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de los vientos del oeste y sudueste, é impedirá al mismo tiempo el acarreo que
hace el Turla hacia el nordeste, formando bancos con las materias que trac de los
montes y campos. Desde el mencionado dia 26 de Marzo de 92 ha continuado la
obra con increíble ardor hasta bien entrado el año 94 , y ha resistido á las tormentas
que se suceden con freqüencia en invierno. Y a quedaban en el puerto 22 palmos
de agua , y se aprovechaban los buques del abrigo j estaban construidos varios
almacenes, puertas, caminos y otras obras de tierra, quando las fatales circunstancias
de la guerra actual se opusieron á los progresos rápidos que anunciaban la pronta
conclusión del proyecto. Suspendióse la obra, y en las últimas toesas recientes
sin union ni solidez se cebaron las furiosas y repetidas tempestades del próximo
invierno, causando daííos de consideración, pero inevitables. E n vista de lo sucedido
, y de los riesgos que podia correr la obra, y los crecidos caudales ya expendidos
, se han tomado últimamente nuevas medidas para asegurar fondos, y llevar
la deseada , útil y necesaria obra al estado de perfección que se promete. Omi to el
por menor de ella , y la calidad de materiales empleados , porque lo hará sin duda
con claridad y mas conocimiento el director Mirallas. Para satisfacer ahora la curiosidad
de mis lectores, añado aquí la estampa que representa el puerto y la vista
del Grao-
62. Como vamos de este pueblo á Valencia queda el rio i la izquierda. E l camino
es ancho y divertido, ya por las huertas que hay á uno y otro lado quanto alcanza
la vista, ya por la multitud de coches, calesines y tartanas ' que lo cubren : sus
laderas están plantadas de nogales y álamos hasta las inmediaciones de la Al ame -
da , que empieza junto al puente del Mar , y sigue hasta el inmediato llamado del
Real. La multitud de árboles que la componen oculta el rio y la capital ; pero
apenas se sale de la alameda se descubre el ancho cauce , regularmente seco , y los
edificios , torres y cúpulas de la ciudad , la qual presenta la vista que he procurado
dibuxar en la estampa adjunta, tomada desde San Pio V . Aquí forman las casas
una calle , continuada hasta mas allá del puente de Serranos, donde tuerce hácia
el nordeste con nombre de calle de Murviedro, principio del camino real de Barcelona
, por cuyo rumbo vamos á proseguir la descripción de los pueblos y tierras
que le caen hácia poniente. La calle de Murviedro es un arrabal tan capaz , que
podría por sí sola formar una ciudad decente. Prolóngase cerca de un quarto de
legua con edificios imidos á una y otra acera, sin los muchos que quedan ocultos en
el campo j disminuye al fin el número de casas, y se descubre por todas partes un
terreno Igual, fértil y sumamente aprovechado. Cáñamos , trigos, maíces, judías
y hortalizas ocupan alternativamente las áreas, sobre las quales sale aquel immenso
bosque de moreras, cuyo fruto es casi imposible calcular.
63. Al poniente de este arrabal yace la corta aldea llamada de la Esperanza,
I Tartana es un c
ruedas, y parecido á i
ocho o diex personas ei
rrimados á laS barandas. Las hay también de
o ruedas, y con resortes ó muelles para quebran-
)S golpes que ocasiona ei n
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