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tran • , podr í tener con los aumentos de este siglo hasta 220 vecinos; se halla
al suduestc y á una corta hora del citado tosál, y casi en el centro de un término
dilatado por lo común inculto. Las cercanías , reducidas á cuestas y barrancos , se
desunan á granos, por no poder vivir en aquellas alturas destempladas olivos ni
algarrobos. Ha y serbales, higueras y cerezos que se debieran multiplicar , puesto
que la misma tierra los produce, y se crian con robustez y lozanía. Los campos
forman graderías en aquellas cuestas, y es preciso levantar gruesas paredes para asegurar
la poca tierra de sus areas. Las tempestades causan aquí daños considerables
rompiendo las paredes , y llevándose la tierra de los campos i pero los de la Sierra,
acostumbrados á semejantes pérdidas, procuran repararlas. L a mucha maleza que
se cria en lo inculto les facilita medios de mejorar los campos i pues la disponen
en montones que cubiertos de tierra reducen á cenizas. A esta operacion llaman
gavdUr. En las partes hondas y abrigadas hacia el mediodía tienen viñas y ol i -
vos , mas pequeños á la verdad que los contiguos á Vi lafamés , pero mejor cultivados.
Danles tres ó quatro rejas, y los limpian de los ramos intitiles y muertos.
Fructifican aquí estos árboles casi todos los años, como se observa en los sitios
donde se levantan á poca altura. L a cosecha se regula en arrobas de aceyte: la
principal es la de granos , que suele llegar á 20 cahíces. En lo inculto pastan ganados
de lana , cerda y cabrío. T o d o aquel recinto está cubierto de árboles y arbustos
i es bastante común el labiérnago , madroño , enebro , romero y brezo; mas
lo es la gayuva , y mucho mas aun la coscoxa , que es la delicia de las cabras. C o n
la bellota engordan los cerdos, de los quales puede cada vecino echar 25 en el
bosque común , en el qual no se permite entrar á los demás ganados. A l oriente de
la poblacion se halla el monte Castellás , y en su cumbre las ruinas de algún castillo.
De aquí se descubre la hermosa vista que lie procurado delinear en la adjunta
lámina. A l sueste se ve el mar precedido de la serie de montes que desde el
Desierto contimian hasta mas allá de las Cue v a s , entre los quales y los de la Sierra
se prolonga el valle ú hoyada desde las Cuevas hasta Cabáne s , y en ella se observan
los lugares de la To r r e , Vi l lanueva y Benlloc. Para examinar de cerca aquel
terreno baxé á Cabánes, que es el prúner paso para subir hacia el norte por el antiguo
camino de los Romanos .
WrADA Ó VALLE DESDE CABANES HASTA SAN MATEO.
83. Se halla Cabánes en la falda de un cerro , y muy cerca de montes de menor
altura que los del Des ier to, pero todos calizos. N o se contentó la naturaleza
con fixar allí la línea divisoria entre las substancias arenisco-gredosas y calizas;
quiso á mas de esto conservarlas en el estado mas perfecto y sin confusión aunque
contiguas. E n efecto al lado de los montes arenisco-gredosos del Desierto se ve el
cerro de la Machmudella compuesto de bancos inclinados al horizonte , cuyos án-
I Obispo de Salamanca , Inquisidor General, rio en Madrid dia de Diciembre del afio . 7 8 3 ,
Prelado Gran Cruz de la Orden de Carlos 111. Mu- á los 80 de su edad.
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