los recursos de algún ganado y pocas colmenas
suelen faltar por los crueles fríos y la escasez de pastos. Pudieran y quisieran socorrer
su necesidad rompiendo algunos terrenos donde se dan arbustos, pero no
madera de construcción ; y no obstante se lo estorban los Comisarios de marina y
sus zeladores. Los cien vecinos de la Pobla son los menos infelices ; no porque
abunden de subsistencias, sino porque logran algunas frutas, y un temple menos
riguroso. Hállase este pueblo en el fondo y corta llanura que dexan los montes de
Bel y del Boixar. Saliendo de este lugar hácia el sudeste, despues de atravesar una
corta llanura arenisca , y de subir la loma caliza poco distante, se descubre la P o -
bla , y no muy lejos al norte Bellestar. La distancia apenas será de media hora,